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sábado, diciembre 30, 2006

Insensatez política en 2006: Atenco, Oaxaca y comicios, sólo unos ejemplos

- El Presidente, gobernadores y candidatos protagonizaron vergonzosos espectáculos

ROSA ELVIRA VARGAS/II - La Jornada 30/12/06 (Primera Parte)

Las secuelas de la represión contra trabajadores metalúrgicos en Lázaro Cárdenas, Michoacán, a finales de abril, y pocos días después la agresión en San Salvador Atenco, estado de México, con saldo de dos muertos en cada caso, así como los numerosos detenidos en la población mexiquense, entre ellos varias mujeres que fueron vejadas sexualmente, marcaron la pauta de los conflictos sociales en el segundo tercio del año.

Asimismo, en el ámbito político el país vivió el recrudecimiento del tono de las campañas electorales y el turbio proceso del cómputo de votos, luego de los comicios del 2 de julio, así como las manifestaciones y la resistencia pacífica que protagonizaron miles de ciudadanos, que llamaron la atención en esos complicados meses.

Mayo, la represión

El Día de la Santa Cruz, sin que en apariencia se tratara de un problema grave (el desalojo de floricultores en un mercado de Texcoco), devino enfrentamiento entre ejidatarios de San Mateo Atenco, pertenecientes al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, y policías municipales y estatales. Luego de intermitentes enfrentamientos a lo largo del día, la madrugada del jueves cuatro, la Policía Federal Preventiva (PFP), en un bien calculado despliegue, ingresó a Atenco y detuvo a decenas de personas.

Al saldo inicial de un muerto, el joven Javier Cortés Santiago, se sumaría, semanas después, Alexis Benhumea, quien fue herido con un proyectil de gas lacrimógeno durante el desalojo. El martes siguiente a los hechos en Atenco, la Comisión Nacional de Derechos Humanos recibió 16 quejas por abuso sexual y siete por violaciones presuntamente cometidas durante el traslado al penal de Santiaguito. El 11 de ese mes, desde Viena, Austria, el presidente Vicente Fox justificó el operativo policiaco en la población mexiquense: fue "para traer paz a los habitantes, ante una embestida de violencia".

Este mes todavía hubo sorpresas. El día 18, el Vaticano aplicó la suspensión canónica a divinis al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, por el delito de abuso sexual contra menores.

Al mismo tiempo, en las campañas por la Presidencia de la República la polarización fue cada día más evidente. Así, por ejemplo, el día 15, diputados del PRD presentaron una denuncia ante la Secretaría de la Función Pública por el supuesto desvío de 55 millones de pesos del Programa de Vivienda Rural hacia la campaña de Felipe Calderón Hinojosa, por diputados del PAN en contubernio con la ex secretaria de Desarrollo Social ­hoy de Educación Pública­ Josefina Vázquez Mota. Tres días después, el 18, Fox negó una audiencia a López Obrador con el inverosímil argumento de que él no se involucraría en la contienda electoral.

El 23, luego de una profusa difusión, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó el retiro de tres espots, por considerar que su contenido era denigrante y ofensivo para López Obrador, porque lo señalaban de ser "un peligro para México". Dos días después, también le ordenó sacar del aire aquellos promocionales que vinculaban al perredista con los linchamientos ocurridos en Tláhuac.

Junio, cuenta regresiva

En plena recta final de las elecciones presidenciales, junio arrancó con las secuelas de los meses previos en casi todos los órdenes. Así, el senador Manuel Bartlett interpuso una denuncia por daño moral contra el panista Germán Martínez Cázares, quien al fragor de las campañas lo culpó del asesinato del periodista Manuel Buendía. Y en un hospital del ISSSTE, el miércoles 7, falleció el estudiante Alexis Benhumea, herido por la policía en San Salvador Atenco, durante los hechos del 3 de mayo.

En el segundo debate entre los candidatos presidenciales, al que asistió López Obrador, el 6 de junio, estalló una bomba cuando el perredista acusó a Calderón Hinojosa de favorecer a su cuñado Diego Zavala con contratos gubernamentales (Hildebrando, SA), ingresos de los que además no había declarado ante la Secretaría de Hacienda.

En ese contexto, el paro magisterial iniciado desde mayo en Oaxaca, en demanda de aumento salarial y mejores condiciones de empleo, empezó a sumar a otras organizaciones de la sociedad. Como única respuesta, el miércoles 14, el gobernador Ulises Ruiz envió a la fuerza pública para tratar de desalojar a los manifestantes, instalados en plantón en el centro histórico de la capital oaxaqueña, operación que dejó un saldo de 92 heridos y la radicalización del movimiento, que sumó a sus exigencias la dimisión del mandatario local.

En el escándalo de Hildebrando, el candidato Calderón dejó los argumentos por el denuesto y rebautizó a su contrincante del PRD como López hablador, y lo retó a exhibir contratos con su firma para favorecer a Diego Zavala, de lo que, por cierto, nunca lo acusó el abanderado de la coalición Por el Bien de Todos.

Finalmente, después de una agotadora y desgastante campaña, que en rigor duró un año, a finales de junio los candidatos pusieron fin a su actividad proselitista. López Obrador reunió a cientos de miles en el Zócalo, Calderón Hinojosa en el Estadio Azteca y Roberto Madrazo en mítines en varias ciudades.

Julio, el desaseo

Con un padrón de 71 millones 350 mil 976 ciudadanos con derecho a voto, México acudió a las que, según cifras oficiales, serían las elecciones más competidas en la historia. Luego de una jornada comicial sin mayores incidentes, la noche del 2 de julio Luis Carlos Ugalde, presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), informó que no obstante tener 95.12 por ciento de resultados del conteo rápido, no era posible determinar cuál candidato era el ganador.

Calderón Hinojosa y López Obrador se declararon triunfadores.

De inmediato, López Obrador desconoció los resultados oficiales y denunció la pérdida de 3 millones de votos. Eso ocurrió el lunes 3. Al día siguiente, el IFE dio a conocer el cómputo de 11 mil 184 millones no contabilizados por el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), según los cuales Calderón obtenía 35.91 por ciento de sufragios y López Obrador 35.28 por ciento, con una diferencia real de 257 mil 532 votos, lo que, sufragios más o menos, décimas más o menos, al final sería el resultado oficial de esos comicios.

Una afirmación que resultó fundamental para desconfiar de la limpieza del proceso y del conteo de los votos fue la del propio Ugalde, el jueves 6, al declarar como ganador a Calderón Hinojosa, suplantando funciones exclusivas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Según él, la regla de oro de la democracia establece que "gana el candidato que tenga más votos".

En una de las muchas y multitudinarias concentraciones en el Zócalo a que convocó después del 2 de julio, el sábado 8, López Obrador dio a conocer grabaciones que exponían la manipulación electoral en favor de Calderón Hinojosa, realizada por la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo con el apoyo de gobernadores, como el tamaulipeco Eugenio Hernández Flores, y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola.

Finalmente, después de una salida de facto y de la evidencia de una auténtica guerra contra el entonces candidato del PRI a la Presidencia, Roberto Madrazo, el jueves 13 ese partido expulsó de sus filas a la profesora Gordillo Morales, ex secretaria general del mismo.

El día 15, el TEPJF comenzó el análisis de los recursos de impugnación de los comicios. El 18, el Estado Mayor Presidencial aumentó las medidas de seguridad en torno de Felipe Calderón, cuando ese día, al salir del Club de Periodistas, fue increpado por varias personas. Mientras esas manifestaciones espontáneas tenían lugar, varios artistas plásticos mostraban obras contra el fraude en Avenida Juárez, las cuales fueron mutiladas por manos anónimas la madrugada del 19.

Dos días después, López Obrador se comprometió a acatar el fallo del TEPJF si se aceptaba el recuento voto por voto, postura que se convirtió en el eje de la polémica poselectoral, al tiempo que Calderón Hinojosa trataba de obtener apoyos para legitimar su triunfo; el martes 25, por ejemplo, se reunió con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), cuya dirigente vitalicia, Elba Esther Gordillo, lo llamó "presidente electo".

El domingo siguiente, 30 de julio, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos anunció en una gigantesca concentración, que abarcó desde el Museo de Antropología hasta el Zócalo, la instalación de un plantón permanente, con el reclamo de que se limpiara la elección. Esa acción fue secundada por miles de personas, que desde ese día decidieron pernoctar y vivir en calles centrales de la capital del país.

Agosto, el reclamo

Al comenzar este mes, la convulsión política provocó que noticias como la detención de Francisco Javier Arellano Félix, por agentes estadunidenses, el 16, pasara casi desapercibida. Durante días, la coalición Por el Bien de Todos redobló sus protestas y la presentación de pruebas del fraude, aseguraban, cometido el 2 de julio. Y en contrapartida proliferaron también los ataques contra López Obrador en diversos medios de comunicación, incluida la web, donde en algunos casos se detectaron correos enviados desde oficinas de gobierno. Pero el día 5 el TEPJF resolvió por unanimidad desechar el conteo voto por voto y a cambio anunció la apertura de 11 mil 839 paquetes electorales, en los cuales, una vez iniciada la revisión, se encontraron numerosas irregularidades.

En vísperas del último informe presidencial de Vicente Fox, el PRD reiteró sus advertencias de que no iba a permitir al mandatario presentarse en San Lázaro. A mediados del mes, el Palacio Legislativo fue cercado por más de 800 elementos del la Policía Federal Preventiva, el Estado Mayor Presidencial y la policía capitalina. El día 23, sin mayor discusión, el Consejo General del IFE aprobó la asignación de diputados y senadores para la LX Legislatura.

De igual forma, el conflicto oaxaqueño, hasta entonces soslayado por las autoridades federales, creció. El ciclo escolar empezó sin que en esa entidad también comenzara.

Y en un adelanto de lo que se decretaría a principios de septiembre, el TEPJF desechó, por improcedentes o infundados, la mayoría de los 375 juicios de inconformidad presentados contra la elección presidencial. López Obrador exclamó en el Zócalo que el Tribunal Electoral asumía una actitud cómplice, al convalidar el fraude de la elección. Anticipó que podría construir un "gobierno legítimo".

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