Opinión - Jaime Preciado Coronado

Malvenidos a la tragedia

Publico - 01/12/06

No se puede dar bienvenida a un gobierno con un profundo déficit en sus credenciales democráticas. El zafarrancho escenificado por los diputados panistas y perredistas anuncia dramáticamente el tono de confrontación proveniente del deterioro de legitimidad; desafortunadamente, de todas las instituciones del sistema político. Y también del gobierno federal. La tragedia es el costo de un sistema electoral que no cumplió con sus cometidos: un árbitro de las elecciones que no estuvo a la altura de una competencia cerrada; un gobierno federal que actuó facciosamente utilizando la fuerza del Estado para intervenir a favor de su candidato; un partido en el gobierno que exigió y abusó de esa complicidad y la aderezó de trampas propias de la mercadotecnia electoral del miedo y la sinrazón; un Tribunal que recibe las impugnaciones presentadas por la coalición Por el Bien de Todos: intervención indebida del presidente de la república, ilegal campaña de miedo contra López Obrador por parte de organismos empresariales y algunas organizaciones civiles; campaña calumniosa de las televisoras nacionales pero, contradictoriamente, las desconoce como base para anular los comicios. Tampoco aceptó el recuento voto por voto y la crisis electoral está ahora en la base de la crisis política y la regresión democrática que vive el país.

A ello se añade la crisis de gobernabilidad en varias regiones, así como los focos rojos que deja encendidos la desafortunada actuación del gobierno federal en los conflictos sociales en Atenco y Oaxaca–donde amplios expedientes comprueban violaciones a derechos humanos y la persistencia de tortura–, en sus relaciones con el gremio magisterial, minero, metalúrgico y en el conflicto chiapaneco aún no solucionado. En este contexto de doble crisis: política y de gobernabilidad, Calderón opta por echar gasolina al fuego. La conformación del Poder Ejecutivo federal anuncia tempestades. No convoca a una coalición, cuyas alianzas expresadas en puestos en el gobierno para los partidos políticos afines, propondría un pacto para gobernar en situación de crisis como la presente. El gabinete económico incorpora a funcionarios provenientes del zedillismo, lo cual no asegura sino debilita su acercamiento con un PRI dividido que identifica a esos funcionarios como traidores del tricolor. Además, la apuesta económica del nuevo gobierno, refrenda las líneas generales del foxismo, sin que la creación de empleos ni el combate a la pobreza puedan cobrar la prioridad anunciada en la campaña del “Presidente del Empleo”.

El talón de Aquiles del nuevo Ejecutivo propuesto es justamente la Secretaría de Gobernación, pues en esa dependencia se anudan las posibles soluciones de la doble crisis política y de gobernabilidad. Ahí se requiere de un operador político que comprenda que el rol intervencionista del gobierno en los procesos electorales tiene que acabar, y de un concertador de pactos y acuerdos que refuerce las capacidades de arbitraje del poder público, con capacidad de escucha de las partes en conflicto y con las credenciales legítimas para mantener el Estado de derecho respetando y promoviendo los derechos humanos sin renunciar al escrutinio nacional e internacional de su gestión. Francisco Ramírez Acuña, es un operador político experimentado en el chantaje de cuotas de poder pero sin visión de estadista sobre la democracia; su fortaleza aparente frente al débil gobierno entrante es la ambigüedad con la que se mueve entre la “mano firme”, término discutible cuando se hace un uso faccioso, sesgado, del poder estatal, y la “mano dura”, expediente que seduce a lo poderes fácticos al grado del engaño, pues la impunidad frente a los excesos del poder mostrados en Jalisco, con la persistente tortura y sistemática violación de derechos humanos, no ofrece solución de fondo a las crisis políticas y de gobernabilidad. Hay augurios de tragedia nacional.

jpreciado@milenio.com
------------------------------------------------------
Dia con dia queda claro: quienes alaban esta democracia simulada son como los tontos que nunca han visto a Dios y ante cualquiera se hincan. Rayuela, Jornada Jalisco 13Nov06