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miércoles, enero 31, 2007

CONVOCATORIA AL DIÁLOGO NACIONAL

Para unir las resistencias contra la derecha neoliberal

3 - 5 de febrero

Al pueblo de México
A todas las organizaciones sociales y civiles

Este 2007 se presenta con un panorama lleno de amenazas y retos para el pueblo de México. Los políticos, militares, “magistrados” y grandes empresarios que instalaron, mediante el fraude, a Felipe Calderón en la presidencia del país, están listos para aprovechar la usurpación del poder para inaugurar una nueva y más cruenta etapa de aplicación de políticas neoliberales, de privatizaciones, de presupuestos lesivos a los intereses públicos y a las necesidades sociales (como el recién aprobado), de concentración de la riqueza en unos cuantos y mayor empobrecimiento de la mayoría, de entrega de la soberanía, de apertura indiscriminada (como amenaza suceder con el maíz y el frijol como consecuencia del TLC), de integración subordinada a los Estados Unidos.

Ellos, están listos para revertir y cerrarle el paso a cualquier proceso de transformación democrática y de superación del despotismo, el fraude electoral y la corrupción que fueron característicos del viejo régimen priísta y que ahora son propios del “nuevo” sistema político. Para tal fin, la derecha neoliberal entronizada en el poder aun antes de que se diera la “alternancia”, y ahora encabezada por un nuevo y más peligroso gobierno panista, no ha vacilado en violentar las leyes fundamentales de la república y los derechos humanos universales reconocidos por nuestro país.

El año recién concluido fue prodigo en ese sentido: el crimen industrial en Pasta de Conchos, que dejó 65 muertos y que sigue en la impunidad; la represión a los trabajadores en paro de Lázaro Cárdenas; las burdas violaciones a la libertad y autonomía sindicales; la represión brutal al pueblo de Atenco y contra el movimiento popular de Oaxaca, que dejó una estela de decenas de asesinados, cientos de encarcelados e innumerables casos de tortura, agresiones y violaciones sexuales, y que aún no concluye; la impunidad en que terminó la simulación de investigación de los genocidios del ’68 y el ’71.

Lo peor es que esto parece ser sólo el adelanto de lo que se promete como un régimen de “mano dura”, que criminaliza la protesta social, que no duda en hacer uso de las fuerzas represivas, que pone a la cabeza de la política interior al siniestro y conocido torturador ex gobernador de Jalisco, que coloca al frente de la “seguridad” nacional a elementos del CISEN, que incluso utiliza el supuesto combate al narcotráfico para avanzar en la militarización del país. No hay duda de que este régimen está cada vez más lejos de la transición democrática y más próximo a una dictadura, con tal de imponer sus políticas y someter la voluntad democratizadora del pueblo de México.

Por si fuera poco, la derecha neoliberal ha hecho explícita su intención de permanecer a toda costa en el poder por un largo y ominoso período, como consta en el plan 2030 elaborado por el Banco Mundial y que públicamente es asumido por Calderón y su grupo, que promete 25 años de aplicación de su proyecto.

Pero el pueblo de México no se resignará, no permitirá otra larga noche de supresión de la democracia, de eliminación de los derechos de los trabajadores, de los pueblos indios, de los campesinos, jóvenes, mujeres, de empeoramiento de sus condiciones de vida y de trabajo, de entrega del país. Menos aún cuando en el Sur del continente soplan otros vientos que muestran que es posible otro camino.

A pesar de que con el uso de su poder económico, del fraude y la represión, los grandes empresarios y sus políticos han conseguido hasta ahora mantenerse en el poder y burlar el descontento social, la impopularidad del neoliberalismo y el rechazo creciente a sus políticas; la rebelión de los pueblos zapatistas y la digna resistencia indígena; la resistencia a la privatización de la energía, el agua, la seguridad social y la educación pública; la resistencia incansable de pueblos como el de Atenco; la ejemplar lucha y resistencia del pueblo de Oaxaca; el enorme movimiento democrático contra el fraude electoral y la imposición, muestran que es posible, resistir, enfrentar y derrotar la intención de la derecha neoliberal de perpetuarse en el poder.

Para ello es indispensable, sin embargo, unir las resistencias y alternativas populares. El fraude y la represión no deben sembrar la duda, la desarticulación o el aislamiento de las luchas. Ante la sombra de la violencia y la ilegalidad representada por el gobierno actual, debemos levantar la resistencia nacional conjunta, constituir un frente de batalla común donde el pueblo todo se encuentre y cobre confianza en sus fuerzas y en la victoria.

En el periodo pasado, una serie de iniciativas y esfuerzos unitarios que venían desarrollándose –del que forman parte las tres versiones anteriores del Diálogo Nacional— se vieron trastocados en medio de la disputa electoral y el posterior fraude e imposición del nuevo gobierno de la derecha. Mientras que iniciativas como La Otra Campaña y la persistencia del movimiento de la APPO continúan irradiando su influencia, cientos de miles de personas esperan lo que sigue en la resistencia enmarcada en la Convención Nacional Democrática, y en todo tipo de organizaciones sociales nacionales y locales, que ya discuten y procesan los nuevos retos y estrategias.

Un nuevo escenario claramente dibujado, sobredeterminado por la nueva ofensiva de la derecha neoliberal que pone sobre la mesa la sobrevivencia misma de cualquier esperanza democrática y popular, exige un nuevo encuentro de los diversos movimientos y resistencias, un nuevo esfuerzo de convergencia y unidad, así sea sobre las cuestiones más básicas, sin que esto anule los esfuerzos y proyectos que cada fuerza desarrolla. Como un paso en este camino es que planteamos a todos los movimientos y actores sociales la necesidad de un nuevo Diálogo Nacional, que lo vemos, no como una simple continuidad o conclusión de los anteriores, sino como una nueva oportunidad para encontrarnos y definir algunas estrategias comunes para los nuevos escenarios.

Creemos firmemente y con humildad que en esta nueva fase de la pelea contra los neoliberales existen suficientes consensos y acuerdos para que los movimientos políticos, civiles y sociales que estamos empeñados en que México transite finalmente a la democracia, la justicia y la libertad podamos acordar un Pacto Político Nacional para enfrentar al enemigo común y derrotarlo.

Un acuerdo que, sin desconocer las diferencias, pueda ser compartido sin reservas, donde el consenso sobre puntos básicos sea el instrumento de la unidad, y la autonomía de cada quien, no demerite la plataforma común y la acción unitaria. Una ruta probable sería la de signar un compromiso inicial en torno a una declaración política, una plataforma de lucha mínima y un plan de acción inmediato.

Es con ese horizonte que llamamos a un nuevo Dialogo Nacional, a realizarse del 3 al 5 de febrero, que pueda servir para dar el primer paso en esa dirección.

El Programa inicial del Diálogo incluye los siguientes temas:

1.- Balance de los diversos movimientos y esfuerzos unitarios, y discusión de estrategias frente a los nuevos escenarios

2.- Salario, Empleo, Seguridad Social, Sistemas de Jubilación y Pensión y Migración.

3.- Electricidad, Agua, Petróleo, Biodiversidad, Patrimonio Cultural, Deuda Interna y Externa, TLC,PPP y ASPAN.

4.- Educación, Investigación, Tecnología, Ciencia y Cultura.

5.- Libertades Democráticas, Derechos Humanos y Militarización.

6.- Discriminación y Equidad de Género.

7.- Crisis Agropecuaria, Derechos y Cultura Indígenas.

Mas informacion en: http://www.dialogonacional.org.mx/dn/convocatoria.html

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