Un grupo de ambientalistas opuesto a la presa de Arcediano irrumpió en el Congreso para expresar sus quejas. Se hicieron notar, aunque los diputados apenas discutieron.
Patricia Martínez
Publico - 25-Enero-07
El objetivo era evitar que el Congreso del Estado destinara recursos para Arcediano. Por eso, desde las nueve de la mañana se reunieron integrantes de diversas asociaciones civiles en los pasillos del Recinto Legislativo. Esperaban que empezara la sesión ordinaria de la Comisión de Hacienda.
El diputado Aristóteles Sandoval Díaz, presidente de la junta legislativa, fue el primero en llegar. Invitó a los manifestantes a pasar al salón y escuchar la sesión pública. Apenas tomó lista, los diputados firmaron el registro de asistencia y anunciaron un receso, sin hora para volver. Los manifestantes ya habían comenzado a vociferar consignas.
Les pedían que no autorizaran el crédito para abastecer la presa, pues viola acuerdos de decretos federales. Los diputados salieron del salón, pero los manifestantes siguieron en el edificio legislativo. Se decidieron a recorrer oficina por oficina, repitiendo un discurso sobre injusticias y la necesidad de esperar a que la Organización Panamericana de la Salud emita su recomendación sobre Arcediano (informe que consideran crucial para evitar la obra).
Su peregrinación duró más de una hora. En el andar se toparon con una secretaria alebrestada por el desorden, con otras que sólo asentaban con la cabeza: Sí, sí, sí. En la oficina de la diputada María del Cielo López, mejor cerraron la puerta y por una ranura de la ventana los vieron marcharse: “¡Aquí no, síguele!”, les dictaba María de la Luz Cueto, quien triplicaba con brío su discurso.
Llegaron a la oficina del diputado Manuel Villagómez, que les entregó una lista con los nombres de los legisladores de la comisión. También les recomendó con quién hablar.
El rumor de que la Comisión de Hacienda aprobaría el crédito para Arcediano los motivaba a seguir. Pero ayer eso era casi imposible, pues los legisladores de la comisión apenas iban a recibir los documentos para revisarlos y emitir una opinión para una resolución en la sesión siguiente.
“Después de los casi tres años perdidos que no se ejecutaron las obras, no veo la prisa ni por qué no puedan esperarse a que entre la próxima Administración estatal”, reflexionó Jorge Urdapilleta, representante del PAN en la comisión.
Eran las 13:30 horas y no reanudaban la sesión. Urdapilleta seguía cavilando. No encuentra problema en que se autorice el crédito del gobierno estatal para abastecer la presa, pero no ve “conveniente” que se licite en esta Administración estatal, pues sería mejor heredarlo a la siguiente Legislatura y así dar mayor certeza jurídica y continuidad y habría responsabilidad de principio a fin.
Si se llegara a autorizar el crédito para el abastecimiento de Arcediano según lo que marca el decreto, se entregarían hasta 3,200 millones de pesos; 40 por ciento de los recursos sería por parte del gobierno federal y el resto del estatal. Claro: falta considerar que, de seis años a la fecha que se autorizó el proyecto, los costos se han elevado.
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