Desatador de demonios
Publico - 15/12/06
Como todo un desatador de demonios surgió ante la opinión pública el diputado plurinominal panista, Raúl Alejandro Padilla Orozco, luego de una estruendosa declaración en la que le echó el caballo encima nada menos que a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A lo largo de la semana que termina su cuestionamiento a la calidad académica de la UNAM, sirvió de combustible en la polémica sobre el presupuesto a la educación pública de grado superior. En tal contexto, el rector de la mencionada casa de estudios, Juan Ramón de la Fuente, ya acudió al Palacio de San Lázaro a dialogar con Padilla y sus colegas de la comisión de presupuesto, de la que éste es presidente.
Sus opositores ideológicos han pedido ya su renuncia como legislador panista, luego de que sus disculpas les han parecido insuficientes. En cambio, sus amigos jaliscienses sólo dicen que al ex presidente de la Cámara de Comercio tapatía, sólo debe aplicársele aquel refrán de que “la verdad no peca pero incómoda, aunque se le fue algo la lengua y no guardó las formas que tiene que observar un político”.
Se dice de este cuarentón tapatío con ancestros alteños, militante del club de futbol Atlas, institución de la que por cierto fue vicepresidente, que se dio a desear ante las dirigencias del PAN y del PRI, luego de su paso de tres años como presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo, donde adquirió amplio conocimiento del entorno económico y político del país. Finalmente fue convencido por las filas panistas y se le puso como primer aspirante de circunscripción a la diputación plurinominal.
Como empresario se ha desempañado en Vinotecnia, una firma distribuidora de licores y actualmente en las empresas del ramo publicitario Expographics y Expo Imagen. De ambas es director general.
Ahora que ha estado en el ojo del huracán se la han reprochado sus antecedentes como estudiante del Tec de Monterrey y como consejero en la Universidad Autónoma de Guadalajara. Hasta los ambientalistas de Greenpeace se han subido al tren de los inquisidores de RAPO, como le dicen algunos de sus amigos por las iniciales de su nombre completo.
En lo que lleva en el cargo como legislador, ha señalado que tiene optimismo en que se amarren consensos, pese a la turbulencia con que ha arrancado la presente Legislatura. Ha dicho que tiene en sus prioridades trabajar para un marco legal mexicano que sea efectivo para contrarrestar los monopolios y las prácticas comerciales de empresas depredadoras del mercado. En este tema, no ha titubeado para admitir la necesidad de regular la expansión de Wal-Mart y otras cadenas comerciales.
Ha llegado a comentar en tono coloquial que le ha gustado la vida en el Distrito Federal, “aunque se despierte escuchando las cornetas del alba en el Campo Marte”, dado que cerca de ahí tiene su departamento. Por los antecedentes de su experiencia como dirigente empresarial de un gremio nacional que él logró aglutinar luego de una división, y por sus características de conciliador y negociador, sus amigos esperan que se reponga del desaguisado y del desliz que tuvo en el asunto de la UNAM.
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