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viernes, marzo 09, 2007

Opinión - Marcela Gomez Zalce

Pantalones

• El manual de la limpieza
• El abandono de Bush

La desesperación, mi estimado, duplica nuestros atrevimientos. A quince minutos de acariciar la frontera de los 100 días de gobierno, nuevamente hay delicados focos rojos que tintinean en el terreno de lo social, amén de las incesantes apariciones de simpáticos renegados en cada acto encabezado por Felipe Calderón.

La marcha de ayer de diversos sindicatos en demanda de un incremento salarial de emergencia es ilustre botón de una seria probabilidad de una rápida descomposición de inicio de régimen. Los problemas y frentes abiertos son muchos, my friend, pero la terrorífica realidad es que el gobierno federal no tiene dinero y hace circos y osos en búsqueda del tesoro (del contribuyente, of course) que llene el boquete de los muchos miles de millones de dólares que nomás no hay. Da la original sensación de que hay prisa por cacarear logros y promesas cumplidas. Y cuando hay demasiada prisa uno tiende, por lo menos, a equivocarse.

Y estos chicuelos han cometido algunos imperdonables errores que oscilan entre los manejos de crisis, los controles de daños y las pendejadas a secas. Y en todas arrastran a su jefe, que a estas alturas del agitado partido ya debería tener un panorama bastante claro de a quién se le debería dar su ración de flit. La indiscreta cuestión radica en el control férreo desde Los Pinos sobre diversos asuntos que, tarde o temprano, los volverán vulnerables.

Por si fuera poco, la obsesión de los allegados al inquilino de Los Pinos por el Consejo Nacional del PAN los está distrayendo de realizar un análisis serio del contexto actual nacional. Las cosas no están bien, amable lector, pese al bombardeo mediático en los medios de intoxicación masiva.

Los peligrosos jaloneos al interior del gabinete de seguridad están de pronóstico reservado y pronto habrán símbolos muy, pero muy delicados. El plan federal anunciado contra la delincuencia organizada fue un mal chiste elaborado por the usual suspects encabezados por Genaro García Luna y el procurador (con minúsculas) Medina Mora arriba de una Plataforma México que será la creadora de un Sistema Único de Información Criminal whatever. Seis años de haber ocupado posiciones clave en el Cisen, la SSP-F y la AFI no fueron suficientes como para entender que un buen comienzo antes de andar escupiendo choros mareadores es limpiar la casa atiborrada de rinconcitos tenebrosones y traviesos por doquier. Pero la limpia debe ser... de arriba hacia abajo, mi estimado, y no al revés.

Desactivar los poderosos hilos conductores en las cúpulas federales, estatales y municipales. Tiros de precisión. Operaciones quirúrgicas. Peces gordos. Pantalones, pues. Hoy nadie compra ese bullicioso sonsonete del éxito de los operativos. Calderón ya sabe cuál es la rutina aérea en varios simpáticos aeropuertos que harían palidecer aquél célebre DC-9. La sociedad está harta dijo hace unos días. En efecto, harta, pero de la inicua pasividad gubernamental ante los embates de la delincuencia organizada y desorganizada.

El panorama integral doméstico no abona para dar un par de manotazos a la Casa Blanca y fijar agenda. George W. Bush inició su gira por Latinoamérica rodeado de una nube sospechosista de sus verdaderas intenciones. La región le ha valido madres desde los atentados del S-11.

Venir con el cuento de que Estados Unidos está interesado en promover una agenda social regional y congraciarse después de años de abandono son intentos desesperados que no sólo dramatizan el fracaso de su presidencia sino también, su debilidad. Su impotencia ante un liderazgo que ha construido Hugo Chávez, heredero de la política de Fidel Castro.

Quizá tratar de contrarrestar el camino pavimentado por el mandatario venezolano con entretenidas estrategias que llegan bastante tarde. Pero México, my friend, en esta amena película es otra historia.

Sobre todo por la inmensa frontera, los colosales intereses estratégicos y la atractiva rendija que ha abierto esta administración en la cooperación bilateral atropellando, más de una vez, ese término llamado soberanía.

Una cosa es indudable. Calderón no las trae todas consigo y Bush menos. Sin embargo, la agenda y las atrayentes peticiones estadunidenses, my friend, pesarán y mucho. Veremos de qué cuero salen más correas. En el terreno del narcotráfico, that is... porque es ahí donde se va a dar el animado reventón. Y ya viene la primera señal... ¡Adiós!

gomezalce@aol.com

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