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domingo, mayo 27, 2007

El Congreso Ciudadano de Jalisco

JORGE GÓMEZ NAREDO

En una democracia, nos dicen los de arriba, el ciudadano es quien decide; todos los acuerdos políticos se realizan en bienestar de la población y los medios de comunicación son el vínculo entre los representantes populares y el pueblo, entre quienes poseen cargos en la burocracia pública y quienes trabajan, arduamente, por sobrevivir. Esta es la imagen que la mayoría de las instituciones en México buscan dar; para ello gastan millones y millones de pesos en “comunicación social”, es decir, en espots donde tratan de inocular a la sociedad que la vida va bien, que cada vez somos mejores, más justos e igualitarios.

Esta imagen, sin embargo, está muy alejada de la realidad. No existe un nexo claro entre quienes votan y quienes son votados. Los partidos políticos se han transformado en franquicias que solamente buscan más espacios de poder y dejan de lado lo realmente esencial: representar a la ciudadanía. Alcaldes, gobernadores, diputados locales y federales, senadores, presidentes de la nación, todos llegan al poder vía las urnas (con o sin fraudes), y al momento de tomar posesión de sus cargos se olvidan de quienes los votaron. Es una crisis de representación que cada día se vuelve más insoportable. ¿Cuáles son los caminos que tiene la ciudadanía para verse representada en los puestos de elección popular, si las elecciones y el sistema democrático se han vuelto una entelequia?

Muchos ciudadanos se han organizado porque simple y llanamente sus expectativas no han sido llenadas por los que se dicen “representantes populares”. Hay movimiento, marchas, resistencia. Aquí, allá, acullá, en la mayoría de los estados de la República la gente se junta, bien junta, para luchar en contra de quienes dicen gobernar en bien de todos y en realidad lo hacen en bien de unos cuantos. La organización es la única salida contra el desdén de los que están arriba y siempre piensan en beneficio de los pocos y no de las mayorías.

En Jalisco, el 16 de mayo se dio a conocer públicamente el nacimiento del Congreso Ciudadano de Jalisco, una organización ciudadana conformada por 29 diputados, 27 colaboradores y 39 asesores. Todos laboran sin recibir estipendio alguno. Son personas de reconocida trayectoria intelectual, cultural, académica y sin vínculos partidistas. Fungirá, se menciona en su página de Internet (http://www.congresociudadano.org), como “una organización de información, capacitación, participación y ejercicio de los derechos ciudadanos de distintos sectores, para contribuir en la construcción de una sociedad justa e igualitaria”.

La creación del Congreso Ciudadano es una respuesta ante la inconformidad colectiva por la falta de representación, pues mientras en el Congreso local, en las distintas alcaldías y en el mismo Poder Ejecutivo se habla de ciudadanos, éstos, desgraciadamente, no son representados. Por eso la necesidad de crear una organización que sí dé voz a la ciudadanía, que discuta los problemas que aquejan a la sociedad jalisciense y que sea un vehículo para que los cientos de miles de personas que no se creen representadas, lo puedan estar a través de esta organización.

Los fines de los diputados del Congreso Ciudadano son muchos, y vale la pena destacar tres: “motivar a la ciudadanía para que participe en las acciones de gobierno”, “servir de mediadores entre las demandas ciudadanas y las autoridades”, y “vigilar el desempeño de los funcionarios públicos, obligarlos a que cumplan eficazmente el cargo para el que fueron designados, denunciar las irregularidades en que incurran y exigir su renuncia en su caso”. Es decir, se trata de una organización que busca crear conciencia en la sociedad y ser un dique ante las frivolidades y excesos que, a diario, comete la mayoría de los que se dicen “representantes populares”. Una forma de ejercer la ciudadanía como lo precisa la democracia: todos los días y no solamente durante la jornada electoral.

Pero el Congreso Ciudadano no solamente es una organización que pretende capacitar a la población y crear conciencia social, también quiere ser una voz para presentar propuestas de ley. El mismo 16 de mayo, en que se hizo pública su creación, se presentaron datos, argumentos y acciones para proteger acuíferos y ecosistemas, con la finalidad de reflexionar sobre la inviabilidad de la presa de Arcediano, un proyecto que si se lleva a cabo, además de costoso, será ineficaz y pondrá en riesgo la salud de los jaliscienses. No solamente se busca poner el dedo en la llaga, también se plantean soluciones y soluciones bien reflexionadas y con un sustento intelectual envidiable.

En Jalisco se precisa que la ciudadanía participe políticamente, que tome parte en las decisiones de los gobernantes, que sea una fuerza que no se restrinja simple y llanamente a acudir, un día cada tres años, a emitir un voto. Ser demócrata es estar al tanto de lo que pasa, participar en las decisiones que afectan a todos y ser consciente de las situaciones políticas, económicas y sociales del estado y del país. Por eso la creación del Congreso Ciudadano de Jalisco trae esperanzas y nos mueve hacia la participación. Ojalá que allá, arriba, entiendan que con el pueblo todo, y sin él, nada.

jorge_naredo@yahoo.com

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