A Puerta Cerrada
Una frágil tregua caribeña
• ¿Lo que Abascal quiso decir...?
• Los vientos de marzo
Quien administra mejor el lenguaje, mi estimado, sabe callar. Hace algunas semanas que Vicente Fox sigue dando de qué hablar, pero no por su colosal y distintiva manera de aparecer tan rápido nuevamente en el radar político quebrando aquellas reglas no escritas sobre el silencio de los ex presidentes, sino por los originales mensajes, que de ingenuos, inocentes y cándidos no tienen nada.
En días recientes la escalada en las diferencias entre Los Pinos y el PAN han ido en delicado aumento. El marco de la gira de Felipe Calderón a Guyana para la reunión anual del Grupo de Río se empalmó con la simpática encerrona que, en Santo Domingo, llevó a cabo la ODCA, encabezada por su presidente, Manuel Espino. Y uno de los invitados especiales fue... Fox. ¿La razón? Ya la sabe, my friend; el guanajuatense posiblemente competirá para presidir la Internacional Demócrata Cristiana y los foros de la ODCA son relevantes para pavimentar ese camino.
El problemita comienza a ser incómodo para el presente régimen, cuando Fox abre la boca y pone, con toda intención, en aprietos a Calderón quien no logra sacudirse la sombra de las irregularidades del 2 de julio, justo en momentos donde el narcotráfico con todas sus divertidas secuelas y ramificaciones se reacomodan y negocian. Si además le suma el inconveniente de la falta de recursos para salir a flote originando que regresen peligrosas prácticas del pasado, Felipe y su Gymboree tienen, prácticamente, las manos llenas... de granadas deschavetadas.
En medio de todas las tensas relaciones entre Los Pinos y el PAN—donde en el primero han tirado la primera piedra y estirado la frágil cuerdita— emergió Carlos Abascal con una puntillosa entrevista en MILENIO que provocó un mar de pasiones encontradas.
El ex titular de Bucareli no se caracterizó por ser un hombre agresivo, arrebatado y bravucón. Más bien Carlos siempre buscó la concordia y los puentes en sus relaciones con varios actores políticos pero, sobre todo, con Los Pinos donde tuvo jaloneos y muy fuertes resistencias alrededor de temas... sensibles.
La fuerza de su lealtad, férrea e incondicional, hacia (las inmensas y temerarias estupideces) el entonces presidente, le permitió sortear turbulentos vendavales que, indudablemente, incitaron crisis internas en su pensamiento.
Pero debe saber, mi estimado, que Abascal siendo miembro sobrenumerario del ilustre Opus Dei, el término “idóneo” es utilizado frecuentemente para señalar a una persona que sigue la línea de la moral ( y no hablamos del árbol de moras) de la disciplina y de la fe. Al declarar que Calderón había sido elegido por los panistas como su abanderado por ser la persona idónea y no la mejor, Abascal quizá estaba refiriéndose a esto en particular. Suena por demás extraño que buscara vulnerar, de esa manera tan burda, al actual inquilino de Los Pinos.
Seguro Abascal Carranza tiene en sus manos más de un par de originales cartas en caso de requerirse, pues. Su estilo no fue precisamente el de forcejear en los medios. En su despacho más de un poderoso personaje vivió la aplicación del poder, my friend, del Estado y la negociación. Lo que nunca esperó fue la entretenida reacción mediática-política que causó la revelación entre lo idóneo y lo mejor... que sigue causando simpáticas ocurrencias.
A todo esto súmele que Fox, acompañado de Espino, señaló en el aeropuerto de Panamá que ya no va a opinar porque le cortaron la lengua y “... ya no voy a hablar porque se enoja el señor de allá arriba…” dizque mirando al cielo, el mensaje es claro y contundente: al buen Vicente ya le enviaron desde el Gymboree su ocurrente ración de zapes para que en el futuro sea, digamos, más cuidadoso.
El marcador azul demuestra que el acalorado fin de semana caribeño fue manejado en Guyana y República Dominicana con prudencia y se evitaron encontronazos declarativos. La ¿tregua?, sin embargo, no durará demasiado. Los vientos de marzo para ejercer el encanto del poder soplan antes de llegar a la frontera azul del Consejo Nacional, donde la guerra, se sabe de sobra, será con todo y por todo. Nada de medias tintas.
Felipe enseñó una pluma de su posible gallo para el PAN: Germán Martínez y Manuel le reviró con el suyo: Carlos Abascal. Polos opuestos. Dos proyectos. Una guerra. En este accidentado camino rumbo a 2008, my friend, hay perfiles, de sobra, en ambos bandos, aunque todavía falta mucho por atestiguar... No haga sus apuestas, todavía.
Publico/Milenio
No hay comentarios.:
Publicar un comentario