¿A quienes benefician mi ignorancia y mi miedo?
Jorge Antonio Hernández Velásquez
La Jornada Jalisco - 18/12/06
Cuando enseño geopolítica o política exterior a mis alumnos, revisamos ampliamente el papel del enemigo en política en casos concretos y reales. Y es que el concepto del enemigo en política resulta de gran, utilidad para justificar medidas que en circunstancias normales (es decir, sin la amenaza latente del enemigo) resultarían inaceptables. La construcción social de un enemigo a través de la amplia difusión y repetición de un discurso que identifica y simplifica las amenazas comunes, es una de las estrategias más antiguas que siguen utilizando los políticos para confundir y manipular porque ha demostrado que funciona. La lucha contra el enemigo común es el elemento legitimador que se erige por encima de las diferencias cuando existe polarización y se convierte en el argumento de justificación por excelencia cuando se fracasa en la consecución de objetivos o en el cumplimiento de promesas; porque cuando la estrategia de un gobierno es el miedo, siempre culpará a sus enemigos de sus propias ineficiencias e ineficacia.
El miedo es fruto de la ignorancia, y esto es especialmente cierto cuando se fomenta la desinformación con campañas que crean enemigos y amenazas de forma por demás simplista. Lo señalamos abiertamente durante las campañas electorales cuando se buscaba inducir a un voto del miedo, polarizando entre el México de los pacíficos y el de los violentos, y luego, afirmando categóricamente que uno de los candidatos era "un peligro para México" y que votando por un proyecto alternativo se pondría en riesgo la estabilidad del país. Funcionó en términos electorales... y luego vinieron los enemigos de la democracia, que pedían un recuento voto por voto y que. al hacerlo eran enemigos de los ciudadanos que participaron en las elecciones, posteriormente escuchamos denunciar a los enemigos del estado de derecho en Oaxaca; contra quienes el México de los pacíficos celebró la aplicación de mano dura. Seguramente vendrán los enemigos del desarrollo del país, y después mas y más enemigos que irán justificando la política del miedo porque es la política que al parecer funciona para quienes buscan mantener el poder a costa del temor y la inmovilidad.
Finley dedicó un libro completo' al análisis del papel del enemigo en política. y un artículo de Rubén Fernández, dedicado a la política del miedo, resume en pocas frases la importancia. para el Estado de crear enemigos para fomentar el miedo. Fernández- señalaba que: "si el Estado no tuviese enemigos, tendría que inventarlos. Un Estado sin enemigos temibles (reales o imaginarios) es un Estado débil, pues el poder necesita, por encima de todo, que la población tenga miedo. Mientras el Estado tenga enemigos, la población. vivirá con miedo, y cuando la gente tiene miedo, el Estado está a salvo... Existen muchas formas de poder, muchas formas de control; pero todas ellas dependen, de un modo u otro, del miedo. Miedo a ir al infierno, miedo a ir a la cárcel, miedo a quedarse sin empleo, miedo a quedar en la miseria, miedo a no lograr salir de la miseria. miedo a no ser aceptado por sus iguales, etcétera. Muéstrame a una persona obediente y yo te mostraré a una persona asustada".
El miedo inmoviliza. El miedo detiene. El miedo impide cuestionar. Pero hoy más que nunca es necesario plantearse preguntas, entre ellas: ¿por qué reconociendo las enormes carencias de los niveles educativos en México se promueven recortes presupuestales a la educación? ¿Por qué no fomentar los espíritus críticos, y las mentes que entiendan mejor los problemas del país y sus posibles soluciones? ¿Por qué la educación. no parece ser una prioridad real del -gobierno? En conclusión... ¿A quiénes benefician mi ignorancia y mi miedo?
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