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jueves, marzo 15, 2007

Opinión - Ruben Martín

Cero para Bush, dos para Chávez

Publico

La gira del presidente George Bush por cinco países de América Latina fue diseñada en la Casa Blanca con cuatro propósitos: demostrar que Estados Unidos sí se interesa en los pueblos de esta región; que el país del norte tiene políticas de ayuda a los pobres; enfatizar que las políticas de libre mercado capitalista son las mejores; y para contrarrestar la influencia de los gobiernos de izquierda, el influjo que Hugo Chávez ejerce por estas tierras.

Pero tan mal está la imagen de Bush en la región y tan débil estructuralmente el imperio estadunidense, que la gira del presidente de Estados Unidos fue un fracaso en todos los frentes. Para confirmar esta lectura de completa derrota de la gira de Bush basta mirar el ambiente en el que el presidente estadunidense pisó estos países.

Para empezar, y no es un asunto menor, es un líder político tan malquerido que no puede darse el lujo de darse baños de pueblo. Excepto en Guatemala, donde se le preparó un escenario en una comunidad en la que cargó una caja de plástico con ocho lechugas, en el resto de los países que visitó no salió de su extrema burbuja de seguridad que lo acompaña. Y esto va más allá del miedo a un ataque terrorista. Simple y sencillamente es un personaje odiado en la región.

El número de personas que cuidaron de Bush a lo largo de los seis días que pisó América Latina fue casi igual al número de personas que se congregaron para repudiar su visita.

En Brasil se reunieron 35 mil personas para manifestar su disgusto al mandatario estadunidense, mientras que el gobierno de Lula dispuso de cinco mil elementos del Ejército y de la policía para su protección. En Uruguay protestaron unas dos mil personas y vigilaron al mandatario tres mil elementos. En Colombia hubo seis mil colombianos en las calles en contra de la visita mientras que ¡21 mil miembros del Ejército y la policía nacional vigilaron a Bush¡ En Guatemala hubo tres mil policías y dos mil soldados mientras unas mil personas protestaban. En México, el gobierno de Felipe Calderón dispuso de más de cuatro mil soldados y policías para la seguridad de Bush, mientras unas tres mil personas en distintas partes del país se manifestaron en contra de la gira.

Más allá del número están las condiciones de completa supeditación que aceptan los gobiernos anfitriones para que Bush pueda visitar estos países. En Brasil, el Servicio Secreto estadunidense pidió aislar el aeropuerto. En Guatemala se permitió el sobrevuelo de aviones F-16 y se decretó “alerta naranja” en materia de seguridad interior. Acá en México, Calderón permitió que se desarmara a los policías yucatecos al tiempo que permitió que quince aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y un portaaviones se hicieran cargo de la vigilancia.

Bush viene a la región en medio de su peor coyuntura política, mientras está atascado con la invasión a Irak. Y quiere hacer creer que su país apoya el combate a la pobreza. Dijo que cada año Estados Unidos distribuye 1,600 millones de dólares (mdd) en ayuda a los más pobres. Es una vacilada. La ayuda monetaria de todo el año equivale a un solo día de gasto militar de la potencia estadunidense.

Para mirar lo débil que está el imperio, o caer en cuenta lo mal preparada que fue la gira, basta ver el contraste con los acuerdos a los que llegó Chávez durante esos días. En su visita a Argentina ofreció compras de soja por 400 mdd, mientras que entusiasmó al sector metalúrgico argentino con la oferta del megagaseoducto Venezuela-Argentina. Al día siguiente logró la adhesión de Brasil y Bolivia (Argentina ya había aceptado) para crear el Banco del Sur con el compromiso de poner 5,000 mdd para el fondo inicial de capitalización.

De modo que mientras George W. dejó puras molestias por su paseo blindado en la región y ningún acuerdo concreto en ninguno de los países visitados, otras opciones políticas avanzan en acuerdos desde una lógica distinta a la de la potencia mundial. Vaya que los gringos descuidaron lo que consideran “el patio trasero”. Vaya que los pueblos de esta parte del mundo se hartaron del despojo, invasiones y apropiación de las riquezas que siempre han venido del norte. El fracaso de la gira de Bush anunció otro tipo de relaciones políticas.

rmartin@publico.com.mx, rmartin@milenio.com

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