La agenda ciudadana del agua en Guadalajara
La Jornada Jalisco
La ciudad de Guadalajara se está convirtiendo en un importante punto de encuentro para la discusión del problema del agua, tanto a nivel local como nacional e internacional. Prueba de ello es la realización de dos grandes eventos ciudadanos, en una jornada que abarca por lo menos 7 días de trabajo intensivo alrededor de la problemática hídrica: el primero es el Encuentro Internacional por el Agua, convocado por el Colectivo de Organizaciones Ciudadanas por el Agua (Coloca), con el tema Alternativas sustentables de abastecimiento y saneamiento para la Zona Conurbada de Guadalajara. De hecho, los trabajos de este evento comenzaron ayer, martes 2 de octubre, y terminarán con una sesión abierta al público el día de mañana jueves 4 de octubre en el Museo de la Ciudad. El segundo evento es la audiencia pública del Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA), que se llevará a cabo del 8 al 11 de octubre en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, con la exposición de siete casos de controversias hídricas –tres casos latinoamericanos y cuatro de México– entre los cuales se incluye el problema de las comunidades de El Salto y Juanacatlán por la contaminación del río Santiago y un foro de mediación ciudadana en torno a la construcción de la presa en Arcediano. En ambos eventos los ciudadanos se sentarán a dialogar y a debatir con los representantes gubernamentales, en foros totalmente abiertos, situación inédita para la política pública del agua en nuestra región.
¿Por qué se ha convertido Guadalajara en este punto de encuentro? y ¿cuál ha sido la agenda ciudadana que se propone desde nuestra ciudad, capaz de ir adquiriendo una proyección internacional? Ambas preguntas están ligadas, pero la respuesta a la primera puede resumirse en pocas palabras: ha sido la controversial decisión de construir una presa en Arcediano, al fondo de la barranca de Huentitán, la que ha fungido como un eje, como un centro de acuerdo, entre diversos grupos civiles locales, en reacción a una política pública que no se abre lo suficiente a la participación ciudadana. El proceso en el cual se inscribe la construcción de la presa en Arcediano abarca por lo menos seis años de cuestionamientos y ajustes, comenzando en el año 2001, cuando la entonces Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Jalisco –CEAS, ahora llamada CEA– convocó a diversos grupos ciudadanos a presentar proyectos alternativos para resolver el problema del abastecimiento de agua en la ciudad: de los 53 proyectos presentados el ganador fue el de la presa en Arcediano, aun cuando los criterios para llegar a esta decisión pública no fueron difundidos, argumentados o publicados. A partir de este inconsistente procedimiento de selección, las organizaciones sociales han actuado planteando una agenda paulatina sobre el tema del agua en la Zona Conurbada de Guadalajara, pasando primero por una fase reactiva y reflexiva hasta llegar a un discurso propositivo que encuentra su espacio más maduro en los dos eventos antes mencionados. La evolución de la agenda ciudadana del agua en Guadalajara, que da pie a responder la segunda pregunta, es producto de la práctica concreta de los movimientos sociales, en su resistencia a la imposición de la presa Arcediano. En términos generales, el recuento histórico de la agenda abarca tres grandes temas:
La participación efectiva. Este fue el primer reclamo de las organizaciones sociales. Entre los años 2003 y 2005 se desarrollaron importantes esfuerzos por hacer que los espacios de consulta pública en torno a la construcción de la presa fueran reales y abiertos. A principios de 2003 una serie de organizaciones ciudadanas se presentaron a la reunión pública convocada por la CEAS para discutir la Manifestación de Impacto Ambiental que avalaría la construcción de la obra en Arcediano, pero la dinámica de esta reunión estaba construida para desactivar, y no para fomentar, la participación ciudadana: dicha sesión estaba programada para un solo día, en el cual la mañana entera fue reservada para presentar el proyecto de la presa por parte de los funcionarios públicos y la tarde para que se pronunciara la opinión ciudadana. La afluencia de ponentes ciudadanos se sobrecargó de tal modo –repartida entre grupos críticos y grupos a favor– que cada participación se redujo a cinco minutos por ponencia. Así, el trabajo de reflexión jurídica, económica, política y ambiental de los grupos sociales críticos al proyecto se vio reducido a su mínima expresión. En contraparte, la CEAS informó haber consultado a la ciudadanía, más en la lógica de un trámite procedimental que en el fomento de una discusión a fondo.
Debido a este tipo de experiencias, las organizaciones sociales viraron su estrategia hacia la realización de foros alternos de discusión sobre el tema del agua organizándose en redes civiles, primero locales y luego nacionales. Mientras tanto, diversas instituciones académicas comenzaron a interactuar con el movimiento social, así como ha proponer sus alternativas y críticas al proyecto. A inicios de 2005, una serie de organizaciones civiles de Jalisco se agrupó en torno al Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (Mapder) para incluir el caso de la presa Arcediano en la agenda nacional sobre problemática de las presas. El tema de la participación pasó de ser local a ser nacional. El 2005 terminó con un fuerte cuestionamiento al proyecto, que incluyó la crítica académica de la UdeG a diversos aspectos técnicos de la obra. De tal forma que los argumentos de resistencia ciudadana se vieron fortalecidos por análisis académicos. Quizá el más importante aporte de este primer reclamo de la agenda ciudadana del agua en Guadalajara es que los movimientos sociales fundamentaron su derecho a participar formulando demandas razonables –o razonadas– ante la toma de decisiones públicas, es decir, reconociendo que frente a los cuestionamientos sociales los administradores públicos tienen el deber de explicar, clara y transparentemente, las consecuencias de sus proyectos hasta que la ciudadanía quede convencida de que todos los factores de riesgo serán adecuadamente manejados.
La salud pública. El año 2006 abrió con un importante avance para los grupos sociales, al incorporar el tema de la afectación a la salud pública que podría provocar el agua de la presa en Arcediano. Como consecuencia de la divulgación de estudios realizados por la UdeG que documentaban la presencia de materiales pesados en los sedimentos de los ríos Verde y Santiago, el Mapder y otras organizaciones civiles exigieron que se incluyeran estudios de impacto a la salud. La presión civil hizo que la CEA convocara a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a realizar estudios al respecto. En paralelo, las organizaciones sociales presentaron ante el Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA) –un organismo ético internacional, formado por expertos interdisciplinarios en el tema– el caso de la cuenca Lerma-Chapala que incluía la petición de evaluar la viabilidad de la presa Arcediano. El 2006 fue entonces un año de internacionalización del movimiento ciudadano local, lo que señala la envergadura global que reviste el caso de Arcediano.
Al respecto, el veredicto del tribunal, dictado en el contexto del IV Foro Mundial del Agua celebrado en México en marzo de 2006, fue el siguiente: “exhortar a las autoridades competentes para que ordenen la suspensión de las obras de construcción de la presa Arcediano… hasta tanto no se realice un estudio integral sobre las implicaciones a la salud humana, así como una convocatoria sobre las alternativas de manejo hidráulico congruente con las exigencias de los ecosistemas y sus sociedades humanas”. Por su parte, la primera etapa de la evaluación hecha por la OPS, y presentada ante la CEA en febrero de 2007, también concluyó con la necesidad de controlar el riesgo a la salud –reconocido como un factor real y latente– que puede provocar el proyecto Arcediano si no se limpian los ríos Verde y Santiago, antes de ofrecer el agua a la población de Guadalajara. La demanda por que se garantice la salud pública es ya un consistente argumento ciudadano que no puede pasar desapercibido por las autoridades.
La gestión del agua. Resultado de estos seis años de acción ciudadana, los cuales han dado cuenta de una evolución organizativa que ha crecido de lo local a lo global, el movimiento social por el agua en Guadalajara llega a octubre de 2007 con la constitución del Colectivo de Organizaciones Ciudadanas por el Agua, una red de redes con ligas internacionales. Coloca se ha planteado dialogar con las autoridades, ya no desde la demanda razonada, sino desde la propuesta de alternativas. De ahí que su agenda se extiende a modelos participativos en la gestión del agua para Guadalajara: captación de agua de lluvia, recuperación de los mantos acuíferos, recarga de agua subterránea, reparación de las redes públicas y supresión de fugas. Temas que demuestran que las posibilidades de abasto se extienden más allá de la construcción de la presa en Arcediano, pero que además son temas del debate mundial por el agua. Se trata de la construcción de un mejor modelo de gestión pública del agua, más incluyente y democrático. Veremos cuál es el resultado de estas jornadas ciudadanas, que por hoy convierten a la ciudad en un poderoso laboratorio para el futuro de la política pública del agua en México y el mundo.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2007::
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