Nota Original, Audio
Amigas y amigos:
Ya hablé por la mañana, ya hablamos de la necesidad de luchar con perseverancia, con decisión, para hacer valer la democracia en nuestro país.
No es cualquier cosa el estar aquí luchando por la democracia. Tenemos que seguir insistiendo hasta que se respete la voluntad de los mexicanos. No podemos aceptar, bajo ninguna circunstancia, que en México no haya elecciones limpias y libres.
Tenemos que establecer, remachar muy bien, el sistema democrático de gobierno. No podemos aceptar la antidemocracia, el autoritarismo o la simulación, la farsa democrática. No podemos permitir que nada más los de arriba, los potentados, con el control y la manipulación que ejercen los medios de comunicación, decidan quién debe de gobernar nuestro país.
Y no sólo la Presidencia de la República, desde los municipios, los estados, tiene que haber democracia en todos los campos de la vida pública, democracia en los sindicatos, democracia en las universidades, democracia en la familia, democracia en la vida política.
Por eso estamos aquí, porque lo que se consumó el 2 de julio, lo que hoy estamos protestando, no debe nunca jamás repetirse en nuestro país.
No es posible este retroceso en la vida pública de México. Ustedes conocen lo que ha sido nuestra historia. Tres siglos de dominación colonial. Desde España nos imponían a los virreyes para gobernar lo que se llamaba entonces la Nueva España. Los virreyes imponían en los estados a los llamados alcaldes mayores.
Luego, en la independencia, sólo un periodo democrático con la Presidencia de Guadalupe Victoria. De ahí hacia adelante 11 veces fue Presidente de la República Antonio López de Santa Anna. México fue, por medio siglo, país de un solo hombre.
Luego vino otro periodo, no muy largo, pero muy importante, el periodo de la República restaurada, con Juárez, con Lerdo, con los liberales. Ahí se intentó llevar a la práctica una política liberal, una política reformadora, tomando en cuenta las libertades de nuestro pueblo, pero eso sucumbió ante la dictadura porfirista, de nuevo 34 años de dominio de un solo hombre.
Por eso la revolución, con el lema de Sufragio efectivo, no reelección. Sufragio efectivo es voto efectivo, que efectivamente sea el pueblo el que elija a sus gobernantes. Por eso hablamos de Madero como apóstol de la democracia.
Pero eso no se consolidó en nuestro país, porque en 1929 se creó un partido único, el abuelo del PRI actual, y desde entonces ese partido dominó la vida pública de México por más de 70 años.
Por eso muchos pensaron que con la alternancia del año 2000 íbamos a cimentar, de una vez y para siempre, el sistema político democrático. Por eso es una vergüenza lo que están haciendo estos derechistas y lo que llevó a cabo ese traidor a la democracia, Vicente Fox, que ya se fue, afortunadamente.
¿Por qué quise hacer todo este relato? Por la importancia que tiene nuestra lucha. Es muy importante que si en el 2000 hubo una experiencia fallida, si en el 2000 la derecha traicionó al pueblo de México, que quería la democracia, nosotros ahora no claudiquemos, que mantengamos en alto esa bandera. Ese el objetivo, que haya una verdadera democracia en nuestro país.
Y cuando hablo de democracia no estoy pensando nada más en el sistema de gobierno, en el sistema político que sirve para cambiar de partido en el gobierno, no estoy pensando nada más en el mecanismo para cambiar a un partido por otro, no es el quítate tú porque quiero yo.
Cuando hablo de democracia desde luego que pienso en el derecho del pueblo a elegir libremente a sus autoridades, pero también en la dimensión social de la democracia, en que haya justicia, que haya el derecho al trabajo, que haya el derecho a un salario justo.
Cuando hablo de la democracia estoy pensando en el derecho a la educación, en el derecho a la salud, en el derecho a una vida digna, a una vida justa, a una sociedad mejor.
Por eso es este movimiento. Por eso, en vez de tristeza, nos sentimos muy fortalecidos. A pesar de los agravios, a pesar de los insultos, a pesar de la calumnia, a pesar de la vulgaridad, estamos muy fortalecidos, porque como decía ese gran liberal, Ponciano Arriaga: entre más nos golpean, cuando se defiende una causa justa, más dignos nos sentimos.
Vamos hacia adelante. Yo ya había hablado de la democracia, volví a hacerlo y aquí estamos para protestar por el fraude y para mantener en alto la bandera de la democracia, pero también aquí estamos para reconocer el valor cívico, las condiciones, la firmeza de nuestros diputados, diputadas y diputados.
Estamos aquí para reconocer la firmeza de los legisladores, diputadas, diputados, senadoras, senadores. ¡Arriba nuestros legisladores! Este es el mejor pago a nuestros legisladores, este es el mejor reconocimiento.
Ya me imagino, a los que siempre se han dedicado a comprar conciencias y lealtades, lo que le decían a nuestros legisladores, las propuestas indecorosas que les estuvieron haciendo, ya me lo imagino, ya sé cómo son: Ciudadano, compañero, amigo, colega, hay que honrar esta Cámara, hay que actuar con rectitud, no se puede estar empañando el nombre del Poder Legislativo, tú eres legislador, tú eres parlamentario, pórtate bien, no hagas estas cosas porque, además, te va a sacar López Dóriga como revoltoso.
No cayeron en la trampa nuestros legisladores. Ese régimen caduco, de corrupción y de privilegios ya tiene muchos paleros, muchos aplaudidores. Y nuestros legisladores dijeron: Nosotros no, con nosotros no van a contar. Por eso hay que reconocer lo que hicieron.
¿A poco ya no aburren, ya chole con la cantaleta de que somos revoltosos, de que somos violentos? Ya lo dije hace un momento en el Zócalo y lo repito ahora, que se escuche bien: la banda más peligrosa de México, la más nociva para los intereses generales, para la sociedad, es la banda de potentados que nos robó la elección presidencial. ¿Sí o no?
Nada más que son tan hipócritas que siempre están viendo nada más la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Son unos verdaderos delincuentes y hay que llamarlos por su nombre. Esto tiene que ver mucho con el cambio de conciencia, con la revolución de la conciencia, porque nos tenían muy domesticados, muy dominados, nos tenían muy apergollados.
Nada más podíamos hablar de delincuencia y de rateros cuando se trataba de los rateros comunes, de los rateros de la calle, de los que se robaban un bolso en el mercado, y los grandes rateros, esos no perdían ni si quiera su respetabilidad, les tenía uno que seguir rindiendo culto.
Por eso tenemos que llamar ya a las cosas por su nombre. Yo respeto a un indígena, a un campesino, a un obrero, a un comerciante, pequeño empresario, que con esfuerzo logra obtener ingresos para vivir, para disfrute de él y de su familia. Pero no tengo por qué respetar a un ladrón, aunque se trate de un potentado y siempre lo voy a llamar por su nombre: ratero.
También en este acto es muy importante la participación de ustedes. ¿Qué haríamos sin el apoyo de ustedes? Nada, nada. Aquí está nuestra fuerza, en ustedes.
Por eso no me voy a cansar de agradecerles su apoyo, su confianza. Saben que tienen ejércitos nuestros adversarios, tienen dinero, pero no tienen lo mero principal, no tienen el apoyo del pueblo.
¿Y saben qué es el poder? El pueblo, el pueblo es el poder, aquí y en cualquier lado, lo demás es pura parafernalia. El poder dimana del pueblo y se instituye para su beneficio. Por eso, mientras estemos aquí, unidos, defendiendo nuestros principios, nuestros ideales, vamos a hacer muy fuertes, nada ni nadie nos va a poder destruir.
Y tenemos que seguir en este movimiento y seguir haciéndolo de manera pacífica. Desde anoche que nos reunimos para decidir sobre esta protesta, yo planteé que no iba a caerse en ninguna provocación, porque yo conozco lo que están ustedes pensando, porque todos sabemos que este es un movimiento de mujeres y de hombres concientes, sabemos que no nos conviene caer en ninguna provocación, que no nos conviene la violencia, que usan la violencia los que no tienen al pueblo y los que no tienen la razón.
Por eso yo les felicito, porque estamos aquí, y como dijimos en el Zócalo, ni una pared rayada, ni un vidrio roto, ni un solo incidente. Este es un movimiento de hombres y mujeres libres concientes y pacíficos.
Y así vamos a seguir, de manera pacífica. Yo lo explicaba en la mañana: si nos enfrentamos a los granaderos, a la Policía Federal Preventiva, al Ejército, saben que a los de arriba ni les preocupa y no les interesa, la pasan muy bien, porque usan a la policía, usan al Ejército para enfrentar al pueblo.
Nosotros no nos vamos a enfrentar a la policía y al Ejército, porque el Ejército y la policía, sobre todo el Ejército de abajo, los soldados rasos, como ya lo dije, están muy mal pagados, ganan 3 mil pesos al mes y era y sigue siendo uno de los compromisos, porque vamos a mejorar también los sueldos de los soldados y de la policía de todo el país.
¿Por qué nos vamos a enfrentar a policías y a soldados si Roberto Hernández está muy bien? ¿Vamos a ocuparnos de la policía y del Ejército y desatender a Salinas, a Roberto Hernández, a los verdaderos mafiosos?
No, no, no, no, nosotros sí sabemos quiénes son nuestros adversarios, nunca vamos a caer en la trampa de la violencia, este es un movimiento pacífico.
Yo aprovecho para decirles que, ya como parte de la Presidencia colectiva, porque todos vamos a ser gobierno, todos vamos a ser representantes del gobierno legitimo, como parte de esa Presidencia colectiva y como parte de la Presidencia itinerante, voy a recorrer, lo vuelvo a decir, todo el país, los 2 mil 500 municipios de México, porque vamos a fortalecer nuestra organización.
Queremos transformar a México desde abajo y con la gente y hemos llegado a una conclusión, que fue una de las decisiones más importantes que se tomaron en la Convención Nacional Democrática: Llegamos al convencimiento de que se requiere construir una nueva República, una nueva cosa pública, que ya no es posible seguir con las mismas instituciones que han sido tomadas, secuestradas, que están al servicio de las minorías.
Esas instituciones que ya envilecieron nuestros adversarios y como se dice, no es posible poner vino nuevo en botellas viejas, necesitamos construir las nuevas instituciones. Por eso fue muy importante el que se decidiera declarar abolido el régimen de corrupción y de privilegios, fue muy importante decir: ¡Al diablo con sus instituciones! Nosotros vamos a tomar otro camino.
Y a eso nos vamos a dedicar. Vamos a trabajar, desde abajo, en la construcción de la nueva República y no es nada más el construir estructuras de gobierno, de poder, inclusive, no es nada más pensar en la organización de nuestro movimiento. Lo más importante es que tiene que surgir, de este movimiento, una nueva corriente del pensamiento.
No es posible que sigamos actuando en la vida pública con el mismo código de la política tradicional y no es posible que sigamos aceptando como válido el modelo de vida en donde siempre se impone y triunfa el dinero sobre la moral y sobre la dignidad de nuestro pueblo.
¿No les parece que tenemos que crear una corriente de pensamiento nueva? ¿No les parece que tenemos que reafirmar los valores de nuestro pueblo? Si hay algo grande, extraordinario, en México es precisamente la fortaleza en valores, en cultura, de nuestro pueblo.
Tenemos no sólo un pueblo trabajador, tenemos un pueblo noble, bueno, extraordinario, con muy buenas costumbres, con muy buenas tradiciones. ¿Pero qué ha venido sucediendo? Que eso se ha hecho a un lado y se ha venido imponiendo una forma de vida egoísta, individualista, en donde hay que triunfar a toda costa, sin escrúpulos morales de ninguna índole.
Por eso vamos a crear esa nueva corriente de pensamiento, para afianzar los valores de nuestro pueblo y al mismo tiempo ir creando nuevos valores, porque no es nada más lo material, este movimiento no es nada más para alcanzar mejores condiciones de vida y de trabajo, este movimiento no es nada más para alcanzar mejoras materiales, este movimiento es para que podamos alcanzar mejores condiciones espirituales, es decir, que podamos vivir con armonía, por nosotros mismos y con el prójimo, este movimiento es para que hombres y mujeres sepan triunfar pero a partir del trabajo, a partir de la generosidad, de la verdadera solidaridad.
Tenemos que humanizarnos cada vez más. Una de las cosas que más me choca y detesto de la derecha es que todo lo deshumaniza. Ellos no ven más que intereses, nada más ven lo que les conviene en lo individual, aunque vayan a la iglesia todos los domingos son los primeros en olvidar los mandamientos y en olvidar a la gente que necesita el apoyo de otros. Por eso vamos a ir creando esa corriente de pensamiento.
Hay en nuestro movimiento extraordinarios intelectuales, filósofos, que se van a hacer cargo de ir elaborando toda esa propuesta y la vamos a ir difundiendo, porque le vamos a dar ese sentido a nuestro movimiento, de mucha fortaleza moral y, además, esto va a estar acompañado también con una nueva forma de hacer política, en el entendido de que la política es un imperativo ético.
Todo servidor público tiene que actuar con honestidad, con austeridad, tiene que ser verdaderamente solidario con el pueblo, no queremos políticos fantoches, no queremos ya políticos prepotentes, políticos ladrones, eso ya no lo queremos en nuestro país. Vamos hacia adelante, hacia la construcción de la nueva República.
Quiero terminar agradeciéndoles su apoyo, quiero también decirles a ustedes que he contado no sólo con el respaldo de los legisladores del Frente Amplio Progresista, he contado con el apoyo también de los dirigentes de los partidos que forman parte del Frente Amplio Progresista.
Está aquí Dante Delgado, que siempre nos ha respaldado. He contado con el apoyo de los dirigentes del PT, de Alberto Anaya y otros dirigentes. Y desde luego, tenemos el apoyo de Leonel Cota, dirigente del PRD.
Estamos unidos, y les digo que hay mucha gente que no participa, que no milita en los partidos del Frente Amplio Progresista, ciudadanos que están también con nosotros y mucha gente de la sociedad civil, porque este es un movimiento amplio, plural, en el que tienen cabida todos, mujeres, hombres de buena voluntad.
He contado con el apoyo de ustedes, y qué les digo, me siento orgulloso, es un honor no sólo ser Presidente Legítimo de México, como lo dije en el Zócalo, es un honor ser dirigente de mujeres y de hombres libres, concientes, como son ustedes. Por eso me siento muy fortalecido.
Vamos hacia adelante. No le hace, y esto también tenemos que irlo internalizando, vamos a enfrentar todas las adversidades, no le hace que nos lleve tiempo, que se escuche bien, no le hace que en el camino hacia la transformación profunda que requiere nuestro país nos lleve tiempo, no le hace, porque la causa que estamos defendiendo es fundamental.
Por eso no perdamos la cabeza. Vamos construyendo nuestra organización y yo sé que más temprano que tarde va a triunfar la causa de la justicia, de la libertad y de la democracia.
Y como decía ese gran Presidente, el mejor Presidente de México, Benito Juárez, vamos a rescatar a México como se pueda, con lo que se pueda y hasta donde se pueda.
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