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viernes, enero 26, 2007

Opinión- Germán Robles




Cuarta República.
26-01-07
PAN- demonium.

Germán Robles

La descomposición acecha a AN, contra lo que muchos se niegan a reconocer, este partido ha retomado parte de los más arcaicos vicios del poder priísta, así como ha desechado su doctrina fundacional, aún siendo partido en el gobierno; no puede evitar el dominio de un sector ultra derechista, como tampoco la crisis interna con el más amplio conflicto de intereses en sus 67 años de historia.

Hay una serie de acontecimientos que reflejan el descontrol en AN, y desencuentros entre Manuel Espino actual presidente del CEN y Felipe Calderón, gerente legal de México. El muy sonado caso del asesinato del diputado local guerrerense José Bajos Valverde donde se presume que el móvil fue la vendetta política entre panistas de la entidad por arrebatar el puesto. La detención del marido de la suplente del anterior y la sospecha sobre el presidente de dicho partido en la entidad desnudan un conflicto de intereses entre panistas de la más vil calaña que se pueda concebir. Ahora una diputación se pelea con cobardía y pistolas.

Súmenle los casos de la renuncia de una prominente panista en Yucatán, Ana Rosa Payan que en la lógica del travestismo electoral ha coqueteado con el sol azteca para asumir una candidatura de coalición frente a la cargada patronal, (Patrón Labiada, primo de Gamboa Patrón precioso comparsa de Kamel) que por cierto usa recursos retenidos del Fonden para patrocinio electoral.

Otro de los casos es el enfrentamiento público que existe entre el congreso de Aguascalientes y el gobernador Luis A. Reynoso por diferencias presupuéstales, eso no sería novedad, las disputas entre ejecutivo y legislativo se dan en cualquier parte, pero resulta que ambos actores son del mismo partido y que en el congreso hay mayoría panista. La mezquindad no respeta colores, ni ideologías.

Continuamos con el sumario, y la disputa que existe en Campeche entre Jorge Nordhousen y el vicepresidente de la corona Juan Camilo Mouriño quién desde los Pinos lo destituyo e impuso a una de sus incondicionales en la jefatura del PAN en dicha entidad, se trata de Nelly Márquez Zapata, para ello el español tuvo que pasar por un desacato judicial. La historia de Mouriño en Campeche es propia de la ambición y concentración de poder en la entidad y la suma de millonarios negocios. En todos estos casos las disputas internas son un destripadero.

En este escenario Felipe Calderón ha enfrentado muestras de hostilidad por parte de Manuel Espino de quienes se dice no hay buena relación, ni para el ex presidente Fox, ni para el espinado era de sus preferencias en la pasada contienda interna. Espino estableció a su gente entre ambas cámaras como líderes de bancadas tanto a Santiago Creel y Héctor Larios, y buscó siempre la manera de protagonizar con el uso de la palabra en conferencias donde Felipe Calderón citaba a la prensa antes de su posesión, incluido el día que el TRIFE, (la tremenda corte) hizo la declaración de Presidente Elec-to (sic).

La última maniobra de Manuel Espino busca poner a Calderón entre la pared puesto que ha reclutado para las filas del CEN panista a no-tables ex secretarios foxistas en una especie de contra gabinete azul; (ahora fecal tiene dos gabinetes de sombra en contra) que hacen labores contestatarias para acotar el poder de decisión espuria para una suerte de reclamar méritos de gobierno de la anterior administración de las botas.

Luis Ernesto Derbez, el ex abad de Bucareli Carlos Abascal y el propio Vicente Fox haciendo labores de contrapeso, el segundo endilga a su propia cuenta el mérito de la mega extradición de capos que el pasado fin de semana concretó Calderón en su concesión a los gringos. Antes de ver concluida su administración Espino se aferrará a colocar a su gente en las próximas elecciones estatales y en el seno del comité nacional para mantener su fuerte control sobre el partido.

Esta crisis puede superar a la que sufrió el partido entre 1976 y 1986, cuando los doctrinarios democráticos fueron reemplazados por los “bárbaros del norte” del grupo Monterrey cuando la élite empresarial tomó las cuotas del partido, aquí los sectores de extrema derecha se apertrecharon y comenzaron con la etapa de transfusión ideológica en contra de los postulados de Gómez Morín (aquí en Jalisco el panismo copió esa fétida costumbre priísta de poner nombres de sus líderes a las calles, así se llama al anillo periférico de la ZMG). Al partido se abigarraron grupos ultra como la DHIAC y la Ancif.

Hasta la fecha el Pan no ha superado del todo esa crisis, ni Calderón ha empanizado el gabinete que parece más bien una parodia del salinismo-zedillismo; ni AN se ha asumido como partido en el poder; la dudosa llegada de Espino al PAN incluso hizo que una de las más doctrinarias como Tatiana Clouthier hija del Maquío renunciara en su militancia cuando supo que Espino había ganado.

Manuel Espino fue presidente de la ODC, (Organización Demócrata Cristiana) y con dichas cartas apoyará a Vicente Fox para que en la próxima elección encabece dicho organismo y robe preponderancia en las relaciones entre AN y América latina a Calderón. La disputa intestinal es férrea, como el mismo pandemonium a dentro se agitan las fichas y el tablero, y eso que apenas comienza el segundo sexenio protagonizado por los azules; es claro que ese desgaste será constante pues el PAN ha aprendido muy bien los viejos vicios del otrora régimen priísta y deja claro que sin escrúpulos pelearan por mantener el poder y que el proceso de fraude de 2006 no es nada comparado con lo que viene en trapacerías.

El poder los está enloqueciendo, y tarde que temprano entre ellos se defenestrarán y el apoyo a Calderón será eventualmente retirado y cuando este llegue al final de su sexenio el destripadero será más evidente. Muy lejos está la cúpula panista del ideario de su fundador Gómez Morín, y de la herencia de Efraín González Luna, Manuel J. Clouthier y de Castillo Peraza. Su discurso ahora es peligroso pues escudados en la bandera de derecha demo-crática ocultan detrás una intención clasista y devastadora de las causas sociales.

La acumulación del poder que da la presidencia paga bien, la ambición no tiene límites al grado de que se mata por una curul, ya no federal sino local, menos mal que estos son los de las buenas costumbres y valores. A los panaderos hay que recordarles la frase de uno de sus correligionarios Luis Héctor Álvarez “Nunca nos derroto la derrota, que ahora no nos derrote la victoria”. Para allá van que vuelan.

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