El PAN Jalisco se llevó carro completo, no le bastó pintar de azul el estado ganando las elecciones a la gubernatura, las diputaciones y las principales alcaldías, sino que ahora se disputan, como a la vieja usanza priísta, los cotos de poder en una férrea lucha entre grupos internos por el control del partido, donde destaca el grupo tradicional, liderado por el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña.
“Fue un buen año”, así lo calificó el presidente del Comité Estatal del PAN, Eduardo Rosales al festinar el año que termina, pese a eso, se siente inconforme porque destacó, Acción Nacional aspiraba a más, redondear el estado, ganar Puerto Vallarta y El Salto, además del Distrito 19.
“Creo que tenemos que revisar la actuación de nuestros ayuntamientos, no quisiera que los 64 ayuntamientos que ganamos, en tres años se vayan a entregar a otros partidos, revisaremos la percepción que tiene la ciudadanía hacía los ayuntamientos, más que en acciones de gobierno concretas y debemos fortalecer las áreas del partido que tienen que ver con apoyo a gobiernos municipales”.
Para el panista los cambios administrativos del año que comienza, representan una oportunidad inmejorable, no sólo por quienes estarán al frente de las administraciones, sino por el clima que se percibe entre todos los partidos políticos, con el ánimo social, dijo, de muchos organismos que pretenden evitar el divisionismo y poner en primer lugar al estado.
Rosales Castellanos descartó que al interior de su partido concluyan el año con divisiones y fracturas irreconciliables, ya que los grupos como los garcistas han querido ser desterrados por los tradicionales y los emilistas; siendo protegidos por los seguidores de Bebeto, o los mismos de la Nueva Alianza que entre ellos mismos se bloquean para evitar que más de uno sobresalga.
“Yo no observo eso, lo que percibo es un partido vivo, donde hay diferentes expresiones y donde esto es natural, y la prueba está en que los acuerdos de la junta de comité estatal, las últimas han salido por unanimidad, lo fundamental es que sabemos que debemos seguir trabajando unidos y que parte del triunfo fue estar unidos”.
El grupo de más reciente creación al interior del PAN, el llamado Nueva Alianza Generacional que se creó a raíz de las diferencias que tuvieron algunos de sus integrantes con los líderes de otros grupos tenía un futuro promisorio, sus integrantes como Eduardo Rosales, líder estatal; Alfredo Argüelles, presidente del comité Guadalajara; Rodolfo Ocampo, diputado local; José María Martínez, ex coordinador parlamentario y Ricardo Ríos, secretario del PAN tapatío eran un grupo sólido, hasta que la ambición de poder y las reconciliaciones tocaron a la puerta.
La confrontación de los garcistas, separó a Ríos, Argüelles y Ocampo; la de los tradicionales distanció a Rosales y Martínez de Ramírez Acuña; pero como el tiempo no curó las heridas, la Alianza Generacional ofrendó un sacrificio para demostrar que no existen y regresar al cobijo de Ramírez Acuña, relacionar a Argüelles y Ríos de soborno a camioneros y con eso terminar con las aspiraciones políticas de ambos, tanto para cargos en el Ayuntamiento de Guadalajara con Alfonso Petersen, como sus intenciones de contender para la alcaldía tapatía, ya que Argüelles encabezaba las afiliaciones masivas a su favor.
“El grupo Alianza Generacional es un mito, como el chupacabras, no existe, el partido es mucho más complejo de lo que puede parecer y la gran mayoría de los militantes no pertenecen a grupos o corrientes que son los que toman decisiones, creo que hay conciencia de los diferentes liderazgos del partido para que las cosas salgan bien”.
A este respecto de las confrontaciones entre grupos, Rosales matizó los enfrentamientos y esgrimió que pareciera que las corrientes son inamovibles, pero cada contienda interna reacomoda las alianzas entre los mismos y los que llegaron a ser antagonistas de repente acusan una inquebrantable unidad.
“De repente se asignan nombres y parece que fueran grupos inamovibles y en cada contienda cada quien decide en lo personal a quien apoya y no pasa nada y en la siguiente volverás a coincidir con quien no coincidías y no pasa nada”.
Evadiendo la pregunta sobre la cantidad de grupos que integran Acción Nacional en el estado y quienes los encabezan, el presidente estatal suscribió que existen liderazgos dentro del partido, pero descartó nombrarlos ya que argumentó que los hay desde emergentes hasta morales.
Los cotos de poder al interior de Acción Nacional quedaron de manifiesto con las asignaciones de los cargos dentro de los ayuntamientos, tan sólo en Guadalajara la nómina de primer nivel representa la hegemonía de Ramírez Acuña y en Zapopan, Juan Sánchez Aldana se rindió ante su jefe moral, Fernando Garza y dejó que palomeara la lista de los que encabezarán la administración, mientras que en Tlaquepaque y Tonalá la composición fue menos rígida y se dio oportunidad de integrar administraciones plurales.
A pesar de todo, Eduardo Rosales se dice inconforme: nos faltó ganar Puerto Vallarta y El Salto
El líder blanquiazul descarta que terminen el año con divisiones irreconciliables al interior del partido
EUGENIA BARAJAS
Los focos rojos están encendidos para el PAN en la alcaldía tapatía, la división entre regidores albiazules marcará el camino llano o empedrado para Petersen; la designación de José María Martínez como coordinador fue la causa y que por azares del destino fue nombrado por quien fue víctima del fuego amigo, Alfredo Argüelles en su calidad de presidente del comité tapatío.
En ese ayuntamiento se gestarán en el próximo año las candidaturas para suceder a Petersen Farah, nombres como José María Martínez, Manuel Romo, Alfredo Argüelles estarán en la palestra y generarán enfrentamientos y alianzas al interior de las entrañas del panismo.
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http://www.lajornadajalisco.com.mx/2006/12/30/index.php?section=politica&article=005n1pol
“Fue un buen año”, así lo calificó el presidente del Comité Estatal del PAN, Eduardo Rosales al festinar el año que termina, pese a eso, se siente inconforme porque destacó, Acción Nacional aspiraba a más, redondear el estado, ganar Puerto Vallarta y El Salto, además del Distrito 19.
“Creo que tenemos que revisar la actuación de nuestros ayuntamientos, no quisiera que los 64 ayuntamientos que ganamos, en tres años se vayan a entregar a otros partidos, revisaremos la percepción que tiene la ciudadanía hacía los ayuntamientos, más que en acciones de gobierno concretas y debemos fortalecer las áreas del partido que tienen que ver con apoyo a gobiernos municipales”.
Para el panista los cambios administrativos del año que comienza, representan una oportunidad inmejorable, no sólo por quienes estarán al frente de las administraciones, sino por el clima que se percibe entre todos los partidos políticos, con el ánimo social, dijo, de muchos organismos que pretenden evitar el divisionismo y poner en primer lugar al estado.
Rosales Castellanos descartó que al interior de su partido concluyan el año con divisiones y fracturas irreconciliables, ya que los grupos como los garcistas han querido ser desterrados por los tradicionales y los emilistas; siendo protegidos por los seguidores de Bebeto, o los mismos de la Nueva Alianza que entre ellos mismos se bloquean para evitar que más de uno sobresalga.
“Yo no observo eso, lo que percibo es un partido vivo, donde hay diferentes expresiones y donde esto es natural, y la prueba está en que los acuerdos de la junta de comité estatal, las últimas han salido por unanimidad, lo fundamental es que sabemos que debemos seguir trabajando unidos y que parte del triunfo fue estar unidos”.
El grupo de más reciente creación al interior del PAN, el llamado Nueva Alianza Generacional que se creó a raíz de las diferencias que tuvieron algunos de sus integrantes con los líderes de otros grupos tenía un futuro promisorio, sus integrantes como Eduardo Rosales, líder estatal; Alfredo Argüelles, presidente del comité Guadalajara; Rodolfo Ocampo, diputado local; José María Martínez, ex coordinador parlamentario y Ricardo Ríos, secretario del PAN tapatío eran un grupo sólido, hasta que la ambición de poder y las reconciliaciones tocaron a la puerta.
La confrontación de los garcistas, separó a Ríos, Argüelles y Ocampo; la de los tradicionales distanció a Rosales y Martínez de Ramírez Acuña; pero como el tiempo no curó las heridas, la Alianza Generacional ofrendó un sacrificio para demostrar que no existen y regresar al cobijo de Ramírez Acuña, relacionar a Argüelles y Ríos de soborno a camioneros y con eso terminar con las aspiraciones políticas de ambos, tanto para cargos en el Ayuntamiento de Guadalajara con Alfonso Petersen, como sus intenciones de contender para la alcaldía tapatía, ya que Argüelles encabezaba las afiliaciones masivas a su favor.
“El grupo Alianza Generacional es un mito, como el chupacabras, no existe, el partido es mucho más complejo de lo que puede parecer y la gran mayoría de los militantes no pertenecen a grupos o corrientes que son los que toman decisiones, creo que hay conciencia de los diferentes liderazgos del partido para que las cosas salgan bien”.
A este respecto de las confrontaciones entre grupos, Rosales matizó los enfrentamientos y esgrimió que pareciera que las corrientes son inamovibles, pero cada contienda interna reacomoda las alianzas entre los mismos y los que llegaron a ser antagonistas de repente acusan una inquebrantable unidad.
“De repente se asignan nombres y parece que fueran grupos inamovibles y en cada contienda cada quien decide en lo personal a quien apoya y no pasa nada y en la siguiente volverás a coincidir con quien no coincidías y no pasa nada”.
Evadiendo la pregunta sobre la cantidad de grupos que integran Acción Nacional en el estado y quienes los encabezan, el presidente estatal suscribió que existen liderazgos dentro del partido, pero descartó nombrarlos ya que argumentó que los hay desde emergentes hasta morales.
Los cotos de poder al interior de Acción Nacional quedaron de manifiesto con las asignaciones de los cargos dentro de los ayuntamientos, tan sólo en Guadalajara la nómina de primer nivel representa la hegemonía de Ramírez Acuña y en Zapopan, Juan Sánchez Aldana se rindió ante su jefe moral, Fernando Garza y dejó que palomeara la lista de los que encabezarán la administración, mientras que en Tlaquepaque y Tonalá la composición fue menos rígida y se dio oportunidad de integrar administraciones plurales.
A pesar de todo, Eduardo Rosales se dice inconforme: nos faltó ganar Puerto Vallarta y El Salto
El líder blanquiazul descarta que terminen el año con divisiones irreconciliables al interior del partido
EUGENIA BARAJAS
Los focos rojos están encendidos para el PAN en la alcaldía tapatía, la división entre regidores albiazules marcará el camino llano o empedrado para Petersen; la designación de José María Martínez como coordinador fue la causa y que por azares del destino fue nombrado por quien fue víctima del fuego amigo, Alfredo Argüelles en su calidad de presidente del comité tapatío.
En ese ayuntamiento se gestarán en el próximo año las candidaturas para suceder a Petersen Farah, nombres como José María Martínez, Manuel Romo, Alfredo Argüelles estarán en la palestra y generarán enfrentamientos y alianzas al interior de las entrañas del panismo.
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