A fajarse, que ahí viene lo bueno
Publico
Hay que extender una verdadera felicitación al equipo de gobierno de Emilio González Márquez. Han logrado, en sólo unos pocos días, hacer lo que hace años ningún acontecimiento había logrado en Guadalajara: unir a miles de ciudadanos en una sola causa.
En el fondo de su corazón, los asesores del gobernador deberían estar felices. Sin embargo, la causa no es ninguna cosa para que ellos se congratulen y mucho menos ante su jefe, pues lo que ha logrado unir a la ciudadanía de esta ciudad es la lucha contra el placazo. El tema preocupa en el gobierno, tanto que ya comenzaron a colar en cuanta columna de opinión y chisme de pasillo lo permita que es una medida que no tendrá vuelta para atrás. Quieren usar el viejo truco de Paco, el anterior gobernador, ese en el que nos recetaba la actitud de “me fajo los pantalones y caiga quien caiga no quito el dedo del renglón”.
Esa actitud, de no oír, no querer ver y mucho menos cumplir con su trabajo, que es consultar, demostrar y luego planear y realizar, no es cosa nueva entre nuestros gobernantes. Es un mal hábito que tienen. En este caso en concreto, el góber y sus secuaces contaban con que, como en otros casos escandalosamente absurdos de uso de recursos públicos que se han visto en su joven gobierno, la gente se quedara calladita.
Pero en un contexto de crisis, en el que todas las personas están llegando al fin de las quincenas con las uñas arañando las paredes, era obvio que el hilito tenía que reventar. Bueno, era obvio para todos, menos para las brillantes mentes que nos gobiernan. Y ahora, ahí están la pega de calcomanías, las protestas, las manifestaciones. En Casa Jalisco pueden hacerse los locos y decir que al fin y al cabo sólo van 50 o cien personas a cada reunión pública. Se pueden hacer los locos deteniendo a ciclistas que piden una ciudad más amable, la ciudad por cierto que el gobierno promueve de dientes para afuera y con cuyo pretexto viajan funcionarios a todos los rincones del ancho mundo. Se pueden hacer los locos planificando subir los costos del agua sin presentar, una vez más, cómo resolverán la crisis del SIAPA y garantizarán a los ciudadanos en qué y cómo se gasta cada peso que entregan al gobierno.
El gobierno de Jalisco no sólo desea sino que requiere, imperiosamente, sacarle más dinero a sus ciudadanos. Lo requiere para su brillante plan de endeudarnos por los próximos diez años, eso sin que en las cuentas entren los Panamericanos, que eso ya pinta para ser otra pequeña historia de terror. Por eso es importante capitalizar como sociedad la inconformidad que se ha generado. La parte más difícil viene ahora, cuando a pesar del abrumador rechazo social de la medida, intentarán volver a pasar por encima de nosotros. Qué haremos, cómo responderemos, cuán lejos les permitiremos llegar en su cinismo, son las preguntas que hay que responder en los días que vienen. Y para encontrar las respuestas nos toca también fajarnos.
Aviso: este Huizapol sale del aire durante noviembre debido a compromisos de trabajo. El 9 de diciembre promete volver puntual a su cita semanal con los lectores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario