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viernes, julio 20, 2007

Astillero

Astillero
Julio Hernández López

Literatura turbia
Reacciones de ojos rasgados

Ocioso ''cierre'' de caso chino

Ligar guerrilla con Oaxaca y
AMLO

El gobierno calderonista sigue tomando decisiones nerviosas y equivocadas en relación con los muy mal hilados alegatos chinos que a estas alturas no deberían generar turbulencias en un equipo político de conciencia tranquila.

La siempre sospechosa danza de los dólares decomisados ha llegado al punto en el cual el calderonismo se ha declarado dueño del trashumante dinero mediante una treta (¡ah, el kínder de Los Pinos!) que consiste en declarar mediante edicto que los billetes de Las Lomas ''han causado abandono en favor del gobierno federal'', debido a que su supuesto dueño no los reclamó en un plazo de 90 días. Inteligentísimos los microgenios, que no saben que el artículo 14 constitucional establece que nadie podrá ser privado de libertad, propiedades, posesiones o derechos sino mediante juicio bien llevado. Pero de lo que se trata es de aparentar que el dinero está a salvo y es propiedad ¡hurra! de los mexicanos; recurso de inmediatismo al que luego se encontrará justificación, cuando los jueces locales digan otra cosa o ¡lástima, Margarito!, la dolariza deba ser compartida con los am(ig)os gringos.

Luego, muy solemne, el secretario federal de represión ha dicho que resulta ocioso seguir hablando de un cuento chino, como si el dictamen literario y de autodefensa que emitió su jefe, el licenciado Calderón, significara de verdad un dictamen judicial firme e inatacable y no una grave pifia personal del susodicho lic., que tomada por cualquier leguleyo demostraría ante tribunales que el asunto Ye Gon no es jurídico sino político, pues el presunto beneficiario de los temas delictivos denunciados indujo el peso del poder que ejerce en contra de la libre indagación de los hechos a investigar (ni qué decir del acto realizado en Palacio Nacional para que Calderón presentara un plan de infraestructura sujeto a que se apruebe su cada vez más tambaleante propuesta fiscal; sólo la desesperación puede llevar a una ama de casa a hacer un show para presentar a la familia las muchas mejoras que podría hacer si le aumentan el ''chivo'' huidizo).

El enturbiamiento nacional contó ayer con la participación de un supuesto comunicado del Comité Central del Partido Democrático Popular Revolucionario y la Comandancia General del Ejército Popular Revolucionario. A la vista de lo que según eso habrían mandado esas entidades, bien valdría preguntarse si en lugar de generar una revolución en el país esos presuntos insurgentes deberían ir a clases de redacción básica y a algún centro de formación política e ideológica elemental. El texto -que pudo haber sido enviado por cualquier ocioso desde una dirección de Internet creada y abandonada luego de hacer los envíos, o provenir de sótanos gubernamentales encargados de crear más confusión- trata de convencer de que sí son ellos, los militantes del EPR, los que actuaron contra los gasoductos de Guanajuato y Querétaro, a partir de una virtual exigencia unánime de las bases guerrilleras para que se actuara en función del secuestro de dos de sus compañeros que habrían sido torturados por el jefe de la zona militar oaxaqueña, el general Juan Alfredo Oropeza Garnica (eso sí, la ''campaña de hostigamiento'' debería darse con sentido ''quirúrgico'' en lugares ''donde nuestras milicias populares ayudaran a retirarse al pueblo de una manera ordenada que no les causara pánico, ni terror estas acciones'').

Abriendo el camino a posibles ''ajustes de cuentas'' internos, el EPR explica que la presencia de quienes fueron secuestrados se debió a que realizaban ''un trabajo de orientación escrita en cuanto al movimiento de Oaxaca de una manera eminentemente política, sin utilizar ningún arma'', y que ''se vieron forzados a asistir por una irresponsabilidad de quien era responsable del estado de Oaxaca y que desde un principio intentó sabotear la exigencia de libertad de estos compañeros''. A la confesión de que el EPR orienta políticamente ''al movimiento de Oaxaca'' (¡oh!, ¿Ulises ya tendrá desplegados para medios aprovechando esas confidencias?) se agrega la mención de que ese grupo guerrillero respeta la lucha electoral, ''siempre y cuando el que esté en ella sea un hombre honesto, austero, con ética y que le importen poco los sueldos; que le importen los proyectos, las iniciativas de ley que favorezcan a nuestro pueblo'' (quienes adivinen el nombre del personaje al que se refiere el retrato hablado, envíen los datos a los comentaristas y columnistas dedicados en estos días a ''demostrar'' las ligas entre guerrilla y terrorismo con la postura de un perredista que insiste en ilegitimidades felipenses; el oportunísimo dato también podrá ser aprovechado en cadenas de Internet que difunden esa misma historia de ''subversión'' armada que es consecuencia o parte de una resistencia civil pacífica).

El texto, cuya redacción carece de densidad política y pareciera más bien un mal ejercicio burocrático hecho, por decir algo, en el Cisen (aunque el jefe Gea-Isa redacta mejor; al menos, las encuestas de opinión a favor de Calderón), incluye el que el supuesto EPR puede ''decir con veracidad'' que el dinero del chinogate ''era para pagar a comandos de lumpens proletarios, al igual como inició Hitler la persecución contra los judíos, el PAN pretendía hacer lo mismo aquí si no le daban el triunfo a Calderón, por eso era dinero en efectivo para pagar a los mercenarios, y ese dinero estaba acumulado porque había sido dado por los grandes empresarios como Servetigi, Arámbula, Slim, Zambrano, Ascárraga Jean y la delincuencia organizada desde el Estado''.

¡Snif!, ¿habrá entrado el país a una etapa de cuentos chinos por doquier, en la que lo único real es la gran descomposición de la llamada clase política y los riesgos de mayor endurecimiento represivo de un gobierno caricatural, desesperado y entrampado? (por omisión e impericia, el llamado gobierno legítimo y la presunta izquierda política nada importante hacen frente al desastre institucional: rollo, discursos, declaraciones; pérdida de tiempo y, tal vez, de una oportunidad dorada de redefiniciones y replanteamientos. Como diría el clásico: con todo respeto.) Y, bueno, a pesar de todo, ¡feliz fin de semana!

Fax: 56 05 20 99 * juliohdz@jornada.com.mx

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