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viernes, diciembre 22, 2006

Opinión - Sara Lovera

La militarización


sara lovera - Proceso

México, D.F., 21 de diciembre (apro-cimac).- Un régimen legítimo no tiene por qué mostrar a sus policías y a sus militares, dice, palabras más palabras menos, Guillermo Almeida en un artículo reciente. Y eso me hizo reflexionar sobre los primeros días de la administración del régimen, donde Felipe Calderón se ostenta como el jefe.

El despliegue de las fuerzas militares y policíacas como primeras acciones de un gobierno espurio, le hacen actuar precisamente por su debilidad, como gobierno golpista que necesita de las Fuerzas Armadas para sostenerse, que utiliza en su discurso mensajes de miedo y anuncia que no parará.

El pretexto ha sido el tema del narcotráfico, pero ha tenido poco cuidado. También habló ya de lo que viven y sienten él y sus correligionarios, como revuelta social.

Se trata de un comienzo muy peligroso, de tintes y rasgos autoritarios y, por tanto, misóginos y excluyentes.

En paralelo, las cárceles se llenan de ciudadanos que hacen protesta social como los presos de Oaxaca. No han pasado más que unos cuantos días y su gobierno ya reprimió a un puñado de mujeres mazahuas que hicieron manifestación, y fuerza para que se les atienda una vieja demanda de dotación de agua para sus comunidades. No se hizo ni intento de diálogo. ¿Quién protestará por esta acción? Es una clara manifestación de odio por las mujeres que protestan.

La militarización entraña una serie de secuelas especialmente lamentables, no sólo por el carácter autoritario de quien las moviliza, de su demostración de debilidad ante su ilegitimidad frente a la población que no lo ha elegido, sino que las paradas militares son una amenaza para la seguridad e integridad de las mujeres.

Todas sabemos qué significaron ya los abusos contra las hermanas de San Salvador Atenco. Hay una narrativa documentada sobre la vida en Chiapas militarizada. La historia nada inocente de Las Visitadoras que narró desde la realidad Mario Vargas Llosa, muestra con elocuencia cómo se conduce un régimen militar, cómo piensa, cómo ubica sus reales o imaginarios enemigos y cómo carece de todo respeto, precisamente a la ley, la que sea, la que esté vigente.

¿Será que Felipe no conoce a Mario Vargas Llosa, escritor latinoamericano? ¿O será que sus apoyos para llegar a la silla ahora le exigen cuentas y acciones? Tal vez sí tiene un buen plan para acabar con los pobres… matándolos.

El anuncio de militarizar la frontera sur es un escándalo. En la frontera con Guatemala se concentra, se sintetiza la crítica situación de pobreza y abandono de nuestros pueblos, y para atemperar o encubrir la situación y hacerle un dique, se enviarán sólo policías. Me temo que este es un compromiso con el gobierno de Estados Unidos y los caciques de la región.

Me acuerdo perfectamente de lo que significaron en Chiapas los retenes militares: no sólo la falta de libertad, la alteración cotidiana de la legalidad --esa con la que se llena la boca Felipe--, porque en los retenes se filma a quien pasa por ellos; se exige la identificación; se violan las garantías individuales plasmadas en la Constitución que, ya lo sabemos, está rebasada, sino que la parada militar obliga a establecer reglas para los pueblos y comunidades, acciones extraterritoriales y encima se abusa de sus habitantes.

Martha Figueroa, la abogada emblemática defensora de las tres mujeres tzeltales violadas por los militares en Altamirano, Chiapas, ha documentado en qué consiste la vida de las mujeres en esa entidad militarizada.

Ahora sabemos --porque la debilidad obliga a enseñar las armas, como único medio de control--, que se ha militarizado Michoacán; que las fuerzas policíacas-militares se disponen en Oaxaca para reprimir a la población; crecen en Guerrero, se extienden en los caminos hacia el norte; se apostan en Sinaloa y Jalisco; aparecen en las costas y en las montañas; anuncian su llegada a otras partes del país, sin recato, sin vergüenza y sin considerar a la República. Se supone que las entidades son autónomas políticamente hablando. Ahora se obvia esta situación.

En estos días se decidirá el presupuesto. Felipe ha enviado un volumen abultado de recursos para el aparato policial, disminuyendo recursos sustantivos para la educación del alma, que es la cultura, el futuro que es la tecnología y la paz que son el respeto a los derechos humanos y la aplicación de las garantías individuales.

Tenemos que preocuparnos como mujeres, como personas, como ciudadanas, porque el silencio y la indiferencia han producido muchos dictadores en el mundo, fortalecidos por los más nefastos intereses del capital y el poder. Este es el caso. Pararlo urge.

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