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lunes, marzo 12, 2007

Opinión.- Germán Robles

Cuarta República.
Germán Robles
12 de marzo de 2007


Boicot: una estrategia de tres ejes.

A raíz del fraude electoral e incluso antes por la campaña negra propagandística de empresarios comenzó a surtir con fuerza el efecto de la palabra boicot. Para nadie es un secreto que al menos un centenar de empresas- muchas de ellas adherentes al Consejo Coordinador Empresarial- se metieron hasta e tuétano en una campaña de difamación y calumnias hacia la fórmula de Andrés Manuel López Obrador.

Desde los cañonazos de dinero hacia la campaña calderónica que generaron compromisos perversos, hasta la franca publicidad en medios con mensajes “subliminales” que tenían la única intención de afectar al ex candidato antes mencionado, claro en base a mentiras, desinformación y tergiversación tanto de la realidad como de sus propuestas.

Estos actores –secundados por la iglesia católica y el aparato estatal- no se midieron en el derroche de recursos y estrategias persuasivas para afectar la imagen del tabasqueño, y no conformes tensaron al máximo el marco legal, tanto del COFIPE y más aún violaron flagrantemente leyes electorales y el código penal por la severidad de sus ilícitos electorales. Finalmente estas acciones redundaron en un fraude electoral ex ante que sumado al intervencionismo presidencial y el de su aparato a su cargo dieron como resultado un golpe de Estado, justamente a las instituciones que con hipócrita vehemencia dicen defender.

Las empresas que más destacaron en el financiamiento del fraude perceptivo, conocido también como campaña de miedo; son justamente las que tienen un mayor espacio publicitario en el consorcio de televisa. Bimbo, Sabritas, Jumex, Coca- Cola, Pepsico y las empresas del grupo Carso hicieron mofa del tabasqueño y publicidad a favor también de Felipe Calderón; estas son sólo algunas de las empresas que más se metieron, pero la lista es larga; de ahí que para no ahondar en este espacio sobre nombres, -los cuales la mayoría de simpatizantes obradoristas ya conocemos- sólo cabe decir que la principal estrategia de boicot recae sobre los actores más fuertes en el mercado.

La estrategia del boicot debe contener tres ejes fundamentales que son:
1.- El boicot personal y permanente de cada uno de los productos del boicot

2.- La estrategia social o colectiva de hacer boicots diferidos de productos o marcas en tiempos específicos para procurar un mayor impacto.

3.- El consumo de marcas o productos alternativos que en principio no se hayan sumado al fraude, que sean de microempresas familiares e incluso –y mejor aún- de productos alternativos elaborados por cooperativas y miembros de organismos civiles y ciudadanos como los del movimiento obradorista por ejemplo.

De repente en las pláticas de café o banqueta con gente del movimiento surgen dudas sobre a quienes aplicar el boicot, los más están en la dificultad de decidir que productos comprar o sustituir; el fenómeno se da en parte por el desconocimiento de las diversas marcas, desinformación; pero la dificultad fundamental se da para dejar el consumo de productos que siempre nos habían encantado incluso desde la niñez. Aquí el problema es que hay mucha gente que quiere apoyar el boicot, pero prefiere diferenciar las cosas; es decir, sienten que es más efectivo golpear a marcas y productos haciendo una convocatoria masiva y coordinada en tiempo estratégico para dar golpes más fuertes a las ventas de dichos productos; esa efectividad podría –para muchos- compensar el hecho de que se siguiera consumiendo de manera normal y personal los productos vetados: eso es mala idea. Si es un principio pero no sería útil. Se requiere del boicot a todos los niveles.

De ahí que el boicot precise de tres ejes para su efectivo desempeño; primero comenzar por nosotros mismos, en lo personal haciendo una clasificación y conocimiento de marcas del boicot; luego dejar de consumir sin escatimación alguna dichos productos; esa cultura personal quizá no le haga ni cosquillas al monstruo industrial al que nos enfrentamos; pero ese esfuerzo individual multiplicado de forma exponencial si puede ser su talón de Aquiles. Experiencias de boicots comerciales mundiales pululan y con éxito; muchas de estas historias se hacen patentes en Sudamérica y países de recurrentes crisis financieras y de fraudes comerciales como la de Argentina.

Por ello después de la estrategia individual debemos pasar o alternar con la colectiva, donde se promuevan grandes convocatorias para boicotear por semana o mes a alguna marca o producto particular; con un estudio para la estratagema del impacto comercial, atinando en lo posible a los tiempos de inventarios, fechas de corte, en los fines de mes, quincenas; etc.; para que así los golpes sean más efectivos. En el caso de compañías financieras las fechas y horarios son sumamente importantes; más aquí el boicot más efectivo es retirar por completo recursos del banco y la cancelación de tarjetas, dejando sólo el pago de servicios comunes o cargos fijos mensuales. Es difícil, lo sabemos; pero si queremos ser congruentes con el desmantelamiento de un sistema no hay opción, hay que hacerlo y punto.

Más ea, aquí viene la parte prepositiva relativa al eje tercero para un consumo alternativo, diferenciado y un boicot permanente: y es el consumo de marcas y productos hechos por personas de la resistencia civil, de movimientos sociales y democráticos, cooperativas y ONG´s; así como de empresas familiares y micro empresas de las que se tenga constancia de su solvencia moral y vocación humana. Cabe precisar que la estrategia de boicot no es ni capricho, ni de tipo temporal, ni sexenal; la afronta en que incurrieron estos empresarios es tan lacerante que sólo obliga al boicot permanente; así como estos miserables barones de la industria nos generaron una "matrix interna" por la que se nos hizo a las mayorías costumbre consumir sus porquerías; con la misma fuerza de la costumbre nos habituaremos a no consumir sus marcas de forma definitiva y cambiando claro el consumo hacia uno más sano, pero ante todo de tipo social o alternativo.

En la próxima asamblea de la CND un grupo de ciudadanos expenderá una nueva presentación de pan de caja, “Mi general” - que lleva por nombre-; esta marca será uno de los paradigmas del consumo alternativo y la producción cooperativista; en el sur la singular rúbrica adjuntara el nombre de Emiliano Zapata; mientras que en los estados del norte el nombre del general Francisco Villa. Como estas marcas deben de aparecer en el mercado por ramilletes; máxime si se trata de productos de consumo que forman parte de la dieta básica y que sean de difícil sustitución dado que los monopolios terminan con cualquier competencia.

El boicot sigue haciendo efecto, pero aún hay mucho por hacer; en lo personal al salir a comprar una tortillas de harina en una tienda de abarrotes me percate de un paquete con singular empaque, tenía una modesta etiqueta amarilla y la leyenda “tortillas de harina caseras”; la tabla nutrimental y datos básicos; pero no había marca; al preguntar al expendedor de que marca se trataba me dijo “Bimbo”; dejé el paquete y el vendedor sonrió entre dientes pues sabía el motivo.

Es claro que a los empresarios del fraude electoral y publicitario les da vergüenza poner su marca a ellos mismos; disfrazan los productos con otras referencias o les cambian el nombre para persuadir a su consumo. Empero el engaño no prospera. En nuestra lucha más que el boicot, a final lo que importa es la creación de empresas cooperativas con un sentido de la producción más efectivo, humano y leal; que sirva de ejemplo frente a la porquería que significa hoy hacer la “libre empresa” según los cánones establecidos del mercado.

Sin duda alguna, el boicot a diversos productos y marcas que financiaron el fraude electoral, es un discurso y práctica social de los que más llaman la atención, es uno de los fuertes de los actos de resistencia civil;además es uno de los cementantes que unen en causa común lo mismo a social demócratas, cristianos, a las izquierdas sociales e incluso a la izquierda radical. Cualquier discurso y táctica que rompa con paradigmas, con prácticas fascistas como monopólicas y hasta el sistema mismo son bienvenidos. Por ello el movimiento obradorista ha despertado múltiples simpatías aún dentro de los más escépticos; y los que se dicen de izquierda y desestiman la efectividad de estas prácticas si fueran un poco perspicaces ya se hubieran dado cuenta de lo positivo de la estrategia y la lucha y que no hay más que sumarse.

Boicot personal y colectivo permanente a las marcas del fraude; consumamos lo nuestro. Esta campaña apenas comienza y vamos por más productos de nuestra propia factura y de beneficio social. Buen provecho.

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