Editorial - La Jornada

El autogol del perredismo capitalino

Ayer jueves, la reunión de las Comisiones Unidas de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) terminó en un receso debido al impasse entre las corrientes Nueva Izquierda e Izquierda Democrática Nacional ­ambas del Partido de la Revolución Democrática (PRD)­ sobre la aprobación en lo particular del Código Financiero y la Ley de Ingresos para 2007, una situación que constituye un golpe a los proyectos del jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard, y que perjudica al perredismo capitalino en su conjunto.

La sesión de la ALDF fue sorpresiva para Izquierda Democrática Nacional (IDN) y para el propio Ebrard: para esta reunión, las dos corrientes perredistas y el gobierno habían alcanzado acuerdos para lograr la aprobación del Código Financiero y la Ley de Ingresos para 2007. Sin embargo, Nueva Izquierda (NI) rompió los pactos y se reservó 40 artículos del código, entre ellos, el noveno y el decimoquinto, los cuales incluyen otorgar a la ALDF el control sobre el destino de los recursos excedentes, una medida que busca beneficiar a las delegaciones, sobre todo a las que están bajo dominio de integrantes de NI, como la de Iztapalapa. Hasta ahora, los recursos remanentes de la administración capitalina son manejados a la discreción del jefe de Gobierno del DF.

Adicionalmente, NI pretende recortar unos 2 mil millones de pesos a diversas secretarías del gobierno de la ciudad de México y a los órganos autónomos, como el Instituto Electoral capitalino, el Tribunal Electoral del DF, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo y la Comisión de Derechos Humanos del DF. Si a esto se le suma el hecho de que la discusión sobre la creación de las tres nuevas secretarías propuestas por Ebrard ­las del Trabajo y Fomento al Empleo, Educación y la de Protección Civil­ se encuentra detenida, el resultado es que el proyecto de gobierno para la capital está parcialmente paralizado.

Este enfrentamiento entre asambleístas del PRD no puede sino afectar al partido que ha gobernado la ciudad de México desde hace más de nueve años: de hecho, esta es la primera vez que el perredismo del DF se divide al grado de bloquear la viabilidad financiera de un proyecto de gobierno emanado de sus propios filas. Además, es evidente que la ciudadanía no apreciará que un grupo dentro de un partido tenga en jaque el presupuesto de su entidad a causa de su propio interés político. Esta situación no puede sino empeorar la confrontación entre NI e IDN.

Por otra parte, este enfrentamiento se agrava si se tiene en cuenta que la postura de NI es respaldada ni más ni menos que por el Partido Acción Nacional (PAN). Los panistas también se reservaron más de 20 artículos del Código Financiero, en muchos de los cuales concuerdan con NI. Asimismo, hay que señalar que la propuesta de echar mano a los recursos excedentes para desviarlos a las delegaciones fue formulada por un miembro del PAN que ni siquiera forma parte de la ALDF: se trata del diputado federal Obdulio Avila. Así, no es de extrañar que los integrantes de la Comisión de Hacienda de la Asamblea hayan calificado las acciones de esta corriente como "cinismo y descaro total del PRD azul".

Esta división deja en claro que el sol azteca tiene una asignación pendiente: fortalecer su unidad interna, ya que las actitudes facciosas perjudican también a los habitantes del DF. Por lo pronto, si este viernes el perredismo no llega a un consenso sobre el Código Financiero, se desconoce hasta cuando el gobierno de Ebrard tendrá luz verde para operar.