Viernes negro
Mural - 02/12/06
Seguridad, combate a la pobreza y generación de empleos son las tres prioridades de Felipe Calderón. "Seré el Presidente del empleo", insistió entre Mandatarios y representaciones extranjeras, la familia militante panista, el pueblo de México y hacia el extranjero, todos expectantes del desenlace de lo que se anticipó como un viernes negro. Se salvó el acto protocolario y esto fue festejado con júbilo por muchos, pero me temo que con una mala concepción de la situación política actual y con un idealismo en el peor sentido de la palabra, si se puede.
El Secretario de Economía, Carstens, advirtió con franqueza hace unas semanas que durante el sexenio que ya inició México -y debió haber dicho los mexicanos- no podrá ofrecer más que sacrificios, y también de hacer sacrificios habló Calderón.
No habrá crecimiento económico, dijo Carstens frente a los banqueros y empresarios. Cómo se generarán entonces los empleos ofrecidos dado que habría que remontar el déficit de casi 4 millones y medio, otro medio millón para evitar la migración anual, más los que se tendrían que incorporar anualmente a la fuerza laboral.
Encuentro una paradoja: que el Banco Mundial ha aceptado el fracaso -el Gobierno le llama estabilidad, otros le llaman estancamiento- de la economía, no sólo del pasado sexenio sino de toda la experiencia neoliberal, y reconoce que las medidas económicas aplicadas tanto por ese organismo como por el propio Gobierno mexicano han ahondado la crisis de pobreza, marginación, educación y de los derechos humanos.
La pobreza se seguirá paliando, como ya se temía, con destinar mayores recursos a los mismos programas foxistas que no fueron del todo exitosos: Seguro Popular, Oportunidades y el programa de vivienda.
En su discurso, Calderón mencionó su preocupación por los "más de la mitad de mexicanos pobres". Al respecto, dijo que "llegó la hora de los políticos para ponerse en los zapatos de los demás" como figura para comprender las necesidades de los otros; pero si quisieran calzarse los zapatos de muchos mexicanos verían que ni siquiera tienen.
Haría bien Calderón en incluir a la masa inconforme en su discurso y que su Gabinete entero de veras comprenda que toda acción tendría que estar tomada en beneficio de ese pueblo que, como vemos, también pierde la tolerancia, y que el Presidente rompa el cerco militarizado al que lo someten, podría, acercarse a la gente, a toda esa gente que votó por él y a la que no, como él mismo dijo.
Porque si dice que él sabrá ganarse con hechos la confianza de los mexicanos ya es hora, y hasta se le hizo tarde, para conocer por voz de quienes sufren, cuáles son sus problemas. En un anterior artículo escribí que el pueblo le ha perdido el miedo a la autoridad ¿cuándo perderá Calderón el miedo al pueblo? Ya bastante daño causa a una gran parte de la sociedad que el espectáculo mediático borre de sus miradas una realidad, como para que encima se tenga un Presidente que también se niegue a verla.
Es aceptado que el verdadero enemigo de México es el narcotráfico, y Calderón ayer mismo giró instrucciones a su Gabinete de Seguridad para retomar el control de la situación. Propuso una reforma integral de los cuerpos policiaco-militares, misma que tomará cinco meses implementar y luego debe probar su éxito o fracaso.
Que hacia los verdaderos delincuentes que forman mafias y crean células de cárteles con autoridades públicas, que llegan a tener el control de un Estado e incluso de un País, se dirijan las tanquetas y todo el repudio de la sociedad. Criminalizar la lucha social, estigmatizar a la Oposición a través de la guerra sucia que continúa en los medios y que confunde sobre quiénes son los verdaderos delincuentes, hace más daño, y de nada servirá acallar el clamor popular con las bayonetas.
Si entendí bien el mensaje de Calderón, él está dispuesto a dialogar con fuerzas opositoras. No sé en lo político, pero en lo social ese diálogo tendría que entablarse con los líderes sociales, defensores de derechos humanos y ambientalistas, con una parte de la sociedad civil que él no ve con buenos ojos, con quienes no ha habido diálogo pero que están bien enterados de los problemas específicos que hay que resolver.
Calderón dice que sí se pudo y sí se puede... ¿podrá?
Diego Fernández de Cevallos, el jueves por la noche en Televisa y en referencia a Andrés Manuel y su movimiento dijo: "son una sarta de sabandijas que no han hecho más que perversidades". ¿De veras están dispuestos al diálogo?
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Dia con dia queda claro: quienes alaban esta democracia simulada son como los tontos que nunca han visto a Dios y ante cualquiera se hincan. Rayuela, Jornada Jalisco 13Nov06
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