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jueves, marzo 29, 2007

Opinión - Jenaro Villamil

Aborto, los intereses de Calderón

Proceso

México, D.F., 21 de marzo (apro).- En franca contradicción con sus propios correligionarios panistas de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y en clara sintonía con Provida, la Unión Nacional de Padres de Familia y otros voceros que reparten excomuniones e invocan a la divinidad en asuntos terrenales, el presidente Felipe Calderón se pronunció este martes en torno al debate sobre la despenalización del aborto en el Distrito Federal que, según la mayoría de las encuestas, cuenta con el amplio respaldo ciudadano.

“Yo lo que espero –afirmó Calderón-- es que haya una legislación responsable que tome en cuenta las distintas posturas de la sociedad y que no haya avasallamiento, sobre todo, en un tema tan sensible, de parte de quien tenga la mayoría. Son temas que implican concepciones profundas de los mexicanos y se deben abordar con cuidado.”

Por supuesto, el primer mandatario no hablaba del “avasallamiento” que se operará para reformar el régimen de pensiones del ISSSTE. Su tema era la despenalización del aborto, un asunto que no está discutiéndose en el ámbito federal, sino en el terreno de la Ciudad de México.

Evidentemente, Calderón responde así a las presiones de los grupos de ultraderecha como Provida, la Unión Nacional de Padres de Familia y otros que les gusta ver la paja en el ojo ajeno y nunca se han pronunciado en contra de crímenes mayores como el abuso sexual a menores en las parroquias mexicanas. El inefable vocero de Provida, Jorge Serrano Limón, advirtió que llegará “hasta las últimas consecuencias” si se aprueba la iniciativa que propone despenalizar la interrupción del embarazo en las primeras 14 semanas de vida.

Al señor Serrano Limón, por lo visto, no le bastó con el escándalo generado por el desvío de 30 millones de pesos del erario a sus Centros Integrales de Atención a la Mujer ni con la compra de tangas de lujo para guardar la mesura. Ahora pretende impulsar una cruzada internacional contra los legisladores que aprueben la iniciativa, originalmente presentada por el PRI y respaldada por la mayoría del PRD y por el propio jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.

La falta de credibilidad de Serrano Limón y su organismo pantalla está más que acreditada en las encuestas recientes. El propio periódico Reforma, en un sondeo difundido el martes 20 de marzo, reveló que el 59 por ciento de los capitalinos considera que la propuesta debe ser aprobada, el 65 por ciento opina que la despenalización reducirá el número de mujeres que mueren por abortos clandestinos realizados en malas condiciones y el 62 por ciento subrayó que debe ser la mujer y no el púlpito quien debe decidir sobre estos asuntos.

Al inmiscuirse en este asunto, Calderón lo que generará es una crispación mayor, incluso dentro de su propio partido. El propio vicecoordinador panista en la Asamblea Legislativa, Jorge Triana, advirtió que no responderán a las presiones de la jerarquía eclesiástica sino a un razonamiento laico.

Ni siquiera durante la discusión de las reformas conocidas como “ley Robles”, promovidas por la exjefa de Gobierno del Distrito Federal, Rosario Robles, el entonces primer mandatario Vicente Fox se atrevió a meterse en un asunto que compete, en primer lugar, a los habitantes capitalinos y, sobre todo, a las mujeres. En aquella ocasión, los sectores más conservadores del panismo fueron derrotados. El intento de penalización, aplicado en Guanajuato, fue en contra de todas las tendencias nacionales e internacionales a despenalizar el aborto.

El problema, evidentemente, es la presión que ejercen sobre Calderón los grupos que financiaron su campaña de 2006 –sobre todo, la familia Servitje, del Grupo Bimbo, abiertamente opuesta a temas de derechos sexuales y reproductivos-- para que se inmiscuya en estos temas y en otros donde se ha revelado una clara derrota de la agenda conservadora.

La empresa Consulta Mitofsky ha difundido otro sondeo, realizado por Roy Campos, en donde se documenta esta derrota en asuntos como el uso del condón, la píldora del día siguiente y la despenalización del aborto. En enero de 2007 el 93.6 por ciento de los mil encuestados estaba a favor de su uso –cifra que se eleva hasta 97 por ciento entre quienes cuentan con 18 a 29 años de edad--; el 60.7 por ciento considera correcto el uso de la píldora del día siguiente; y el 49.6 por ciento está de acuerdo en la despenalización del aborto.

Realizada en todo el país, la encuesta de Mitofsky destaca, en el tema de la despenalización del aborto, que el 57 de los que está de acuerdo no tiene ninguna identidad partidista y el 52.7 por ciento se ubica en zonas urbanas. También se revela que, a mayor escolarización, ingresos y juventud se observa una mayor aprobación en temas de libertad sexual y derechos reproductivos.

“La identidad partidista –subraya Mitofsky- no es determinante en la aprobación o desaprobación de un método”.

Será bueno que el primer mandatario recuerde una máxima del Estado laico que con mucha frecuencia se olvida en estos temas: “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

Comentarios: jenarovi@yahoo.com.mx

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