El error de diciembre
acarrillo@milenio.com - Publico
Los fines de año y de sexenio se prestan a excesos y errores que se aprovechan de los vacíos o inexperiencia de gobiernos y funcionarios entrantes. En 1995 se produjo la crisis por la devaluación del peso. Un “pequeño” error inicial que el doctor Zedillo aceptó hasta final de su sexenio. También por esos meses, Fox exclamó: “¡Y yo, por qué!”, ante los reclamos derivados de cuando a Salinas Pliego se le ocurrió asaltar con un comando armado las instalaciones de Canal 40, en el Chiquigüite.
Hoy las cosas no son tan diferentes. También en esta ocasión se presenta un descontrol grave del gobierno, en relación con la alimentación básica. El abasto de maíz y su precio van a estar en la preocupación y el debate nacional por lo menos este año y es probable que muchos más. Ello tiene que ver con la dificultad estructural del país para abastecer con sus propios recursos la demanda interna, tiene que ver con el crecimiento de la demanda internacional, con las estructuras oligopólicas que controlan la producción agropecuaria del país y con la ineficiencia gubernamental y su fe ciega en la mano invisible del mercado.
Calderón subestimó el problema, pensando que los mecanismos de mercado actuarían y los desequilibrios se resolverían rápidamente. Por eso, en su reacción inicial, dijo que “se trataba de un problema temporal que el mercado pronto resolvería”. Y efectivamente así es, el mercado lo puede resolver, pero de una forma muy distinta a lo que las autoridades mexicanas piensan. Las verdaderas fuerzas del mercado tienen una estructura y un carácter oligopólico y están asociadas en poderosos grupos de interés, que persiguen rentas o ganancias extraordinarias a corto plazo. Así cuando empezó a desentrañarse lo que estaba pasando, el gobierno empezó apenas a comprender la magnitud del problema e inició acciones para encararlo, gracias en parte a la reacción social por el incremento del precio y por las declaraciones de Guillermo Ortiz de que no era un problema de mercado, sino esencialmente de una distorsión monopólica.
No le faltan argumentos al gobernador del Banco de México: la trasnacional Cargill, que domina 20 por ciento del mercado mexicano, tiene una fama bien ganada de manipular mercados y precios en el mundo. Las cortes estadunidenses y las comisiones antimonopolios han encontrado culpable a la empresa de manipular precios y de especular en el Chicago Board of Trade, el mercado de futuros de Chicago de commodities. Los gobiernos de Fox y Calderón no advirtieron que las condiciones metereológicas, aunadas con la crisis estructural del campo mexicano, llevan irremediablemente a obtener una producción declinante de granos en todos los estados, particularmente Jalisco y Sinaloa, que disminuye la oferta nacional, que no es tan fácil compensar con importaciones a bajo precio. El precio internacional del maíz se incrementó de septiembre de 2006 a enero de 2007 en 50 por ciento, debido principalmente al incremento de la demanda asiática y su uso para producir etanol en Estados Unidos.
En esas condiciones, resulta inexplicable que Fox autorizara la exportación del producto subsidiado por el gobierno a los mercados asiáticos a precio internacional. Pero no nos preocupemos… se trata de otro pequeño error de cálculo que el mercado corregirá.
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