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martes, mayo 08, 2007

Opinión - Enrique Mendez

Plaza Liberación

De ángeles e hijos de las tinieblas

Justificación de antología para la compra de un vehículo de lujo

Jornada Jalisco

Desde la cúpula de la Iglesia católica y el gobierno del PAN en Jalisco se advierte un doble fondo, que vuelve a colocar a la ciudadanía en la disyuntiva que, con fines electorales, se utilizó el año anterior en la guerra sucia para desacreditar la campaña de la coalición Por el Bien de Todos y a su candidato.

Porque si tomamos –como decían los clásicos– a pie juntillas el llamado del cardenal Juan Sandoval Iñiguez a rechazar “a los hijos de las tinieblas”, tendríamos entender que quienes marcharon el domingo hacia la Plaza Liberación son, así vistos por el jerarca, los hijos de la luz, incluido el secretario de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez.

Y, peor aún, si en Jalisco se rechaza desde esa parte de la sociedad la reforma que la mayoría de los diputados –PRD y PRI– en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal hizo al Código Penal y a la Ley de Salud de la capital del país, al extrapolar las definiciones cardenalicias tendríamos, entonces, que los demonios andan sueltos en la ciudad de México y hasta desnudos se pasean por el Zócalo.

Es decir, se mantiene la tesis fundamentalista de dividir a una sociedad en buenos y malos, en pecadores y en recatados. Y a los primeros, según el cardenal, hay que hacerles la guerra, en una declaración que debería preocupar a la autoridad civil por el impacto que en una sociedad mayoritariamente católica podría tener un exhorto de ese calado desde el púlpito.

Porque el hecho de que la Iglesia católica decidiera dejar los templos y salir, con todo y hábitos, a manifestarse en las calles representa, también, un desafío, más que una manifestación. Y eso, a pesar de que la Secretaría de Gobernación decidió iniciar un procedimiento sobre la injerencia del arzobispo Norberto Rivera Carrera aún así sea para cubrir las formas políticas.

Esa situación ocurre, al menos en el caso de Jalisco, porque se han perdido los límites del Estado laico y la administración de Emilio González Márquez ha decidido encabezar y organizar las muestras clericales de rechazo a la despenalización del aborto, aun cuando también la reforma tipifica la interrupción ilegal del embarazo.

Apenas el jueves pasado, Guzmán Pérez Peláez se reu-nió con la coalición Mexicanos por la Vida de Todos en sus oficinas de Palacio de Gobierno para acordar los detalles de la movilización dominical. El titular de Gobierno debió, inclusive, comprometer una postura en caso de que otras organizaciones remotamente solicitaran el respaldo para una protesta: “pues desde luego, aquí lo que se busca precisamente es el respeto del orden, de la tranquilidad social y que, pues en ese caso que se den las manifestaciones, desde luego que sí”.

Sin embargo, la definición del gobierno panista se refiere expresamente a aquellas manifestaciones que se realicen “en el marco constitucional”. Basta recordar cómo asumió el gobierno de Francisco Ramírez Acuña las protestas de altermundistas hace dos años y cómo les fue a quienes expresaron su descontento en las calles de Guadalajara. Constitucionalmente, los policías resultaron héroes.

En todo ese contexto, vale la pena resaltar la decisión asumida por el Congreso de rechazar el proyecto de la panista Cecilia Carreón para sacar del cuadro básico de salud la píldora siguiente, con el argumento de que violaba el Código Civil y la Ley de los Derechos de las Niñas, los Niños y Adolescentes de Jalisco, así como la tesis 13/2002 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que reconoce la concepción desde la fertilización del óvulo.

El panismo tendría que ocuparse más en vigilar cómo se ejercen los recursos en el sector salud y que el titular de esa área en Jalisco, Alfonso Gutiérrez Carranza, se comprara una camioneta de lujo para utilizarla en sus recorridos por la entidad. Para el funcionario la camioneta que tenía disponible al llegar, una modelo 1999, era insegura. Además, cómo se vería un servidor público en una troca vieja. Su respuesta a las críticas es de antología: “para mis funciones en todo el estado yo no puedo arriesgar mi vida ni las de los que me acompañan, entonces por eso se compró una camioneta nueva”.

Del archivero

Mientras los problemas mantienen en vilo a gran parte de la sociedad, las participantes en el certamen Miss Universo 2007 se fueron a Chiapas, al zoológico Zoomat en Tuxtla Gutiérrez. Según un cable de Notimex, las bellas “vivieron una experiencia inolvidable al poder apreciar y sorprenderse con animales como cachorros de jaguar, oso hormiguero, cocodrilo y zorra gris”. Ilusionada, la señorita México, Rosa María Ojeda, que fue centro de la polémica por el vestido que lució con motivos cristeros, lanzó la siguiente frase que deberá ser recordada para la posteridad: “es increíble esta experiencia sobre todo porque me encantan los animales, y estoy contenta porque hoy me tocó convivir con un grupo más europeo, porque el resto de las latinas se fue a otra locación chiapaneca”.

• plazaliberacion@gmail.com

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