Este cartón no tiene madre: vean la maestría con la cual Hernández dibuja a Calderón (o "Calderoncito", como Pepe Zamarripa le ha llamado en varios programas de radio extensión): la sonrisa cínica e hipócrita, llena de un orgullo por una medida que no arregla nada y que sí agrava las cosas con un doblete en un aumento de gasolina. El cartón indica la inexperiencia, la ineficiencia y la inutilidad de un gobernante que simple y llanamente no sabe gobernar, como tantas veces lo ha dicho y escrito Jaime Avilés en su columna de la Jornada.
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