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jueves, mayo 17, 2007

Opinión - Roberto Castelan

Alondra

Publico

Dicen que quien pega primero pega dos veces. Y en toda estrategia militar la ventaja inicial es muy importante. Esa no se debe perder, cueste lo que cueste. Cada posición que se le arrebata al enemigo se convierte en una trinchera que debe defenderse con la propia vida.

Más en esta guerra de tantos frentes que presagia mil batallas. Aquí nadie se puede dar el lujo de ser débil. Se requiere mucha energía y decisión. Firmeza e inflexibilidad contra el enemigo. Oídos sordos para resistir el canto de las sirenas, siempre insidioso, siempre molesto, que pretende hacer creer que las guerras se ganan con el derecho en la mano.

El único estado de derecho que el mundo ha conocido es el del mas fuerte. La fuerza moldea al derecho y no al revés.

En un campo de batalla los derechos humanos no existen. El buen soldado sólo piensa en cumplir su misión y asegurar su supervivencia, a costa de lo que sea. Sin importar sobre quién tenga que pasar.

No es cualquier guerra la que está librándose. Es una guerra entre la cultura de la vida y la cultura de la muerte. No vengan ahora con que es un asunto de sensibilidad o de derechos humanos.

Afortunadamente en Jalisco, el ejército de los hijos de la luz lleva ventaja y esa hay que saber defenderla. En dos sexenios este vigoroso ejército ha sabido posicionarse en su lucha a favor de la vida.

La ejemplar alianza entre Iglesia y Estado construida en Jalisco a golpes de convicción y sacrificios, no será destruida a pesar de que los hijos de las tinieblas son más hábiles, más activos y más despiertos que los hijos de la luz.

Gracias a esa santa alianza, Jalisco tiene un verdadero sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, digno de ese nombre.

Gracias al integrismo militante del gobierno, la Casa Hogar para Niñas Desamparadas de Zapopan, atendida por monjitas como toda buena casa que se respete, aloja desde hace un año a Rosa Isela, una pequeña que un transexual reclama como si fuera su madre.

Si la niña está secuestrada desde hace un año es por su propio bien. En esto el derecho no cuenta. Ni el de la niña: ¿tiene una inocente niña derecho de vivir con un transexual?, ni el de Alondra ¿tiene derechos un transexual?

Los hijos de las tinieblas no descansan. Préndanse, hijos de la luz.

Nota: algunas frases fueron plagiadas del “Semanario”, órgano de formación e información Católica.

rcastela@cencar.udg.mx

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