EUGENIA BARAJAS Jornada Jalisco
Los agentes encubiertos ya operan en Jalisco, aseguró el rector electo de la Universidad de Guadalajara, Carlos Briseño Torres, sobre la inminente creación de una policía infiltrada propuesta por el gobierno del estado para luchar contra el crimen organizado, que emularía el actuar de la Policía Secreta y aceptó que serán un mal necesario.
“Ya tienen grupos de élite preparados en las corporaciones, lo que están tratando de hacer es conjuntarlos en una sola agrupación y que tenga mayor rendición de cuentas ante la sociedad como una corporación formalmente constituida a como está hoy en día, que nadie sabe cómo trabajan, pero sí existen esos grupos de inteligencia operativa”, aseguró el rector.
Aseveró que la iniciativa de decreto que está a punto de aprobar el Congreso para la creación de una policía de élite que se infiltre en las entrañas del crimen organizado presentada por el gobernador Gerardo Octavio Solís, ya existe con otros nombres dentro de las corporaciones policíacas, como la Policía Ministerial, Seguridad Pública Estatal y Municipal, Cisen o la Agencia Federal de Investigaciones, pero su forma de operar se mantiene al margen de la ley.
“Desconocemos cómo operan, realmente es un enigma para todo mundo. Ahora hay que ponerlos en una caja de cristal”, sostuvo.
El futuro rector estimó que se debe hacer un énfasis en la vigilancia social y ciudadana del agente infiltrado, y que organismos como derechos humanos, organismos civiles y partidos políticos, sean los encargados de implementar medidas de vigilancia para que no se afecten los derechos políticos y ciudadanos, que a fin de cuentas, dijo, es el temor de algunas agrupaciones y personajes políticos que han mostrado sus dudas en torno a la creación de una nueva corporación. Descartó la infiltración de los agentes como medida de persecución política, acción que realizaba el Servicio Secreto hace 30 años, porque estimó no existen las condiciones en el país para repetir esos abusos.
Briseño Torres condicionó la operatividad, de la que sería una unidad de combate contra la delincuencia organizada, comandada por la Procuraduría de Justicia del Estado, a la necesidad que tiene la sociedad de conocer la forma de actuar de los grupos delictivos para desactivarlos y puntualizó que la clave será un trabajo de inteligencia, que sin policías infiltrados de nada servirá. “Es absolutamente ingenuo pensar que puedes hacer trabajo de inteligencia sin infiltrar a esos grupos”, argumentó.
Por último el rector de la máxima casa de estudios reconoció que pese a los excesos de lo que fue el Servicio Secreto y las repercusiones en la aprobación del nuevo policía encubierto, la sociedad requiere de ese instrumento para mejorar la seguridad.
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