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domingo, marzo 04, 2007

Nadie ha dialogado con los desalojados

EMILIO DIAZ CARNERO - Jornada Jalisco

Tras el operativo de desalojo de las casas y puestos de los comerciantes purépechas del cementerio “Felipe Angeles” instalado sin previo aviso y con graves abusos de autoridad la tarde y noche del viernes pasado, ningún funcionario del Ayuntamiento de Guadalajara se ha acercado con los afectados para iniciar el diálogo.

Después de que a las 12 de la noche llegaran los cuerpos antimotines para desbloquear la calle en donde permanecían las cerca de 40 familias, la calma no llegó para los originarios de Capacuaro, del municipio de Uruapan, Michoacán.

Desde muy temprano las familias se organizaron para hacer un inventario de las muebles que les confisco el municipio tapatío.

“Cada familia ya tiene la lista de lo que nos quitaron los del municipio, ahora vamos a tratar de hablar con alguien del Ayuntamiento para ver en que quedamos, que nos digan donde están nuestras cosas, si nos las van a regresar o que va a pasar. Si nos van a reubicar o qué”, comentó José Luis Reyes rumbo al Ayuntamiento. A las 11 de la mañana un grupo de purépechas afectados, junto con otras organizaciones de indígenas migrantes que trabajan en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) se plantaron a las afueras del Palacio de Gobierno del Estado, ya que en las del municipio no salió nadie. En la casa de gobierno del nuevo gobernador Emilio González Márquez les dijeron que hasta el lunes los podrían atender, ya que ahora como es fin de semana no hay nadie trabajando.

Ante esta situación, los productores de muebles de madera que llevan más de 35 años viviendo y trabajando a lado del cementerio no les quedó más que regresarse con sus familias que los esperan en lo que antes era su casa y lugar de trabajo. “Vamos a regresar el lunes a ver si es cierto que se inician las mesas de trabajo para resolver el asunto”, expresó Reyes.

Mientras tanto, los únicos que han apoyado a las familias purépechas son los vecinos y comerciantes del lugar, quienes en la madrugada les prestaron cobijas y algunas colchonetas para pasar la noche, así como algunas ollas de arroz y frijoles. Otros vecinos ofrecieron sus casas a los recién desalojados para que descansaran y comieran ahí.

Algunos promotores del DIF estatal, acompañaron a los desalojados a lo largo de la noche, buscando repartir algunas cobijas y catres que habían conseguido para los purépechas. Los promotores del DIF lo hacían más por apoyo y buena voluntad que por instrucción oficial, ya que ellos han establecido una amistad con las familias del cementerio.

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