“HAY QUIENES NO QUIEREN QUE LUCHEMOS EN LAS CALLES, PERO ÉSA ES LA LÍNEA POLÍTICA DECIDIDA POR LA CONVENCIÓN ”
Por María Novoa
-reportera de Servicio de Noticias ISA-
En el marco de la visita de Michelle Bachelet, presidenta de Chile, a nuestro país, Felipe Calderón ofreció una cena en Palacio Nacional. Alguien de la resistencia civil me dijo que se iban a reunir en el Zócalo para protestar contra el llamado “espurio” y fui. Cuando llegué a la plaza más importante de México, se encontraba en estado de excepción: una plaza literalmente enjaulada por vallas de más de 3 metros y rodeada por cientos de policías y efectivos del ejército.
El Zócalo es un inmenso corazón donde, si uno escucha con atención, puede oír las antiguas y las recientes protestas, los eternos dolores y quejas de un pueblo que lo ha convertido en el escenario de su indignación. Escuché los gritos de unas 50 personas hacia las que me dirigí; era la gente de la resistencia civil pacífica que, junto con Gerardo Fernández Noroña, líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), estaban ahí para mostrar su repulsa al que consideran presidente “pelele”.
Sin saber cómo ni de qué forma, en menos de media hora había cerca de 300 personas; Noroña tomó el micrófono y leyó un fragmento de la novela de Paco Ignacio Taibo II "El cura Hidalgo y sus amigos", la historia de Epigmenio González, un entusiasta defensor de la lucha de la independencia que en su casa decidió instalar un depósito de armas, y luego una fábrica, en la que producía los artefactos que habrían de servir para el ejército insurgente. Hombre de condición social muy baja, fue víctima de delaciones, detenciones y torturas; finalmente, fue desterrado y enviado a Manila, donde quedó libre, pero sin recursos económicos; después de muchos años, pudo regresar a México donde las autoridades del nuevo país no quisieron reconocerlo como un padre más de la patria en el nivel de Hidalgo, Morelos, Allende o Aldama.
La multitud escuchaba con atención y las cabezas asentían; una mujer tan bajita como humilde que estaba a mi lado me miró: “nosotros somos Epigmenio González”. Se sienten herederos de ese movimiento, pensé, y, obviamente, eso implica, entre otras cosas, volverlo a contar. Me acordé de las palabras de Andrés Manuel López Obrador, comparando esta insurgencia social con las grandes gestas mexicanas. Al fin y al cabo, son los Epigmenio González quienes construyen con sus vidas la libertad.
Calderón tardaría todavía dos horas en llegar; la cena palaciega sería a las 8 de la noche; me acerqué a Noroña y le pedí una entrevista, me condujo a las escaleras del metro que, cerrado, serviría perfectamente para la ocasión. Las consignas incesantes e incansables serían el paisaje de fondo para nuestra charla.
Al hablar con el líder perredista, una tiene la sensación de enfrentarse a un espécimen raro, demasiado alto para la media nacional, demasiado claro para ser político, demasiado sensible para ser miembro del comité ejecutivo de un partido muy cuestionado por parte de la ciudadanía debido a su pragmatismo, demasiado “todo”, creo… un hombre de partido y un hombre de la calle, una mezcla extraña en estos tiempos.
"Hay que hacer todo lo posible para que caiga Calderón" dijo.
Has estado muy activo en la resistencia desde que ésta inició; después de largos meses, ¿qué evaluación harías del movimiento?
Bueno, una evaluación de claroscuros; no tengo duda de ello porque el movimiento que encabeza Andrés Manuel es un movimiento de millones de personas, es masivo, muy importante y, sin embargo, eso no ha podido traducirse en acciones de resistencia civil masivas; más bien llegó un momento en el que la resistencia iba a desaparecer, hubo un impasse que finalmente fue superado. Yo te diría que una vez superado ese impasse, mi valoración es positiva porque está habiendo respuesta, está participando cada vez más gente en las protestas, en todos los estados donde va el usurpador hay gente que se manifiesta; en ese sentido, tengo una valoración positiva.
Hace poco declaraste que si se privatiza el petróleo la resistencia va a abandonar sus buenas maneras. ¿A qué te referías exactamente?
Yo soy de los que piensa que habría que hacer todo para que caiga Calderón; a mí me parece un error hacer cosas que ayuden a una supuesta normalidad que no existe. Creo que el agravio es muy grande y que no deberíamos permitir, bajo ninguna circunstancia, que este gobierno se consolide, porque si se consolida, las cosas se olvidan y en 6 años tendríamos condiciones, desde mi punto de vista, muy difíciles. Pero el tema del petróleo es muy sensible, ahí creo que llegaríamos a un nivel de confrontación en el que se rompería definitivamente la supuesta normalidad que está existiendo, creo que la movilización popular tendría otra dimensión y otra profundidad; se generarían condiciones muy duras de políticas económicas. Andrés Manuel ha manifestado con toda firmeza que si se privatiza el petróleo: ya, hasta ahí llego la paciencia.
¿Cómo crees que se puede resolver la contradicción entre mantener el activismo y evitar la represión?
Siempre es ésa una situación muy delicada. En realidad, cuando Andrés Manuel tomó las decisiones junto con nosotros de impulsar la Convención y la Presidencia Legítima , de darle una salida a la crisis, tenía como preocupación central evitar la represión; hasta ahora se ha evitado, pero es una situación muy compleja; sin embargo, el reto es siempre ése: evitar la represión.
Hay diferentes actores en el movimiento de oposición: la Convención Nacional Democrática (CND), el Frente Amplio Progresista (FAP), el PRD. ¿Qué papel juega cada uno de ellos?
La Convención tiene una serie de definiciones; éstas empatan bien con la Presidencia Legítima porque tienen una misma intencionalidad. Se encuentran mayores dificultades para coordinar lo que es el Frente Amplio porque éste tiene una parte de vida institucional , que son los gobiernos municipales, estatales, la propia actividad en el Congreso, así como la actividad de los partidos y los procesos electorales; entonces, por un lado tienes el reto de una serie de cosas institucionales y, por otro lado, tienes la severa crisis; no es fácil encontrar puntos de conciliación, aunque se busquen los mismos objetivos. Cada vez que se participa en un proceso electoral o cada ocasión en que se impulsa un proyecto legislativo, pues se busca mejorar las condiciones de vida de la gente, también se busca desde la Convención y desde la Presidencia Legítima , pero a veces puede haber contradicciones o fricciones no tan fáciles de resolver.
¿Cómo se mantiene la lógica entre una estrategia institucional y una dinámica de lucha en la calle?
Pueden coincidir sin problema, yo no veo el problema ahí; yo veo el problema de quienes no quieren la lucha en la calle y ahí no tenemos una contradicción precisamente, sino que esa gente se está desmarcando de lo que hasta ahora ha sido la línea política decidida en la Convención y en el propio Frente.
Alguna vez manifestaste que nadie puede impedir que los mexicanos luchen por sus sueños. ¿Por qué luchan los mexicanos, según tú?
De verdad creo que la mayoría de la gente quiere cosas que son muy sencillas, aparentemente, pero muy profundas, que son vivienda, educación, salud, mejores condiciones de vida. Hay sueños más caros, de libertad, de justicia social, de igualdad, de transformaciones profundas en el país; y hay un sector importante de la población que estaría en esta línea, pero yo creo que la mayoría de los mexicanos sueñan con que sus hijos puedan ir a la escuela, que a la hora de comer la mesa tenga los alimentos necesarios, que puedan ir a algún lugar a descansar, en fin, que tengan una vida como ser humano, con un mínimo de dignidad; me parece que ésos son los sueños más básicos y, sin embargo, tan importantes porque hay una desigualdad brutal en el país.
Andrés Manuel ha comparado esta lucha con las grandes gestas de la historia mexicana: la Independencia , la Revolución. ¿Tú estarías de acuerdo?
Yo creo que tenemos condiciones para encabezar una transformación de esa magnitud, a mucha gente le puede sonar excesivo, pero creo que los niveles de desigualdad, los niveles de pobreza, los niveles de irritación, los niveles de abusos que hay en el país han construido, además de una mayor conciencia por parte del movimiento progresista, condiciones para impulsar una transformación profunda, equivalente a la Independencia o a la Revolución , una tercera gran etapa de transformación del país que generara condiciones de vida mejores.
¿Qué trascendencia crees tú que tendrá la Segunda Asamblea de la CND ?
Creo que será un evento importante, pero no creo que marque un rumbo especial, a menos que siga desarrollándose la privatización de Petróleos Mexicanos. La primera asamblea le dio rumbo al movimiento; yo creo que ésta es un punto de arribo intermedio, un escalón más hacia un proceso posterior.
¿Se está privatizando Pemex?
Hace rato que llevan a cabo una privatización silenciosa; después de ver que están a punto de aprobar la ley del ISSSTE y de las declaraciones del propio ingeniero Cárdenas, me parece que tienen condiciones para hacer una privatización, medio disfrazada, pero que abriera a la inversión privada en Pemex, pero nosotros hemos declarado de manera contundente que no lo vamos a permitir.
¿Hay posibilidades de vinculación con otros movimientos sociales como la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) o el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)?
Con la APPO hay muy buena relación; de hecho, van a participar en la Convención. El zapatismo ha sido más refractario, incluso nos jugó a la contra; yo no sé si podremos construir algo en algún momento. La verdad es que a mí, Marcos y el movimiento zapatista me ha parecido un movimiento excepcional, de una calidad muy importante, han contribuido enormemente al desarrollo democrático del país, a la sensibilidad, a la conciencia de la gente; no tengo duda de ello ni se le puede regatear, pero yo creo que jugaron un papel lamentable en el proceso electoral pasado.
¿A qué crees que se debió, sectarismo?
Pues puede ser que sea sectarismo, pero, bueno, la gente tiene derecho a equivocarse finalmente.
¿Izquierda moderna o izquierda colaboracionista?
¿Crees que el movimiento social ha sobrepasado al partido?
En momentos. Yo creo que el partido estuvo a la altura el 2 de julio, no es una cosa menor y después del 2 de julio. A veces pareciera que el PRD, en vez de ser una ayuda para el movimiento es una carga; fue muy claro esto en el asunto de la candidata de Yucatán, cuando los militantes y muchos ciudadanos se opusieron y al final el partido tuvo que ceder…
¿Cómo vives tú esto? Pareces tener un pie en un continente y otro pie en el otro.
Es cierto porque el partido votó, el Consejo Nacional votó las línea de la Convención , mantuvo la resistencia, pero a partir del impasse que hubo a principios de año, como que el partido se replegó y entonces vieron incluso las movilizaciones con cierta distancia, por decirlo suave. Son cosas que hay que discutir en el partido porque, finalmente, reitero, la línea de la Convención está firme. El partido no ha cambiado esa línea política y en realidad lo que se requiere es rediscutir el tema, pero hay debate sobre ello.
Cuauhtémoc Cárdenas, líder moral del PRD durante mucho tiempo, ha manifestado estar de acuerdo con la inversión privada en Petróleos Mexicanos y se dice que estas opiniones han dividido a tu partido.
No, cada vez que hay una diferencia de opinión, los medios dicen que el PRD está dividido. La verdad es que el ingeniero Cárdenas ha mantenido distancia del partido desde hace tiempo, no sería el primer punto donde hay diferencia de opinión con el ingeniero en los últimos meses, no creo que sea un asunto grave; en todo caso, es delicado para él. Me parece más trágico que el hijo de quien expropió el petróleo se plantee la posibilidad de inversión privada, es duro por lo que representa, pero es a él a quien se hace daño, no le hace daño al partido ni lo divide.
Hay gente en tu partido que habla de que el PRD requiere constituirse en una izquierda moderna. ¿A qué se refieren?
Se refieren a una izquierda propositiva, tolerante, pero, desde mi punto de vista, a lo que se refieren es a una izquierda colaboracionista; se olvidan del objetivo de la lucha, se olvidan simplemente de que en un régimen democrático, la oposición es oposición y es dura, es firme y crítica y exhibe y hace contrapeso y genera condiciones para abrirse camino al gobierno; y los compañeros actúan como si fueran cogobierno, además de un régimen absolutamente ilegítimo. Me parece que lo que nos falta es discusión política en el interior del PRD, discusión seria. Es muy fácil, por ejemplo, descalificar las protestas que yo hago, diciendo que son ocurrencias, que son protagonismos y otros adjetivos de esa naturaleza, pero en realidad, y lo ligo con la pregunta anterior, lo que uno hace es mantener el asunto de la lucha firme, viva; una flamita que parecía que ya se iba a extinguir, pero volvió a ascender y ya se está ampliando y que es una obligación, un asunto de consecuencia. Si hay compañeros que creen que las cosas se deben hacer de otra manera, está bien, siempre y cuando no se traicione a la gente.
¿Por qué te quitaron el cargo de vocero del partido?
Fue un asunto menor. Desde que yo iba a ser secretario de Comunicación, la corriente de Nueva Izquierda no quería que yo llegara, e hicieron todo lo posible para que yo no llegara al comité ejecutivo; yo no era el vocero, la prensa empezó a llamarme vocero. El presidente del partido fue dejándome ese encargo a mí y cuando se vino toda la diferencia de opinión sobre que ya debería haber normalidad y alianzas con el PRI, yo mantuve la postura firme de la Convención. Empezó a hacerse un falso debate en vez de entrarle al tema fundamental y en ese momento planteamos un enroque: que yo me fuera a la secretaría de Organización y otro compañero se fuera a la de Comunicación, pero al final yo me quedé en Comunicación y como no les quedaba de otra, dijeron que yo ya no era vocero. Cuando me preguntan cuál fue el cambio, yo siempre digo que el cambio consiste en que ahora se van a tardar más en preguntarme, porque en vez de decir vocero tienen que decir secretario de Comunicación, Prensa y Propaganda. Pero en sentido estricto, no es así: la postura del partido la fija el presidente y yo doy opiniones que son mis opiniones.
Se acaba de constituir una nueva corriente dentro del PRD. ¿Crees que eso puede contribuir a que haya un debate político en el interior del partido?
No hay nueva corriente, eso es un refrito del refrito; llevan haciéndose nueva corriente desde que Rosario Robles fue expulsada del partido; ellos caminaban con ella y no se encuentran y se cambian de nombre y se cambian de nombre y se cambian de nombre y son los mismos y siguen planteando lo mismo de siempre sin centrarse en los debates importantes que realmente el partido necesita, como éstos que estamos comentando. Yo espero que el debate de agosto sea el espacio del debate.
Y en tu opinión, ¿cuál es la función que debe jugar el PRD dentro del movimiento social en México?
A mí me parece que el partido debería, de entrada, actuar como oposición seria, consistente, en las Cámaras, lo que ya dije: vigilando, criticando, haciendo contrapeso, poniendo en evidencia a este gobierno, sin colaborar en lo absoluto con él porque además representa no sólo un proyecto diferente sino contrario a los intereses de la población; a mí me parece que sólo con eso que hiciera se vincularía al movimiento social, coincidiría con la mayoría de las luchas, estaría articulando los mejores intereses de la nación; me parece que ésa es una posición totalmente racional, no tiene nada de radical, es una posición de sentido común, eso es lo mínimo que el partido debería hacer.
¿Cuál es la relación entre el partido y la Presidencia Legítima ?
Es una relación distante porque las propias características del liderazgo de Andrés Manuel no hacen fácil el acercamiento. Hay un grupo de la dirección política que los lunes a las 6 de la tarde nos reunimos con él.
¿Qué quieres decir con “las características del liderazgo de Andrés Manuel”?
Él conecta muy bien con la gente abajo, es muy cálido, muy cercano y muy sensible, pero con los dirigentes es distante; así lo plantearía.
El año que viene va a haber cambio en la dirección del PRD. ¿Cómo ves la posible candidatura de Alejandro Encinas, el ex alcalde de la Ciudad de México, que se hizo muy popular durante el plantón de protesta contra el fraude, ya que no aceptó las presiones que le pedían que reprimiera al movimiento?
Yo la veo bien, creo que es uno de los candidatos con más fuerza y posibilidades, es un hombre, además, cercano a Andrés Manuel, así estaría entendido por mucha gente; y el otro candidato sería Jesús Ortega, que representaría esta línea de izquierda colaboracionista. Yo creo que van a ser esos dos los candidatos, a no ser que surja alguien más.
¿Crees que los representantes parlamentarios del PRD están a la altura del movimiento social?
Pues hay altibajos; son hombres y mujeres que tienen virtudes y defectos, pero ahora están actuando muy bien con lo de la ley del ISSSTE; desde mi punto de vista, han tenido tropezones, no menores, en momentos anteriores. Creo que estuvieron maravillosamente el 16 de septiembre, creo que estuvieron apenas en el nivel de suficiente el 1 de diciembre; es temprano para hacer una valoración.
¿Qué pasó en el norte del país?
En el norte pasó lo que pasa siempre: una estructura muy débil del partido y una operación de los gobernadores del PRI brutal en contra nuestra. Cuando yo digo que el partido estuvo a la altura es que el partido no transó, el partido jugó con lealtad, el partido se metió de lleno en la campaña, hizo todo lo que estaba en su mano y más, fue absolutamente generoso, jugó con toda su fuerza en la resistencia, en el plantón en Reforma. El partido fue heroico y le quieren pedir al partido que sea heroico toda la vida; yo se lo pido, pero hay compañeros que dicen que no pueden ser héroes todo el tiempo.
¿Cuál es la relación con los demás partidos del FAP: el PT y Convergencia? Nuevamente me remito al caso de Yucatán donde la coalición no va unida a las elecciones del estado.
Hay que reconocer que los partidos en sus intereses electorales son pragmáticos Pero mira, todos los partidos que en 1988 apoyaron al ingeniero Cárdenas, como el PMS, se entregaron al gobierno y, sin embargo, el PT y Convergencia han resistido y resistido bien.
¿Cómo ves el futuro del PRD?
¡Uy! No lo sé, yo creo que vamos a gobernar este país, pero me parece que antes vamos a pasar por dificultades muy fuertes. En busca de la solidaridad de los hombres y mujeres libres de otras latitudes.
¿Con qué partidos socialistas del mundo tiene relación?
Hay una buena relación con la Internacional Socialista y con los movimientos en América Latina. Hay buena relación con todos los partidos de izquierda en general.
¿Y con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE)?
Bueno, el PSOE se ha portado muy mal; el jefe del gobierno español se ha portado como un cretino, se aventuró a reconocer a Calderón cuando ni siquiera se había calificado la elección. Con el PSOE se mantiene relación institucional, pero la verdad es que han sido muy canallas, ellos no pueden dejar de ver que fue el PP quien vino a hacerle la campaña sucia a Calderón, es muy lamentable.
¿Cómo le explicarías tú a un extranjero que en México hay dos presidentes, es decir, por qué la oposición toma la forma de una Presidencia Legítima y no otra?
Porque es un agravio mayor. En momentos de crisis en el país, ha habido más de un presidente; aquí tenemos que nos robaron la Presidencia de la república, hubo un fraude electoral, fue un agravio muy grande. Se pudo haber elegido muchas otras fórmulas, pero la única manera de que quede claro para los mexicanos y para todo el mundo que no se ha transado con Calderón es manteniendo esa figura de Presidencia Legítima; así queda claro que no hay ninguna posibilidad de cohecho, de pacto en lo oscurito que deje a la gente colgada, ése es el valor de la decisión de Andrés Manuel López Obrador. Tal vez sea difícil de entender para algunos, y hasta pretexto fácil para que golpeen a Andrés Manuel, pero bueno. Hay un conductor de televisión muy conocido en México, Joaquín López Dóriga; él tiene una columna en un periódico y cuando él dijo que entre las figuras que se planteaban: presidencia legítima o jefe de la resistencia, Andrés Manuel debía ser nombrado jefe de la resistencia, si yo hubiera tenido alguna duda en ese momento, me hubiera quedado aclarada porque si López Dóriga decía que lo mejor era jefe de la resistencia, eso quería decir que ése era el camino equivocado.
¿Crees que si los demócratas ganan en Estados Unidos puede cambiar algo en México?
Nunca nos ha ido mejor con ellos.
¿Crees que el concepto lucha de clases está pasado de moda?
Quizá no sirva para definir una situación en toda su complejidad, pero la explotación del hombre por el hombre persiste, el capitalismo persiste, la brutalidad de este sistema persiste, la desigualdad persiste, la necesidad de construir una sociedad igualitaria persiste; por lo tanto, la lucha de clases persiste.
¿Quieres añadir algo?
Que se están viviendo momentos muy, muy importantes en el país, momentos clave. Yo creo que va a haber profundas transformaciones, que aquí está la gestación de una lucha popular de largo alcance que puede ser minimizada, puede ser vituperada, caricaturizada, pero no podrán detenerla; y ojalá que los hombres y mujeres libres de Europa sean solidarios con esta lucha. Que haya apertura para ver el fenómeno, para analizarlo y para ser solidarios con la causa justa de un pueblo por su transformación.
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