La Feria
Jornada Jalisco - 22/01/07
Calderón descansa con la entrega de capos
Estados Unidos tiene ya en sus manos el mapa de la droga
Estante de cultura
El gobierno de Felipe Calderón extraditó a Estados Unidos a unos 15 narcotraficantes, entre los que destacan varios jefes de los cárteles de la droga en el país. Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo; Gilberto El Gilillo, y su hermano Ismael El Mayel Higuera, dirigentes ambos del cártel de Tijuana; así como el célebre Héctor El Güero Palma Salazar, líder de la organización criminal de Sinaloa.
Todos ellos se encuentran ya en poder de las autoridades del vecino país del norte, en donde recibirán un trato muy distinto al que les brindaron las prisiones mexicanas. Allá, carecerán de la influencia y el poder de que disponían en México, y que utilizaban para dirigir, desde la cárcel nuevas operaciones delictivas. La fuerza que mantenían tras su captura, con esta extradición se debilita y los deja prácticamente al margen de los liderazgos que crearon y que durante años ocuparon al frente de las organizaciones del narcotráfico.
La medida le resulta adecuada a Felipe Calderón porque no encontraba una forma eficaz de someter a una verdadera reclusión a estos poderosos capos. El gobierno sabe muy bien que cientos o miles de elementos pertenecientes a las distintas policías federales mantienen vínculos con las organizaciones delictivas. Entiende que en la práctica resulta imposible evitar que los jefes de los cárteles dicten órdenes, controlen movimientos y dirijan sus “negocios”, a través de celulares, de personas que los visitan y de los propios elementos policiacos, desde el interior de los centros de reclusión. En gran parte, las peleas y venganzas que dejaron más de mil muertes en el año 2006 en el país, fueron lanzadas desde el interior de los centros de reclusión por estos capos en defensa de sus mercados y territorios.
narco
Sin embargo, la medida tendrá otras repercusiones que seguramente el gobierno de Calderón ya midió y valoró. Los narcotraficantes extraditados a Estados Unidos poseen una amplísima información sobre el tráfico de drogas en territorio nacional. Ellos saben cómo y por dónde entran las sustancias prohibidas al país; de qué países proceden, cuáles son las fórmulas elaboradas en México; cómo se comercializan en el país, quiénes son los hombres clave, y cómo y por dónde se introducen las sustancias al territorio estadunidense.
Esta amplísima información –que poseen los extraditados– permitirá al gobierno del vecino país del norte reconstruir las rutas del narco, ubicar grupos y dirigentes, y disponer de una amplia gama de elementos para conocer a fondo los cárteles de la droga en el país. ¿Qué hará con esos elementos informativos el gobierno estadunidense? No es posible saberlo con certeza. Pero no podemos perder de vista que el narcotráfico es uno de los negocios más lucrativos del mundo, uno de los que generan mayores “utilidades”, y uno de los que requieren de la participación de grandes empresas financieras para “lavar” el dinero generado. Así es que seguramente hay muchas personas interesadas en conocer la información que poseen los capos detenidos; algunas de ellas seguramente vinculadas con las organizaciones de lavado; otras, relacionadas con los grupos de narcotraficantes estadunidenses que operan y distribuyen la droga en ese país... porque no toda la sustancia es distribuida por narcos colombianos o mexicanos; ellos la conducen más allá de la frontera, pero mafias locales se encargan de su distribución.
Desde el ángulo de la justicia resulta lamentable que México no haya tenido la capacidad de someter cabalmente a los delincuentes que operan y han sido detenidos en territorio nacional. Más lamentable aún resulta que los envíe a otro país (en este caso a uno con intereses muy distintos a los de México) para que sea la justicia extranjera la que los interrogue, pacte con ellos en caso necesario, los retenga y los juzgue. No sólo queda de manifiesto la debilidad que sufre nuestro aparato gubernamental luego de que fue minado y debilitado durante los seis años del mandato del ex presidente Vicente Fox, sino también provoca en nosotros, los ciudadanos mexicanos, la decepción de saber que hasta en estas cuestiones estamos sometidos al criterios y los dictámenes del vecino del norte.
En tanto, el embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza, celebró la “valentía histórica” del presidente Felipe Calderón, quien aplicó una norma que había sido utilizada para extraditar a los traficantes. Además, calificó la extradicción como un “suceso monumental” en la batalla contra el narco, mientras que autoridades de su país, en un comunicado, afirmaron que México, “ahora sí”, está luchando en serio contra los amos de la droga.
Hoy a las 12 del día se presenta en el Congreso del Estado el libro Tríptico, de Juan Rulfo, en el que participan los escritores Alberto Vital, Jorge Zepeda y el presidente de la Fundación Juan Rulfo, Víctor Jiménez. El libro fue editado por varias instituciones entre las que destaca el Congreso local. Se trata de una obra que arroja valiosa luz sobre distintos aspectos de la vida y de la producción literaria y fotográfica del gran escritor jalisciense, a quien por cierto los diputados de Jalisco podrían otorgar muy pronto la designación de Benemérito del Estado. Igualmente, su estatua formará parte de la galería de prohombres que se encuentra en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres; en cambio, sus cenizas se mantendrán en manos de la familia del autor. La entrada es libre. Y eso es todo por ahora. Nos leemos mañana en esta página.
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