- El poder corruptor de la delincuencia organizada, un riesgo, dijo el secretario de la CEDHJ
- No te puedes coludir con la delincuencia con el pretexto de que la vas a combatir, expresó
La posible creación de una policía secreta dependiente del gobierno estatal es, para la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ), un proyecto que significaría el “quebrantamiento del estado de derecho alentado por el propio Estado” y una medida más de imagen que de resultados verdaderos, con el evidente peligro de que quienes sean infiltrados en las propias bandas de delincuencia organizada terminen trabajando finalmente con el enemigo y con el agravante de que esta fuerza especial pudiera utilizarse para el espionaje de otro tipo de organizaciones no precisamente delincuenciales.El secretario ejecutivo de la CEDHJ, Eduardo Sosa Márquez, criticó la forma y el fondo de la iniciativa impulsada por el Ejecutivo que busca crear una policía secreta estatal y que entrará a primera lectura del pleno en la sesión del martes próximo, tras un rápido y singular camino libre de escollos en las comisiones del Congreso.
“No olvidemos que tenemos un general de la Secretaría de la Defensa Nacional que fue zar antidrogas y quien por andar jugando a esto todavía se encuentra preso. No te puedes coludir con la delincuencia con el argumento que la vas a combatir, no puedes hacer apología del delito para combatirlo, no te puedes reducir a la categoría de los criminales para combatirlos. No podemos tener policías encubiertos, esto es no tener memoria histórica. Como ocurrencia me parece bastante cruel y nada graciosa, como evocación histórica me parece bastante dolorosa y sumamente irresponsable el no tener presente el daño que le ha causado a la sociedad y a la justicia este tipo de servidores públicos”, afirmó Sosa Márquez en un balance preliminar de lo que ya es un dictamen de ley en vísperas de aprobación.
El funcionario de la defensoría de derechos humanos dijo que se emitirá un informe que será enviado al Congreso con las consideraciones pertinentes, pero de entrada se preguntó en base a qué estos policías encubiertos quedarían eximidos de haber participado en la planeación y ejecución de un acto criminal.
“El hecho de que después desistan de ello no les exime completamente de la responsabilidad penal. Y luego se dice que se va a habilitar la figura de testigo protegido que daría seguridad y remuneración económica a quien colabore en el combate al crimen; qué situación más triste, creo que quien propone esta norma no entiende en qué consiste la reflexión moral”, dijo.
Aunque la propuesta para crear juzgados especializados en delincuencia organizada le pareció “interesante”, se preguntó si tales juzgados no terminarían por poner más en riesgo a los jueces. “¿Qué piensan jueces y magistrados, no se les pone más en riesgo, qué tendríamos qué hacer después de esto, pasar a la figura del juez sin rostro que también es un absurdo y más en México, porque los primeros en saber quienes son esos jueces serían los propios criminales?”.
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