Por: Benjamín Castro
Normalmente la derecha es irracional e ignorante pero a veces se pasa. La visita de Michell Bachelet , la presidenta de Chile, a México, fue planeada por el gobierno de Felipe Calderón para usarla como cobertura y protección a su intento de reforma del sistema de pensiones del ISSSTE. Según parece, el propio Calderón se creyó el cuento tan socorrido de la derecha mexicana de que en Chile hay un "milagro económico" y que las reformas al sistema de pensiones que impuso la dictadura de Pinochet en 1981 fue una maravilla. Y pensó, por lo tanto, que la presidenta Bachelet haría un elogio de estas reformas y que justificaría el plan de Calderón y de Elba Esther Gordillo para robarse los fondos de pensiones de los trabajadores federales y jinetearlos junto con los banqueros internacionales que ahora controlan el sistema de AFORES en nuestro país.
Eso se imaginaron Calderón y sus asesores pero no funciono así y Bachelet explicó claramente que en su país las reformas de 1981 tenían grandes fallas y que su gobierno estaba buscando a su vez reformarlas para crear un sistema solidario como el que existía antes de estas. Bachelet no es pinochetista, ni lo será nunca, como sí lo es Calderón en el sentido estricto.
Para no cometer el mismo error que Calderón y de la derecha mexicana que piensa que Chile es un "milagro económico" y que el sistema de pensiones privatizadas es el paraíso, hay que entender qué es y qué fue el pinochetismo. Aquí en nuestro país, la izquierda se imagina que el golpe de estado de Pinochet el 11 de septiembre de 1973 fue de alguna manera una respuesta al "avance de la izquierda" y a la llegada de Salvador Allende a la presidencia de ese país. Eso es una parte solamente de la verdad. La parte más superficial. En realidad Pinochet fue impuesto con el apoyo de Félix Rohatyn, de la casa Lehman Brothers, George Shultz de la compañía Bechtel, y entonces secretario del tesoro y por Henry Kissinger que entonces era secretario de estado. Por supuesto, tuvieron el apoyo del gobierno británico y utilizaron a los viejos nazis que huyeron de la Alemania de Hitler a través de la "Línea Rata" a varios países sudamericanos especialmente a Chile.
El golpe se dio entre todas estas fuerzas pero no solo para derrocar a Allende sino para imponer el primer experimento de lo que serían las "reformas estructurales" que se impondrían en todo el mundo, -incluyendo Inglaterra por supuesto con las reformas tacheristas - y que representaban el desmantelamiento del legado de Franklin Delano Roosevelt y el sistema de Bretton Woods que Shultz y Kissinger desmantelaron en 1971, cuando cambiaron el sistema de "tasas fijas" a uno de "tasas flotantes", y que inmediatamente se reflejó en la imposición y aumento arbitrario de las deudas financieras de países como el nuestro.
Chile fue el primer experimento de lo que sería una economía ad hoc para el sistema de "tasas flotantes" que padecemos en todo el mundo desde entonces, hasta la llamada "globalización". Los "Chicago boys", dirigidos por el propio Shultz, tuvieron a su cargo el diseño de los detalles del proyecto fascista para imponer en Chile la politica economica diseñada por el ministro de finanzas de Hitler Hjalmar Schacht.
Michell Bachelet sabe muy bien todo esto. Sabe muy bien que el arquitecto de las reformas de pensiones de 1981 fue Juan Piñera, el hermano de Sebastián Piñera -su rival pinochetista en la elección presidencial que ella ganó-. Bachelet sabe además que el sistema de privatización de las pensiones ha conducido a la indigencia a la mayoría de sus usuarios, es decir, a los trabajadores que empezaron a jubilarse después de que fueron implementadas en su país.
Una de las principales exigencias de la población y de los sindicatos durante la campaña electoral presidencial fue precisamente detener y acabar con la miseria y la indigencia que este sistema de "Afores chilenas" causaron a la población además de la miseria generalizada entre los trabajadores y las clases medias que no se creen el cuento de que Chile y sus "reformas" es la mejor economía del mundo, puesto que soportan el mayor índice de pobreza y endeudamiento per capita en el mundo.
Por eso Michell Bachellet actuó así frente a Calderón y su reforma del ISSSTE. Que Calderón no entienda esto o se haga el occiso es explicable; que algunos perredistas no lo entiendan, eso no es explicable. Calderón tiene como propósito fundamental de su gobierno el transplante a México del "Chile de Pinochet", que consiste en la imposición de las "reformas estructurales", empezando por la reforma total del sistema de pensiones y el establecimiento, paralelamente, de un estado policiaco como lo intenta con sus propuestas de reformas judiciales. De lograr estas reformas judiciales, Calderón se quitaría la mascara para sacar su verdadera cara sinarquista, su verdadero "pinochet interno".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario