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miércoles, enero 31, 2007

La codicia no es el motor de la historia’

Entrevistan a LaRouche en Guatemala

El pasado 8 de agosto Lyndon LaRouche sostuvo una entrevista telefónica de media hora con Radio Universidad, la emisora de la Universidad Nacional de San Carlos de Guatemala, Guatemala. LaRouche fue entrevistado por Julio Mora y dos miembros de la Sociedad de Economistas del país, Carlos Estrada y Carlos Wer, este último, miembro de larga data del Instituto Schiller.

Radio Universidad: Señor LaRouche, es un gusto escucharlo. Nos estamos comunicando. Está usted al aire, por favor.

LaRouche: Es un placer estar con ustedes también.

Radio Universidad: Muchas gracias. Le quiero comentar que Radio Universidad es una radio de la Universidad de San Carlos de Guatemala, que tiene muchísima sintonía en nuestra república, y realmente en Guatemala. En la universidad los académicos y estudiantes están muy pendientes de ésta su llamada. Usted es muy gentil. Y, por favor, lo dejamos al aire. Puede seguir, lo escuchamos.

LaRouche: Tenemos una situación realmente muy interesante, en el sentido de que el mundo está al borde de entrar a una nueva Era de Tinieblas. Para algunas personas, ésta puede ser una situación aterradora, pero para historiadores y gente de mi profesión, como para un médico, es una situación donde uno tiene que atender la enfermedad. Entonces, mi situación es que tengo que tratar de salvar al paciente y soy un especialista en enfermedades graves.

El aspecto principal de la presente situación es que estamos al borde de una guerra con Irán, que no va a parar ahí. Y al igual que la subida del fascismo en Europa en los años 1920 y 1930, el peligro de una guerra ahora, por parte de Cheney y compañía, es una expresión de una crisis financiera internacional.

A corto plazo, la manera de definir la situación en lo inmediato es la siguiente: la depresión económica que empezó en octubre de 1987 es comparable a lo que pasó entre 1928 y 1933. Pero esta vez, bajo Alan Greenspan, encontraron una manera de posponer los efectos de la depresión económica. Lo que hicieron es lo que se conoce como “apuestas colaterales” en los juegos de azar: éstos son los derivados financieros. Lo que hicieron fue crear deuda relacionada con estos derivados financieros, y al usar la “maquinita” para crear dinero, convirtieron las ganancias en esas deudas, en ganancias del lado financiero. Hubo varias burbujas financieras en los 1990 que llegaron hasta 1999, más o menos.

La parte más importante de esto fue el saqueo de la antigua Unión Soviética. Convirtieron a la Unión Soviética en un cadáver y se comieron sus ingresos, y vivieron de eso. Todo esto cambió en 2000–2001. Lo que pasó es que la cantidad de deuda que hubo que generar para mantener el crecimiento financiero era tan grande, que la deuda era mayor que el crecimiento. Dicho de otra manera, cuando el deudor insolvente se endeuda todavía más para pagar sus cuentas corrientes, y la deuda es mayor que las cuentas que está pagando, está condenado a la destrucción. Está condenado en lo financiero.

Todo el sistema monetario internacional, incluido Estados Unidos, cayó en ese estado en 2000–2001. Así que, ahora no sabemos exactamente qué día se va a desplomar el sistema, pero la situación es parecida a lo que le pasó a Alemania en 1923. Alemania estaba insolvente para junio–julio de 1923, pero siguieron imprimiendo dinero; inundaron al país con dinero inflacionario y, para octubre–noviembre, había una situación imposible.

Tomemos un ejemplo del caso de Estados Unidos, y también del Reino Unido. La burbuja más conspicua, más obvia, es la de los bienes raíces. Toda la economía mundial es de menos de 70 billones de dólares al año, pero la deuda es de centenares de billones, y cada día aumenta más. Y lo que impulsa eso es que, en la proporción entre la deuda y el ingreso, la deuda siempre es mayor. Ahora ha llegado el momento en que el sistema está por desintegrarse. Dicho de otra manera, a corto plazo hemos convertido la depresión económica de 1987 en una desintegración monetaria y financiera general.

Ahora bien, tales situaciones no son imposibles de resolver, pero hay que dejar el dinero a un lado. Se tiene que someter el sistema a una reorganización por bancarrota. Si los banqueros llevan a cabo la reorganización, van a cocinar y comerse al pueblo. Ésta es la intención para con Argentina, por ejemplo. La alternativa es que los gobiernos intervengan y sometan a una reorganización por bancarrota a los sistemas financieros.

Si uno regresa a la filosofía del sistema de Bretton Woods que diseñó Franklin Roosevelt, y dice: Vamos a intervenir los sistemas financieros internacionales, y someterlos al control de los gobiernos; y si emprendemos un programa general de crecimiento —de crecimiento físico, no simplemente financiero—, entonces puede resolverse el problema. Pero para eso es necesario un sistema mundial que sólo requiere que la mayoría del mundo esté de acuerdo. Obviamente, los gobiernos hoy no estarían de acuerdo, a no ser que se aterren y decidan hacerlo. Por tanto, en ese sentido, mientras más aterrada esté la gente, eso es bueno, porque se les tiene que convencer a hacer lo que es necesario; y si no se aterran, nunca considerarían la posibilidad de hacerlo.

El problema es que solamente Estados Unidos es capaz de forzar esta reorganización. Europa está enferma; Europa no puede hacer nada. Asia en su conjunto puede hacer cosas, pero no puede hacer lo necesario por cuenta propia. Pero, dado que Estados Unidos ha denominado el sistema monetario internacional en dólares, y ya que un desplome del dólar quebraría a la mayoría del mundo, el que Estados Unidos acuerde defender su dólar de la manera que propongo, crea una situación en la que la única posibilidad que tiene el mundo es la de aceptar mi propuesta. Yo soy como el cirujano que va al quirófano; puedo salvar al paciente, pero el paciente depende de mí.

Esta situación debería causarle gracia a aquéllos en Centro y Sudamérica que dirán que LaRouche está vengándose por el presidente mexicano José López Portillo. Me gustaría hacer eso. Él ya murió, pero en cierto sentido me gustaría reivindicar su honor a través de salvar al mundo de una nueva Era de Tinieblas, al hacer lo que López Portillo y yo acordamos que trataríamos de hacer en 1982. Y ésa es la situación general, en pocas palabras, como yo la veo.


Radio Universidad: ¿Cómo articulamos esta situación que plantea el señor LaRouche, en el sentido de que podemos estar realmente buscándole una salida a esta crisis vía los conflictos militares, que ya comenzaron en el mundo a aterrarnos, a asustarnos, a preocuparnos? Realmente, ¿es posible, o la perspectiva o el panorama que se nos presenta es un conflicto militar de mayor escalada que el que tenemos ahorita como una salida inmediata a esta crisis del sistema, tal como lo plantea el señor LaRouche?

LaRouche: No. La gente que piensa eso, si uno los estudia con detenimiento. . . Mire, tenemos una persona que evadió su servicio militar, Dick Cheney, que en realidad ya es el Presidente de Estados Unidos en funciones, mientras que el Presidente nominal está de vacaciones, mentalmente y en todo sentido. Ahora bien, Cheney evadió el servicio militar. Su esposa resultó embarazada justo a tiempo para salvarlo de tener que prestar servicio militar en Vietnam. A estos tipos los llamamos en Estados Unidos “gallinazis”. Es decir, los evasores del servicio militar que quieren que el resto del mundo vaya a la guerra.

Lo que Cheney propone, y hay que entender su incompetencia y su locura; él sólo es un hampón, un mafioso de la élite financiera. Se metió en guerras en Iraq y en Afganistán, por ejemplo; él no puede ganar estas guerras en esos lugares. Esos lugares se están desintegrando; no es posible una victoria, ¡jamás! Lo que amenaza con hacer ahora es ir a una guerra nuclear, a un ataque nuclear contra Irán. Y está empecinado en hacer eso, junto con Tony Blair, el Primer Ministro de Inglaterra. El plan de lanzar un ataque preventivo nuclear y otros ataques contra Irán ya está sobre el tapete. Él va hacia una guerra de ese tipo, porque ya no tenemos la capacidad de librar una guerra terrestre; el mundo no tiene ninguna capacidad de librar una guerra general como la que conocíamos en el pasado.

Ir a la guerra tendrá dos efectos. Primero, desatará lo que ya estamos viendo en la región de Asia: habrá una propagación generalizada de lo que llamamos guerra irregular o guerra asimétrica; lo que los chinos llamaban “guerra popular”. Nos va a llevar en realidad al uso de armas termonucleares, no de meras armas nucleares. Así es que estamos ante una era de tinieblas, pero tenemos gente débil, cobarde y estúpida gobernando, que está lista a cruzarse de brazos y dejar que esto ocurra. Y estoy hablando de todos los gobiernos de Europa. Me dan asco. Son patéticos. Son cobardes. No son realistas.

Por eso, yo cuento con que Estados Unidos asuma la conducción, para acabar con esta tontería.


Radio Universidad: Una pregunta que posiblemente nos harán aquí en esta radio, y es un tema del que platicamos mucho en los foros, etcétera, y es, ¿qué similitud hay entre la Depresión de los años 1930, que concluye o la articulamos con la Segunda Guerra Mundial? ¿Podríamos estar diciendo que tenemos un símil histórico semejante? Es decir, un período de depresión, de desempleo, de una inversión de miles de millones en armas. Estados Unidos sabemos que dedica aproximadamente 500 mil millones de dólares, o sea un 5% de su producto interno bruto, a gastos militares. ¿Podemos decir que la historia se está repitiendo? Es decir, una depresión, una Segunda Guerra Mundial que le costó al mundo más de 70 millones de víctimas. ¿Y estamos ya en este escenario, en una crisis económica mundial, y ya el espectro de la guerra prácticamente montado en la dinámica de la historia nuevamente?

LaRouche: No precisamente. Estamos ante el impulso hacia la guerra, que tiene ese carácter, pero quien lo concibe es un degenerado mentalmente discapacitado. Estamos ante la potencialidad de una nueva Era de Tinieblas global, no simplemente de una depresión económica.

Esto tiene una historia larga en la historia europea moderna. La primera guerra de este tipo fue la de los Siete Años a principios del siglo 18, que estableció a la Compañía de las Indias Orientales británica como un imperio. Luego hubo las guerras napoleónicas, que realmente fueron organizadas por la monarquía británica, de nuevo para destruir a Europa continental. Luego hubo varias guerras, pero especialmente la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, que destruyeron a Europa. Gran Bretaña, con Winston Churchill, organizó lo que potencialmente iba a ser la Tercera Guerra Mundial; fue un intento de destruir a Eurasia continental.

Estamos ante un interés financiero, que es la tendencia liberal angloholandesa, que ha estado organizando cosas como éstas a lo largo de estos siglos. Ahora hemos llegado al fin de la posibilidad de esta clase de cosas. O paramos esto, lo evitamos, o el planeta entero entrará a una nueva Era de Tinieblas en la que la población mundial se reducirá a menos de mil millones de seres humanos.


Radio Universidad: Existe una idea ampliamente aceptada en Guatemala, de que el petróleo, no el terrorismo, fue la motivación original de la guerra. Una guerra planeada por los actos agresores del señor Bush durante la década de los 1990, y que accesó al poder en el 2001 e hizo posible, es decir, la agresión contra Iraq. ¿Puede aclararle al pueblo de Guatemala que no es un problema de terrorismo, sino un problema de petróleo? ¿Qué comentario nos puede hacer sobre eso?

LaRouche: Primero, el terrorismo no es la causa de la guerra para nada. El terrorismo que ocurrió provino de fuentes de fuera del mundo árabe. Esto no tuvo nada que ver con el petróleo, como tal. Pero si uno ve la situación financiera mundial, uno se da cuenta de que con todas las materias primas y la vivienda, hay una especulación astronómica. El asunto es que estamos al final de un sistema monetario y financiero. Los intereses que están detrás de ese sistema andan desesperados y harán cualquier cosa. Ellos no pueden ganar, pero la raza humana puede perder.

Tenemos que zafarnos de esta idea de que la codicia es el principal motor de la historia. Lo que codician es el poder, no la riqueza.


Radio Universidad: Muy interesante. Éste es un último comentario, ya que el tiempo en la radio es muy valioso, pero muy valioso lo que usted nos está explicando. Y créame, que después de que usted cuelgue su teléfono, vamos a tener muchas, muchas llamadas. Un último comentario: los abusos que Estados Unidos ha cometido contra los derechos humanos y los pueblos civilizados, que han salido a luz tanto en Iraq, como en Afganistán, la bahía de Guantánamo, y las vejaciones peores que, con toda seguridad, se darán a conocer más tarde, no son simplemente los actos de individuos aberrantes, sino resultado de una administración [de gobierno de] Bush criminal, que ha pisoteado los derechos humanos y los derechos internacionales, incluida la Convención de Ginebra. ¿Cómo asume el pueblo norteamericano estas denuncias aterradoras que hay sobre la violación a los derechos humanos en el mundo, precisamente encabezadas y comandadas por este Gobierno de criminales en Estados Unidos?

LaRouche: El 80% de la población estadounidense con ingresos inferiores ha sido expulsado de la política a lo largo de los últimos 30 y pico de años. La generación que está en el poder en Estados Unidos, la llamada generación sesentiochera, es más bien bastante despreciable desde el punto de vista de mi generación. Hay algunas personas buenas en esa generación, pero la generación como tal es de una calidad muy baja. Hay una situación parecida en Europa. La generación que está en el poder es moralmente incompetente, y su incompetencia moral se expresa también como incompetencia intelectual.

Lo que controla la situación es un grupo de financieros ejemplificados en el Hemisferio Occidental por George Shultz, quien fue el tipo que creó al Gobierno de Bush. Estos tipos son los descendientes directos de los que estuvieron detrás de los nazis. Lo que se ve en Guantánamo y en lugares parecidos es un espectáculo que ha horrorizado a nuestros militares tradicionales y a algunos senadores republicanos, entre otros. Es una reactivación contemporánea del nazismo. No hay diferencia alguna entre los que están haciendo lo que hacen en Guantánamo, y los nazis en los campos de concentración. Si nosotros en Estados Unidos no ponemos esta situación bajo control, no habrá un Estados Unidos de aquí a poco.


Radio Universidad: Tenemos aquí una pregunta de su amigo personal, el señor Carlos Wer, que le tiene un saludo y un comentario. Carlitos, adelante.

Wer: Lyn, el pueblo de Guatemala normalmente no está bien informado acerca de una serie de situaciones. Hablo específicamente del Tratado de Libre Comercio, del CAFTA. A pesar de que ya el Congreso aquí lo aprobó y Estados Unidos ya lo aprobó, yo quisiera que hablaras un poco acerca de lo que representa este TLC para la población guatemalteca. Gracias, Lyn.

LaRouche: Un aumento de la esclavitud, en pocas palabras.

Radio Universidad: En pocas palabras. Bueno, realmente ha sido un verdadero gusto haber platicado con usted. Reciba un cordial saludo de la Universidad de San Carlos, de su radio, de su programa “Universidad, economía y sociedad”, de profesores, académicos, de investigadores, de estudiantes y pueblo en general. Es usted muy gentil.

Esta plática, estas conferencias, son muy valiosas para todos nosotros. Le agradecemos infinitamente, y nos estaremos comunicando más adelante. Pase muy buenas tardes.

LaRouche: Muchas gracias.

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