La presa de Arcediano y el informe de la OPS
Jornada Jalisco
La salud humana es lo mínimo que debería garantizar el proyecto de construcción de la presa en Arcediano. Pero no ha sido así. La reciente presentación del informe sobre “evaluación de riesgos e impactos a la salud en la población de Guadalajara, por la construcción de la presa en Arcediano”, que estuvo a cargo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS); revela el nivel de complejidad al que se enfrenta el proyecto, si se quiere garantizar que el agua que consumirá la población tapatía no afectará su calidad de vida en el futuro. El tema es básico: la vida, su calidad. Y es también sintomático del grado de responsabilidad que tienen las autoridades de presentar una respuesta organizada, presupuestada y participativa en torno al manejo del riesgo a la salud, que está estrechamente ligado al consumo del agua, particularmente de aquella que se ofrece como parte de un servicio público; es decir, el agua que es parte de una relación entre gobierno y ciudadanía.
El asunto supera la construcción de la presa, pero ha salido a relucir con fuerza debido a la obstinación gubernamental y de diversas cúpulas empresariales de realizar la obra. De hecho, la mejor señal de que se tiene voluntad pública para tratar a fondo la cuestión de la salud de la población en relación con el agua, sería la de comprometerse a frenar la construcción de la presa hasta que no se compruebe que es posible manejar el riesgo de utilizar el agua de los ríos Santiago y Verde para el consumo humano. Esto además de abordar los diversos temas técnicos que están pendientes, en los que se incluyen alternativas diferentes a la de construir una presa.
A diferencia de la versión que fue manipulada por algunos medios de comunicación, especialmente por parte de las televisoras abiertas y la radio local, el informe de la OPS no avala la construcción de la presa, si bien tampoco censura esta política pública, sí ofrece diversas consideraciones que ponen en duda –en duda informada, en duda documentada por expertos– la viabilidad del manejo del riesgo a la salud.
Por ejemplo, según la OPS, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que fue presentada por la CEAS y aprobada oficialmente por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en noviembre de 2003, para avalar la construcción de Arcediano, todavía debe incluir aspectos que garanticen la protección de la salud: “en lo relativo a la calidad del agua, se hace referencia a los problemas de contaminación por las descargas de aguas residuales que reciben los ríos Verde y Santiago, la procedencia y tipo. Por ello, hay que garantizar que el agua potable obtenida de la presa cumpla la normativa vigente de agua para uso y consumo humano: límites permisibles de calidad y tratamientos a que debe someterse el agua para su potabilización”.1
A casi cuatro años de la aprobación oficial de la manifestación de impacto ambiental y a unos cuantos más de debate sobre la construcción presa –que tiene raíces por lo menos desde el año 2001–, el tema de la potabilización no está garantizado. ¿De qué se trata? ¿Qué clase de descuido es este? ¿Qué otros temas técnicos o financieros ciegan a los tomadores de decisiones gubernamentales para dejar pendiente el asunto de la potabilización, el cual está en línea directa con la vida de la población de Guadalajara?
La OPS prosigue su discusión sobre las posibilidades de impacto a la salud que tiene el proyecto Arcediano, por medio de la factibilidad de tres escenarios para el tratamiento del agua de los ríos Verde y Santiago y citamos in extenso por la importancia del asunto:
Escenario 1. Utilización de las aguas de los dos ríos en la condición actual. Páginas 53 y 54 del documento: “hipotéticamente, la utilización directa de las aguas de los ríos Santiago y Verde con la actual incertidumbre en cuanto a su calidad para uso humano es totalmente inadmisible. Baste establecer que con las concentraciones de arsénico y cadmio registradas en el agua cruda de la planta piloto, demostramos que existe un riesgo para la población infantil. Además, para que un río pueda ser utilizado como fuente de agua potable deben analizarse los 112 parámetros que estarán regulados por la normativa mexicana para el agua para uso y consumo humano (límites máximos permisibles de la calidad del agua, vigilancia y evaluación del control en los sistemas de abastecimiento…). Asimismo, como se ha descrito en diversas guías internacionales, la frecuencia de muestreo debe ser amplia (por ejemplo, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, exige un muestreo de al menos cuatro veces al año en los ríos que sirven como fuente de agua potable…)”.
Escenario 2. Conseguir un control de las fuentes de emisión, por medio de medidas adecuadas, de tal eficiencia que resulte en una recuperación de la calidad de las aguas de los dos ríos; permitiendo así su uso (con tratamiento) para consumo humano. Páginas 54 y 55 del documento: “Este escenario implica la limpieza y recuperación total de los Ríos Santiago y Verde, a tal grado, que el agua entregada a la planta de tratamiento requiera de mínimos procesos de potabilización. El escenario es poco viable y apuntamos dos experiencias al respecto. El caso del Río Támesis en Inglaterra es un ejemplo muy conocido de recuperación de la calidad de las aguas de un río que sufre impactos de grandes poblaciones. El programa de recuperación de este río empezó a ser delineado en el año de 1895 y solamente a partir del año de 1930 lentamente se vislumbraron los primeros síntomas de recuperación. Apenas al final de la década de los años 70 del siglo pasado, casi 100 años después de su inicio, fueron alcanzados resultados perceptibles.
El segundo ejemplo es el caso del río Tieté, en Sao Paulo, Brasil. El proyecto de recuperación del río Tieté desde el principio ha contado con una gran participación popular. Más de mil 200 industrias (bajo presión, o no, del órgano de control ambiental Cetesb) disminuyeron expresamente sus emisiones contaminantes. El gobierno de Sao Paulo amplió en mil 480 km. la red colectora de alcantarillado, instaló 270 km. de colectores troncales y 31.2 km. de interceptores. Desde su inicio en el año de 1992 ya fueron realizadas inversiones del orden de mil quinientos millones de dólares americanos.
Recorridos 15 años, el río Tieté continuó con sus aguas muy contaminadas, sin calidad adecuada para la mayoría de los usos. Ambos ejemplos muestran entonces, lo lenta y costosa que es la recuperación de un río contaminado. Además, dejan como enseñanza la necesidad de que los programas de limpieza requieren de acciones continuas e integradas. Por lo anterior, consideramos que aún con las medidas de saneamiento planeadas, la recuperación del río Santiago requerirá de un proceso de muchos años, antes de alcanzar un nivel aceptable de riesgo”.
Escenario 3. Es un escenario intermedio, dónde la mayoría de las fuentes contaminantes están controladas pero dónde algunas fuentes temporalmente salen de control por alguna contingencia (es decir, el programa de manejo no es absolutamente perfecto). Página 55: “Este escenario implica que el agua de los dos ríos pueda ser utilizada para consumo humano después de su potabilización. Para lograr este escenario, se requiere de al menos dos etapas: 1) contar desde ahora en la planta potabilizadora, con el análisis constante de TODOS2 los parámetros de la normativa mexicana para agua potable, ello será una garantía de que el diseño del proceso potabilizador de la planta es el adecuado para brindar agua apta para el consumo humano (también se necesitará evaluar las concentraciones de toxinas vegetales –algas–, los compuestos orgánicos polibromados, los ftalatos, disruptores endócrinos y otros compuestos de interés en salud pública); y 2) la limpieza de los ríos, ya que, entre más limpia esté el agua de los ríos, menos potabilización será requerida lo cual incrementaría la factibilidad económica del proyecto”.
En suma, ninguno de los tres escenarios es halagador en el corto plazo –y hay que recordar que se quiere construir la presa, precisamente, en el corto plazo– y el más factible de los tres, es decir, el que tiene más posibilidades en el proyecto Arcediano, es el último, que implicaría concentrarse inmediatamente en la potabilización de los dos ríos. Pero hasta ahora la CEAS se ha concentrado en la construcción directa de la presa (sus caminos de acceso, por ejemplo) ¿por qué? quizá porque al fin y al cabo la salud pública, la vida, puede esperar.
1 Organización Panamericana de la Salud (OPS); Evaluación de riesgos e impactos a la salud en la población de la Zona Conurbada de Guadalajara por la Construcción de la Presa Arcediano: primera fase; Comisión Estatal de Agua y Sanea-miento, Guadalajara, febrero de 2007; pág. 26.
2 Este subrayado en mayúsculas y negritas de la palabra “TODOS” es la redacción literal que hizo la OPS en el documento; es un dato muy significativo.
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