Foro de Telmex devino rechifla a Felipe Calderón
''Espurio'', ''¡ya cállate!'', ''mentiroso'', le gritaron jóvenes becarios
Foro de Telmex devino rechifla a Felipe Calderón
El Presidente llamó a dejar atrás ''complejos y primitivismos''
CLAUDIA HERRERA , VICTOR CARDOSO
Foro de Telmex devino rechifla a Felipe Calderón
El Presidente llamó a dejar atrás ''complejos y primitivismos''
CLAUDIA HERRERA , VICTOR CARDOSO
Los abucheos, silbatinas y descalificaciones arrancaron con la sola mención de la presencia del ''presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón''. Aleatoriamente, del graderío del Auditorio Nacional, lleno de estudiantes de alto rendimiento, beneficiarios de las becas Telmex, surgieron algunos gritos de ''¡espurio!'', al paso del mandatario rumbo al presidium, a donde lo acompañaba el empresario Carlos Slim.
El dueño del Grupo Carso respiró con tranquilidad cuando finalmente se escucharon sonoros aplausos que buscaron opacar las muestras de desaprobación al jefe del Ejecutivo y arroparlo. Ante ese grupo juvenil, polarizado, Calderón llamó a dejar atrás ''complejos y primitivismos'' y apostar por un ''México ganador''.
Lejos quedó la celebración del primero de diciembre de 2006, cuando en este mismo escenario el michoacano fue recibido con ovaciones de un panismo desbordado y satisfecho de que, minutos antes, su abanderado había rendido protesta en San Lázaro, a pesar de la oposición perredista.
Ayer, el mandatario regresó al Auditorio Nacional, pero no con la familia blanquiazul, sino con alumnos de escuelas y universidades públicas y privadas que dividieron opiniones en torno suyo y que lo hicieron batallar. Pasadas las nueve de la mañana, todavía con la sonrisa en el rostro, el Presidente entró por el corredor central acompañado de la plana mayor de Teléfonos de México (Telmex). El tercer hombre más rico del mundo, Carlos Slim Helú; su hijo Carlos Slim Domit; su sobrino Héctor Slim, y Arturo Elías Ayub.
Los esperaban 10 mil jóvenes talentosos, que ya habían pasado por los filtros de seguridad del Estado Mayor Presidencial para participar en el quinto Foro México Siglo XXI. Jóvenes construyendo el futuro, cuyo plato fuerte era el discurso del Presidente dentro de un programa que incluyó al corredor Carl Lewis, la cantante Gloria Stephan y ejecutivos de empresas como Hewlett Packard.
Sin importar el llamado que el maestro de ceremonias, el actor Bruno Bichir, hizo para que los jóvenes entonaran ''respetuosamente'' el Himno Nacional, continuaron las expresiones de inconformidad provenientes sobre todo de la parte alta del recinto. Hasta un recordatorio familiar surgió, cuando se entonaban las primeras estrofas. A partir de ese momento, Calderón no tuvo un ambiente cómodo.
Por un largo rato se calmó el barullo, cuando concluyeron las notas del himno y Carlos Slim tomó la palabra para dar un amplio reconocimiento a la firmeza del mandatario y asegurar que están ''incondicionalmente'' con su esfuerzo por generar oportunidades y bienestar. Pero apenas el copresidente del Consejo de Administración de Telmex terminó su mensaje, y el presidente se acercó al estrado, sonaron de nuevo las rechiflas.
En ese momento, los organizadores apagaron las luces -al parecer en previsión de que aparecieran pancartas de protesta-, lo que provocó que los asistentes mostraran mayor inconformidad, pero también sirvió para que algunos aprovecharan la oscuridad para lanzar sus consignas con mayor fuerza. ''Buuuu, buuu'', gritaban algunos asistentes desde diversos puntos del auditorio, mientras el jefe del Ejecutivo citaba los nombres de sus anfitriones y expresaba su alegría por estar con un grupo de jóvenes que son un ''ejemplo de empeño, de éxito en su mayoría''.
Hasta ese momento parecía que las expresiones de protesta se detendrían, pero en cuanto el mandatario citó los pronósticos de la empresa Goldman Sachs, que ubican a México dentro de las cinco principales economías del mundo dentro de 30 o 40 años, éstas volvieron a arreciar. ''¡Ya cállate!'', lanzó alguien. A pesar del ambiente hostil, el invitado principal continuó con su discurso, pero su gesto se fue endureciendo.
Y es que desde distintos puntos del auditorio era increpado. En las butacas del lado izquierdo se escuchaba una voz femenina que no dejaba de exclamar: ''¡espurio!'', ''¡pelele!'' Esto llevó a que de inmediato se subiera el volumen del micrófono del mandatario, lo que no impidió que de otro sector le reclamaran ''Presidente del empleo, mentiroso'' y 'no a la ley del ISSSTE'', cuando Calderón aseguraba que México cuenta con ventajas que no tienen otros países, como recursos naturales, una posición geográfica estratégica de cercanía con Estados Unidos, y donde la mayor parte de la población está por debajo de los 30 años de edad. Así, a medida que continuaban las protestas, el michoacano fue subiendo su tono de voz y su hablar fue más rápido. Ni siquiera se detuvo para tomar agua, lo que habitualmente hace.
''Yo quiero, amigas y amigos, que pensemos claramente qué queremos que sea México, porque podemos ser, sí, podemos seguir siendo un país subdesarrollado permanente, un país que siempre se lamente de su mala suerte, un país que siempre busque culpar a los demás o encontrar pretextos a lo que no hacemos'', afirmó ya con una risa nerviosa. Y llamó a los jóvenes a superar una ''serie de prejuicios, de complejos, de primitivismos, de ser capaces de entender que son más los mexicanos que quieren que este país salga adelante''.
Ese señalamiento hizo que en las butacas más cercanas al escenario estallaran los aplausos en un intento por sobreponerse al griterío, acción a la que se sumaron Slim Helú y los otros ejecutivos de Telmex. Pero no dejaron de oírse otras expresiones críticas como ''ladrón'', ''ratero'', ''estás bien feo'', ''delincuente''. Abajo, el coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Maximiliano Cortázar, observaba nerviosamente cómo su jefe seguía con su discurso, aunque por momentos titubeaba.
Ya casi al final, Calderón lanzó una velada crítica a Telmex, al señalar que su gobierno dialoga con las empresas del sector telecomunicaciones para buscar la manera de hacer más competitiva y eficiente la economía. ''Es una verdad fundamental que ha dicho aquí también Carlos Slim, la cual es que el consumidor decida entre varias opciones cuál le gusta más y cuál es la mejor'', dijo.
Por la noche, la Presidencia emitió un comunicado donde aseguró que el michoacano había hecho un llamado a las empresas a buscar un ''mercado más abierto'', no obstante que ese no había sido su mensaje. Así, con un ''muchas gracias y que tengan buen día'', el Presidente concluyó su intervención en medio de aplausos y exclamaciones de ''bravo'' de un sector del auditorio, pero en su premura por abandonar el lugar se le olvidó hacer la declaratoria de inauguración.
Su jefe de ayudantes le hizo ver la omisión y regresó al estrado. En una operación que duró apenas unos cuantos segundos, Slim le entregó un reconocimiento y finalmente el mandatario pudo dejar el auditorio por una puerta lateral y en medio de abucheos y porras de ''¡Felipe, Felipe!''
De este hecho, la agencia estatal Notimex difundió que el presidente Felipe Calderón escuchó rechiflas y consignas durante y después de su discurso en el Auditorio Nacional, pero que ''éstas fueron contrarrestadas por aplausos de la mayoría de los asistentes''.
El dueño del Grupo Carso respiró con tranquilidad cuando finalmente se escucharon sonoros aplausos que buscaron opacar las muestras de desaprobación al jefe del Ejecutivo y arroparlo. Ante ese grupo juvenil, polarizado, Calderón llamó a dejar atrás ''complejos y primitivismos'' y apostar por un ''México ganador''.
Lejos quedó la celebración del primero de diciembre de 2006, cuando en este mismo escenario el michoacano fue recibido con ovaciones de un panismo desbordado y satisfecho de que, minutos antes, su abanderado había rendido protesta en San Lázaro, a pesar de la oposición perredista.
Ayer, el mandatario regresó al Auditorio Nacional, pero no con la familia blanquiazul, sino con alumnos de escuelas y universidades públicas y privadas que dividieron opiniones en torno suyo y que lo hicieron batallar. Pasadas las nueve de la mañana, todavía con la sonrisa en el rostro, el Presidente entró por el corredor central acompañado de la plana mayor de Teléfonos de México (Telmex). El tercer hombre más rico del mundo, Carlos Slim Helú; su hijo Carlos Slim Domit; su sobrino Héctor Slim, y Arturo Elías Ayub.
Los esperaban 10 mil jóvenes talentosos, que ya habían pasado por los filtros de seguridad del Estado Mayor Presidencial para participar en el quinto Foro México Siglo XXI. Jóvenes construyendo el futuro, cuyo plato fuerte era el discurso del Presidente dentro de un programa que incluyó al corredor Carl Lewis, la cantante Gloria Stephan y ejecutivos de empresas como Hewlett Packard.
Sin importar el llamado que el maestro de ceremonias, el actor Bruno Bichir, hizo para que los jóvenes entonaran ''respetuosamente'' el Himno Nacional, continuaron las expresiones de inconformidad provenientes sobre todo de la parte alta del recinto. Hasta un recordatorio familiar surgió, cuando se entonaban las primeras estrofas. A partir de ese momento, Calderón no tuvo un ambiente cómodo.
Por un largo rato se calmó el barullo, cuando concluyeron las notas del himno y Carlos Slim tomó la palabra para dar un amplio reconocimiento a la firmeza del mandatario y asegurar que están ''incondicionalmente'' con su esfuerzo por generar oportunidades y bienestar. Pero apenas el copresidente del Consejo de Administración de Telmex terminó su mensaje, y el presidente se acercó al estrado, sonaron de nuevo las rechiflas.
En ese momento, los organizadores apagaron las luces -al parecer en previsión de que aparecieran pancartas de protesta-, lo que provocó que los asistentes mostraran mayor inconformidad, pero también sirvió para que algunos aprovecharan la oscuridad para lanzar sus consignas con mayor fuerza. ''Buuuu, buuu'', gritaban algunos asistentes desde diversos puntos del auditorio, mientras el jefe del Ejecutivo citaba los nombres de sus anfitriones y expresaba su alegría por estar con un grupo de jóvenes que son un ''ejemplo de empeño, de éxito en su mayoría''.
Hasta ese momento parecía que las expresiones de protesta se detendrían, pero en cuanto el mandatario citó los pronósticos de la empresa Goldman Sachs, que ubican a México dentro de las cinco principales economías del mundo dentro de 30 o 40 años, éstas volvieron a arreciar. ''¡Ya cállate!'', lanzó alguien. A pesar del ambiente hostil, el invitado principal continuó con su discurso, pero su gesto se fue endureciendo.
Y es que desde distintos puntos del auditorio era increpado. En las butacas del lado izquierdo se escuchaba una voz femenina que no dejaba de exclamar: ''¡espurio!'', ''¡pelele!'' Esto llevó a que de inmediato se subiera el volumen del micrófono del mandatario, lo que no impidió que de otro sector le reclamaran ''Presidente del empleo, mentiroso'' y 'no a la ley del ISSSTE'', cuando Calderón aseguraba que México cuenta con ventajas que no tienen otros países, como recursos naturales, una posición geográfica estratégica de cercanía con Estados Unidos, y donde la mayor parte de la población está por debajo de los 30 años de edad. Así, a medida que continuaban las protestas, el michoacano fue subiendo su tono de voz y su hablar fue más rápido. Ni siquiera se detuvo para tomar agua, lo que habitualmente hace.
''Yo quiero, amigas y amigos, que pensemos claramente qué queremos que sea México, porque podemos ser, sí, podemos seguir siendo un país subdesarrollado permanente, un país que siempre se lamente de su mala suerte, un país que siempre busque culpar a los demás o encontrar pretextos a lo que no hacemos'', afirmó ya con una risa nerviosa. Y llamó a los jóvenes a superar una ''serie de prejuicios, de complejos, de primitivismos, de ser capaces de entender que son más los mexicanos que quieren que este país salga adelante''.
Ese señalamiento hizo que en las butacas más cercanas al escenario estallaran los aplausos en un intento por sobreponerse al griterío, acción a la que se sumaron Slim Helú y los otros ejecutivos de Telmex. Pero no dejaron de oírse otras expresiones críticas como ''ladrón'', ''ratero'', ''estás bien feo'', ''delincuente''. Abajo, el coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Maximiliano Cortázar, observaba nerviosamente cómo su jefe seguía con su discurso, aunque por momentos titubeaba.
Ya casi al final, Calderón lanzó una velada crítica a Telmex, al señalar que su gobierno dialoga con las empresas del sector telecomunicaciones para buscar la manera de hacer más competitiva y eficiente la economía. ''Es una verdad fundamental que ha dicho aquí también Carlos Slim, la cual es que el consumidor decida entre varias opciones cuál le gusta más y cuál es la mejor'', dijo.
Por la noche, la Presidencia emitió un comunicado donde aseguró que el michoacano había hecho un llamado a las empresas a buscar un ''mercado más abierto'', no obstante que ese no había sido su mensaje. Así, con un ''muchas gracias y que tengan buen día'', el Presidente concluyó su intervención en medio de aplausos y exclamaciones de ''bravo'' de un sector del auditorio, pero en su premura por abandonar el lugar se le olvidó hacer la declaratoria de inauguración.
Su jefe de ayudantes le hizo ver la omisión y regresó al estrado. En una operación que duró apenas unos cuantos segundos, Slim le entregó un reconocimiento y finalmente el mandatario pudo dejar el auditorio por una puerta lateral y en medio de abucheos y porras de ''¡Felipe, Felipe!''
De este hecho, la agencia estatal Notimex difundió que el presidente Felipe Calderón escuchó rechiflas y consignas durante y después de su discurso en el Auditorio Nacional, pero que ''éstas fueron contrarrestadas por aplausos de la mayoría de los asistentes''.
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