Itinerario Político
Ricardo Alemán
26 de julio de 2007
Creel, víctima de sus mentiras
El derecho de réplica que presumía el ex funcionario se incluía en el reglamento de radio y tv era un engaño
Ni la vieja Ley de Imprenta ni ninguna otra sanciona la negativa a cumplir ese derecho
“Cría cuervos, y te sacarán los ojos”, dice el refranero popular. Y en los días que corren el senador Santiago Creel Miranda seguramente debió tragar sapos y serpientes a causa de su más reciente escaramuza con el Grupo Televisa; poder fáctico con el que mantuvo amoríos políticos durante todo el sexenio pasado, al que a manera de compromiso de bodas le regaló nada menos que el “decretazo”, el ofensivo e ilegal Reglamento de Radio y Televisión, hoy vigente.
Como es público, con el aval de Vicente Fox Quesada y de Marta Sahagún, el entonces secretario de Gobernación defendió con uñas y dientes —en octubre de 2002— el ilegal engendro que sólo beneficiaba a los grandes grupos de la televisión y la radio —y a los intereses presidenciales de Creel Miranda—, en perjuicio del Estado mexicano y de la sociedad toda. En esos días el señor Creel Miranda decía maravillas del decreto —y por supuesto que los más felices eran los señores de Televisa, donde trataban al panista como potencial consorte—, y sin pudor alardeaba de lo que él mismo consideraba como “la joya de la corona” del nuevo reglamento: el derecho de réplica.
El viernes 18 de octubre de ese 2002, en la prensa nacional y en la de casi todo el país, la Secretaría de Gobernación pagó un desplegado a plana completa para explicar el “decretazo”. El texto destacaba “en negritas” lo referente “al derecho de réplica”, que era expuesto de la siguiente manera: “Por primera vez, cualquier persona podrá ejercitar el derecho de réplica cuando una estación de radio o televisión, citando o no la fuente de la que obtuvo la información, difunda hechos falsos e injuriosos... Ante la negativa del medio a otorgarlo, en ambos casos el perjudicado deberá acudir ante los tribunales para hacer valer su derecho... La infracción de esa disposición se castigará con una pena que no baje de un mes ni exceda de 11, sin perjuicio de exigir al culpable la publicación correspondiente, aplicando, en caso de desobediencia, la pena del artículo 904 del Código Penal del Distrito Federal”.
¡Maravilloso! Por decreto —ese 12 de octubre de 2002—, el benévolo gobierno foxista otorgó a los ciudadanos el derecho de réplica frente a los abusivos medios, sobre todo la radio y la televisión. Pero no, en la realidad el supuesto derecho de réplica que presumía el señor Creel Miranda no era más que una mentira monumental, un engaño demostrado en el Itinerario Político del 22 de octubre de 2002. Y es que si bien el artículo 27 de la vieja y obsoleta Ley de Imprenta tipifica el derecho que tienen los ciudadanos frente a los medios para ejercer su réplica, resulta que ni esa ni ninguna otra ley lo sanciona. Más aún, el artículo 904 del Código Penal del Distrito Federal al que hace referencia el “decretazo” para sancionar a los medios que nieguen el derecho de réplica, es un artículo inexistente, pues el citado Código sólo tiene 400 numerales.
Y el asunto viene a cuento porque el pasado 18 de julio el señor Santiago Creel Miranda se enfrascó en una simpática pelea con Televisa, a causa de unas declaraciones que El Noticiero de Televisa habría manejado con dolo, y de la que —¡sorpresa!— le negaron al señor Creel Miranda su derecho de réplica.
Resulta que el noticiario estelar de Televisa hizo pública una “perla” informativa cuando reveló que en un acto oficial el entonces presidente Vicente Fox Quesada entregó personalmente la carta de naturalización al señor Zhenli Ye Gon —presunto delincuente y a quien confiscaron 205 millones de dólares en su casa—; ceremonia en la que aparecían Santiago Creel Miranda y Luis Ernesto Derbez, entonces titulares de Gobernación y Relaciones Exteriores, respectivamente. A causa del hallazgo periodístico brincaron preguntas obligadas. ¿Quién verificó los antecedentes del “chino” y recomendó su naturalización? ¿Quién tomó la decisión de seleccionar al señor Ye Gon para que recibiera su carta de naturalización de manos del presidente Fox?
Queda claro que a la Secretaría de Gobernación y al Cisen les corresponde indagar y verificar los antecedentes de los extranjeros que tramitan la nacionalidad mexicana, y recomendar si procede o no. Es evidente que en el caso de Ye Gon, ni la Segob ni el Cisen hicieron bien su trabajo, o que existió una grave complicidad. A su vez, la Secretaría de Relaciones Exteriores se encarga de hacer los trámites legales frente a los gobiernos de origen de los demandantes y de elaborar los documentos respectivos, además de —en este caso— preparar el evento. Es decir, Gobernación y el Cisen fallaron en su responsabilidad, en tanto que Relaciones Exteriores es culpable de seleccionar a Zhenli Ye Gon para ser parte de la escenografía.
Un reportero de Televisa buscó una respuesta de Santiago Creel Miranda sobre la segunda interrogante —la de quién fue responsable de seleccionar a Zhenli Ye Gon para recibir de manos del presidente Fox la carta de naturalización—, a lo que el senador panista respondió que esa parte de la responsabilidad correspondía a la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Luego, Televisa entrevistó a otro senador, Federico Döring. No se sabe si se le hizo la primera o la segunda pregunta, aunque todo indica que la segunda, porque éste dijo que la responsabilidad era de Santiago Creel, y que “fuera hombrecito” para asumirla.
Entonces Creel Miranda llamó a El Noticiero, para reclamar su derecho de réplica. ¿Y qué creen? Sí, que al artífice de la maravilla que con bombo y platillos se anunció el 12 de octubre de 2002 —el nuevo Reglamento de Radio y Televisión y que según el discurso oficial tenía en el “derecho de réplica” uno de sus grandes logros—, le fue negado su derecho de réplica. Sin duda que Creel Miranda o Medina Mora pueden tener graves culpas en el caso de Ye Gon, pero el ex secretario de Gobernación fue víctima no sólo de Televisa, sino de sus propias mentiras, de los monstruos que creó. Televisa no tiene amigos ni aliados, tiene intereses. Lección para todos los políticos.
aleman2@prodigy.net.mx
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