Cuarta República. 22-ene-07
La nueva guerra fría mexicana.
Germán Robles.
Lo que faltaba, no bastan las prácticas discriminatorias en la aplicación de la ley y la putrefacción que existe en los ministerios públicos y el poder judicial como herramientas para el terror jurídico y en la seguridad personal de los ciudadanos comunes y corrientes. No basta. Sino pregúntenselo a ustedes mismos y a la familia de Néstor Alan.
En la próxima sesión general de la 57 legislatura del congreso jalisciense se presentará una iniciativa con carácter de dictamen donde se pretende la creación de una Policía Secreta (sic) para la entidad, dicha iniciativa salida del escritorio de Gerardo Solís Gómez el gobernador interino, (o títere sustituto del cierre de FRA) buscará empatar y amarrar antes del fin de la administración el contubernio que la inteligencia federal establecerá con las autoridades del estado con banda ancha jurídica para fustigar ciudadanos, ONG´s e incluso a partidos y sin manchar a Emilio González con tan impopular aprobación.
Dicha iniciativa que pretende decretarse como ley, más que declarar la creación de un cuerpo policiaco de “inteligencia”, logrará de facto la refundación de uno de los capítulos y organismos más abominables de nuestra historia regional: el servicio secreto tapatío también conocido como policía maldita; la cual opero de 1947 a 1981 como básicamente una central de espionaje, represión y tortura con total impunidad.
¿Por qué la promoción de estas iniciativas, de una policía secreta en Jalisco si Calderón y la cúpula panista están tan convencidos de su "victoria", “legitimidad” y la paz social en el país? Saben que tienen el poder prendido de alfileres, que fuera del estúpido mundo perceptivo que infunde la televisión perdieron la elección, que no tienen bases sociales para garantizar el libre y terso ejercicio del poder. Ni la nomenclatura mediática, ni el Stablishment social pueden borrar de un plumazo los más de 15 millones de electores a favor de AMLO, ni desestimar ni dar por muerto a un movimiento que ya prendió y viene emergiendo hacia la reconstitución de una nueva república; que además, hoy por hoy es la máxima fuerza electoral real superando a los simpatizantes que tienen hoy tanto PRI y AN. Eso los pone muy nerviosos y por ello buscarán menguar al movimiento mediante la vigilancia, el escarnio, la represión y porqué no la desaparición forzada de personas.
Es ingenuo pensar que las bases sociales tanto del obradorismo como de millones de ciudadanos sin partido en un contexto de 60 millones de pobres puedan ser persuadidos hacia la conformidad de las élites y la clase política. El proceso del 2006, (precedido por una intensidad política a raíz del desafuero de Obrador), fue la guerra. La democracia ha sido una vez más vulnerada y esa serie de conflictos no pueden desaparecer así tan fácil, mientras que en las cúpulas partidistas y electoreras todos se dan besos y apapachos, se perdonan; cada cuál asume su cuota de poder, volvemos al surrealismo de la política mexicana con la agenda que imponen las televisoras y san se acabó. Están muy equivocados.
Aparentemente bajo la intensidad política de la lógica electoral y del poder para un puñado, pero México en sus entrañas no ha bajado aún la temperatura, en Oaxaca continúan las atrocidades silenciosas pero estruendosas para la desgracia de miles de oaxaqueños incluidos inocentes que no tienen ninguna filia política ni hacia la APPO. Lo cierto es que el país es un polvorín y la actual escalada deliberada de precios por parte del gerente adjunto de México Felipe Calderón pueden ser la mecha que encienda la llama del México Bronco; empero lo difícil apenas está por venir. Por ello, estamos entrando en un nuevo periodo de la nueva versión mexicana de la guerra fría, nuestra guerra interna de baja intensidad, pero de alta represión.
La experiencia de las policías secretas en nuestro país han sido de escarnio y tragedia, desde la Dirección Federal de Seguridad que entrenó a escuadrones de la muerte y sirvió como brazo de espionaje de la CIA durante el periodo de la guerra fría, siempre en este periodo el gobierno mexicano en turno servía a los intereses de dicha central, basándose en su discurso legitimador para infundir miedo. Dicha dirección federalizada argumentaba su quehacer maximizando las amenazas y dando superlativos de peligrosidad a movimientos sociales y civiles. Fue brutal la labor al frente de dicha dirección por parte de Nazar Haro.
Esto en cuanto lo federal, pero en todos los estados hay lamentables antecedentes de la operación de dichas policías en lo que se denominó la guerra sucia, de la cual por falta de información oficial y a causa del encubrimiento de criminales oficiales, no podemos determinar aún si su gravedad pudiera ser incluso comparada al mismo nivel con el parangón de las guerras sucias impuestas por las dictaduras militares en Argentina, Chile y Uruguay. Cualquier país que se digne de democrático no puede tolerar estas organizaciones, tampoco la militarización del combate al crimen en tiempo de paz, menos aún la creación de los gulags oaxaqueños.
En el caso de Jalisco el historial de la policía secreta tapatía es propio de novelas de terror. Arrancó en 1947 como respuesta de un fenómeno internacional, la guerra fría y como contraataque al surgimiento de movimientos sociales en la entidad tal es el caso de la liga 23 de septiembre, tuvimos las brigadas blancas constituidas como mazmorras y lares para la confesión a base de tortura; se declaró su desaparición en 1981 a consecuencia de que DD.HH. la ONU y el continente europeo presionaron al gobierno mexicano a mejorar sus prácticas policíacas, a respetar derechos humanos y abrir sus mercados si es que querían seguir manteniendo relaciones comerciales con los últimos. De ahí por fenómeno cascada se normó la situación.
Dicen los que saben que la inteligencia gubernamental en jalisco con todo lo sanguinaria que ha sido, no deja de ser torpe; sin embargo hoy se prenden los focos rojos al observar la reconfiguración del CISEN quién tiene al frente al ex -presidente de GEA ISA. Guillermo Valdés, líder de encuestas amañadas y estratega de la percepción y el engaño en la información. Su perfil lo califica para crear estrategias de percepción en medios en contra de la oposición basado en la información procesada por el centro de espionaje mexicano. Se sabe bien que en la actualidad la movilidad de las redes ciudadanas, ONG`s y derechos humanos en Jalisco son la piedra del zapato para el panismo-clero (alto)-empresariado. Y que necesitan la creación de una policía secreta para tener los dientes jurídicos para fustigar, amedrentar y vigilar a ciudadanos y al activismo social; lo hacen además para dotar de múltiples identidades a sus agentes y puedan operar con total impunidad bajo el eufemismo de “policía infiltrada” para cumplir con el ordenamiento subterfugio de la “Ley contra la delincuencia organizada” promovida por FRA.
La operación de estas medidas son contundentemente anticonstitucionales sino se aprueba en el Congreso con carácter de ley, y aún así lo seguirían siendo; esto es una premonición de mayor control y represión, por ello, es urgente que se frene dicha ley que sólo conviene a la élite jaliscience, de decretarse, dicha ley, los organismos civiles, incluidas las redes ciudadanas, estarán urgidos a establecer los pasos hacia delante y obligados a crear un grupo de contrainteligencia legítima y la asesoría por abogados y expertos en materia de inteligencia, reacción ciudadana y la correcta resistencia civil como defensa de la legítima libertad de expresión, de asociación y deliberación consagradas en la constitución. Es tiempo de pensar en medidas. En México la lucha de clases se ha desenmascarado totalmente, somos nosotros contra ellos; esto es la guerra.
Lo que faltaba, no bastan las prácticas discriminatorias en la aplicación de la ley y la putrefacción que existe en los ministerios públicos y el poder judicial como herramientas para el terror jurídico y en la seguridad personal de los ciudadanos comunes y corrientes. No basta. Sino pregúntenselo a ustedes mismos y a la familia de Néstor Alan.
En la próxima sesión general de la 57 legislatura del congreso jalisciense se presentará una iniciativa con carácter de dictamen donde se pretende la creación de una Policía Secreta (sic) para la entidad, dicha iniciativa salida del escritorio de Gerardo Solís Gómez el gobernador interino, (o títere sustituto del cierre de FRA) buscará empatar y amarrar antes del fin de la administración el contubernio que la inteligencia federal establecerá con las autoridades del estado con banda ancha jurídica para fustigar ciudadanos, ONG´s e incluso a partidos y sin manchar a Emilio González con tan impopular aprobación.
Dicha iniciativa que pretende decretarse como ley, más que declarar la creación de un cuerpo policiaco de “inteligencia”, logrará de facto la refundación de uno de los capítulos y organismos más abominables de nuestra historia regional: el servicio secreto tapatío también conocido como policía maldita; la cual opero de 1947 a 1981 como básicamente una central de espionaje, represión y tortura con total impunidad.
¿Por qué la promoción de estas iniciativas, de una policía secreta en Jalisco si Calderón y la cúpula panista están tan convencidos de su "victoria", “legitimidad” y la paz social en el país? Saben que tienen el poder prendido de alfileres, que fuera del estúpido mundo perceptivo que infunde la televisión perdieron la elección, que no tienen bases sociales para garantizar el libre y terso ejercicio del poder. Ni la nomenclatura mediática, ni el Stablishment social pueden borrar de un plumazo los más de 15 millones de electores a favor de AMLO, ni desestimar ni dar por muerto a un movimiento que ya prendió y viene emergiendo hacia la reconstitución de una nueva república; que además, hoy por hoy es la máxima fuerza electoral real superando a los simpatizantes que tienen hoy tanto PRI y AN. Eso los pone muy nerviosos y por ello buscarán menguar al movimiento mediante la vigilancia, el escarnio, la represión y porqué no la desaparición forzada de personas.
Es ingenuo pensar que las bases sociales tanto del obradorismo como de millones de ciudadanos sin partido en un contexto de 60 millones de pobres puedan ser persuadidos hacia la conformidad de las élites y la clase política. El proceso del 2006, (precedido por una intensidad política a raíz del desafuero de Obrador), fue la guerra. La democracia ha sido una vez más vulnerada y esa serie de conflictos no pueden desaparecer así tan fácil, mientras que en las cúpulas partidistas y electoreras todos se dan besos y apapachos, se perdonan; cada cuál asume su cuota de poder, volvemos al surrealismo de la política mexicana con la agenda que imponen las televisoras y san se acabó. Están muy equivocados.
Aparentemente bajo la intensidad política de la lógica electoral y del poder para un puñado, pero México en sus entrañas no ha bajado aún la temperatura, en Oaxaca continúan las atrocidades silenciosas pero estruendosas para la desgracia de miles de oaxaqueños incluidos inocentes que no tienen ninguna filia política ni hacia la APPO. Lo cierto es que el país es un polvorín y la actual escalada deliberada de precios por parte del gerente adjunto de México Felipe Calderón pueden ser la mecha que encienda la llama del México Bronco; empero lo difícil apenas está por venir. Por ello, estamos entrando en un nuevo periodo de la nueva versión mexicana de la guerra fría, nuestra guerra interna de baja intensidad, pero de alta represión.
La experiencia de las policías secretas en nuestro país han sido de escarnio y tragedia, desde la Dirección Federal de Seguridad que entrenó a escuadrones de la muerte y sirvió como brazo de espionaje de la CIA durante el periodo de la guerra fría, siempre en este periodo el gobierno mexicano en turno servía a los intereses de dicha central, basándose en su discurso legitimador para infundir miedo. Dicha dirección federalizada argumentaba su quehacer maximizando las amenazas y dando superlativos de peligrosidad a movimientos sociales y civiles. Fue brutal la labor al frente de dicha dirección por parte de Nazar Haro.
Esto en cuanto lo federal, pero en todos los estados hay lamentables antecedentes de la operación de dichas policías en lo que se denominó la guerra sucia, de la cual por falta de información oficial y a causa del encubrimiento de criminales oficiales, no podemos determinar aún si su gravedad pudiera ser incluso comparada al mismo nivel con el parangón de las guerras sucias impuestas por las dictaduras militares en Argentina, Chile y Uruguay. Cualquier país que se digne de democrático no puede tolerar estas organizaciones, tampoco la militarización del combate al crimen en tiempo de paz, menos aún la creación de los gulags oaxaqueños.
En el caso de Jalisco el historial de la policía secreta tapatía es propio de novelas de terror. Arrancó en 1947 como respuesta de un fenómeno internacional, la guerra fría y como contraataque al surgimiento de movimientos sociales en la entidad tal es el caso de la liga 23 de septiembre, tuvimos las brigadas blancas constituidas como mazmorras y lares para la confesión a base de tortura; se declaró su desaparición en 1981 a consecuencia de que DD.HH. la ONU y el continente europeo presionaron al gobierno mexicano a mejorar sus prácticas policíacas, a respetar derechos humanos y abrir sus mercados si es que querían seguir manteniendo relaciones comerciales con los últimos. De ahí por fenómeno cascada se normó la situación.
Dicen los que saben que la inteligencia gubernamental en jalisco con todo lo sanguinaria que ha sido, no deja de ser torpe; sin embargo hoy se prenden los focos rojos al observar la reconfiguración del CISEN quién tiene al frente al ex -presidente de GEA ISA. Guillermo Valdés, líder de encuestas amañadas y estratega de la percepción y el engaño en la información. Su perfil lo califica para crear estrategias de percepción en medios en contra de la oposición basado en la información procesada por el centro de espionaje mexicano. Se sabe bien que en la actualidad la movilidad de las redes ciudadanas, ONG`s y derechos humanos en Jalisco son la piedra del zapato para el panismo-clero (alto)-empresariado. Y que necesitan la creación de una policía secreta para tener los dientes jurídicos para fustigar, amedrentar y vigilar a ciudadanos y al activismo social; lo hacen además para dotar de múltiples identidades a sus agentes y puedan operar con total impunidad bajo el eufemismo de “policía infiltrada” para cumplir con el ordenamiento subterfugio de la “Ley contra la delincuencia organizada” promovida por FRA.
La operación de estas medidas son contundentemente anticonstitucionales sino se aprueba en el Congreso con carácter de ley, y aún así lo seguirían siendo; esto es una premonición de mayor control y represión, por ello, es urgente que se frene dicha ley que sólo conviene a la élite jaliscience, de decretarse, dicha ley, los organismos civiles, incluidas las redes ciudadanas, estarán urgidos a establecer los pasos hacia delante y obligados a crear un grupo de contrainteligencia legítima y la asesoría por abogados y expertos en materia de inteligencia, reacción ciudadana y la correcta resistencia civil como defensa de la legítima libertad de expresión, de asociación y deliberación consagradas en la constitución. Es tiempo de pensar en medidas. En México la lucha de clases se ha desenmascarado totalmente, somos nosotros contra ellos; esto es la guerra.
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