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lunes, marzo 31, 2008

Opiniones Varias sobre Megalimonsa

El Santuario de Alí, Babá y un puñado de ladrones

Es la intención la que da valor a las acciones humanas. San Agustín

JUAN LANZAGORTA VALLÍN

La historia de la cueva sacra de Alí, Babá y un puñado de ladrones, consigna una serie de eventos cuestionables de origen, que resultan increíbles por cínicos, desvergonzados e impunes.

Esta es una historia de traiciones, contubernios y saqueo, digna de una película basada en una cuarta trilogía, puesta en bandeja de plata para Iñárritu. En este caso, no sólo se trata de una (tele)novela de ladrones vulgares sino, en cierta medida, de una historia de amor a la manera del legendario cuento La bella y la bestia de Disney, sólo que ahora personificada por un gobernante estulto y un príncipe maligno, quienes al final de la historia no van al cielo impedidos por un reciente decreto tapatío, arrastrando a su paso a los perversos comerciantes que los mal aconsejan.

El rosario de irregularidades que rodean a este asunto ha sido, desde el principo, la regla a seguir: la cuestionable intención de la obra que pretende superar el tamaño del templo de La Luz del Mundo; la traición hecha al arquitecto Federico González Gortázar; la violación a las leyes y reglamentos en materia urbana desde los trabajos preparatorios de la construcción; la huída a Roma, acusado de fraude, del sacerdote responsable de la obra; la donación de 90 millones del erario público para la edificación de una obra privada; la aceptación de la donación inmoral por la contraparte, quien está obligada a velar por las acciones éticas y morales antes que las legales; las insultantes excusas de los protagonistas principales de esta historia con el propósito de mostrar a sus gobernados y feligreses que han sabido mantener sus “manos limpias” en este verdadero cochinero y la bizarra idea de construir un templo para favorecer al turismo religioso antes que, cuando menos, para evangelizar o “salvar a las almas perdidas”. Vaya paradoja y giro que ha dado, al parecer, la misión de la Iglesia en nuestra época. Al menos el comportamiento del cardenal así me lo hace suponer.

La historia del santuario de Alí y de Babá evidencia la inaceptable falta de respeto tanto del gobernador Emilio González Márquez como del cardenal Juan Sandoval Iñiguez para con los mártires que dicen honrar, amén de los ciudadanos, la Constitución Política de México y la palabra de Dios. Es evidente que la construcción de esta magna e innecesaria obra...(Leer mas)


Emilio El Generoso

JUAN ALCALÁ D.

Emilio es un donador nato como no hay otro gobernador en México. Sus donaciones son un ejemplo de generosidad para aquellos sectores ultraconservadores que lo han apoyado en su carrera política, desde el sinarquismo hasta el gobierno del estado. Queda claro que con estos donativos, busca llamar la atención de los grupos de poder fáctico para trascender, para lograr insertarse en la política nacional como sus dos antecesores. Quedar bien con la Iglesia católica y con los medios de comunicación puede ser su garantía para lograrlo.

Tenemos un gobernador religioso sin duda, quien en su búsqueda del poder está pendiente siempre para quedar bien. Ahora le tocó a la Iglesia católica un importante donativo, 90 millones de pesos, para apoyar en la construcción del multicitado Santuario de los Mártires con el argumento de la derrama económica que esta obra traerá consigo.

Esta aportación por supuesto que se hace con recursos públicos, entonces es a los jaliscienses a quienes se les debería de agradecer este recurso.

El famoso santuario dedicado a los mártires cristeros no es otra cosa que un templo de gran tamaño que compite con otras iglesias, situadas en la Zona Metropolitana, porque según algunos jerarcas católicos, cómo es posible que Jalisco siendo profesando predominantemente esa religión, no tuviera un santuario que rebasara el tamaño de construcciones de esa naturaleza.

Jalisco es católico sin duda, en su mayoría los ciudadanos se sienten cómodos siéndolo, una enseñanza de padres a hijos que como individuos debe ser totalmente respetada, sin embargo, los hombres públicos en su ejercicio deben mantener un apego a la ley y comprometerse con el Estado en su naturaleza constitucional.

México es un país liberal y por ende los estados deben seguir con esa línea. Somos un Estado laico que se construyó con base en el sudor y la sangre de muchos mexicanos. Prueba de ello es la guerra cristera donde se calcula murieron más de 250 mil compatriotas en una lucha promovida por la Iglesia católica como una cruzada para mantener sus privilegios y continuar manteniendo la riqueza que históricamente había acumulado. (Leer mas)

Plaza Liberación

ENRIQUE MÉNDEZ

◗ El óbolo de Emilio

◗ ¡Se venden bulas!

A sí que las tardeadas de catecismo en Casa Jalisco no fueron de oquis y el gobernador del estado, Emilio González Márquez, ha decidido por sus pistolas, porque es el Charro Negro, echar mano del presupuesto público para favorecer con 180 millones de pesos a la Iglesia católica, en franca violación de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, como si se tratara de un óbolo personal.

La decisión, no avalada por el Congreso del Estado, carece por tanto de una base legal y jurídica, pues se trata de un arranque de supuesta fe y con un pretendido objetivo comercial, lo que a su vez desvirtúa la aportación para un santuario con fines espirituales.

Esta vez, a diferencia de las puntadas tan recurrentes del gobernador, se trata de un hecho que debería motivar la promoción de un juicio político en su contra, habida cuenta que, como parte del Estado mexicano, el gobierno de Jalisco no puede destinar recursos públicos a una asociación religiosa, así sea bajo la máscara de una asociación civil.

Para defender el “donativo” de 90 millones de pesos al Santuario de los Mártires, el secretario de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, ha dicho que no se viola la citada legislación, y que en todo caso el dinero se entregará a una sociedad civil.

Sin embargo, y como ocurre con mayor frecuencia entre los panistas, el funcionario vuelve a torcer las definiciones legales. Veamos: el primer párrafo del artículo tercero de dicha ley establece que “El Estado mexicano es laico” y que “no podrá establecer ningún tipo de preferencia o privilegio en favor de religión alguna. Tampoco a favor o en contra de ninguna iglesia ni agrupación religiosa”.

Y es obvio que la entrega de recursos fuera de la ley a la arquidiócesis de Guadalajara contraviene esa disposición, por más que se quiera vender como una “inversión” que producirá una derrama económica importante para el estado por el “turismo religioso”. Así que, además, los mercaderes han vuelto al templo.

La nueva farsa de González Márquez no tiene asidero. Porque, como tal, las inversiones para atraer peregrinos no existen en su programa de gobierno, al menos, claro, que una de las geniales “estrategias” de González Márquez sea que el secretario de Finanzas se dedique a echar las bulas y las cobre en el santuario cristero, y que la administración estatal también forme parte ahora del negocio de la fe. (Leer mas)


Directísimos, 90 millones para el clero católico

JAIME HERNÁNDEZ ORTIZ

Emilio González Márquez trata de pagar en efectivo y con dinero del erario público facturas a la Iglesia católica. El gobernador de Jalisco agradece así el respaldo para que él llegara a la gubernatura y Felipe Calderón, de manera ilegítima, a la Presidencia de la República.

Esto para empezar. Sin embargo, a nivel nacional los jerarcas católicos desde hace rato se frotan las manos esperando el pago principal de otra y más importe factura: la reforma al artículo 24 constitucional; para que en cuanta dependencia sea posible, principalmente en las escuelas públicas, se enseñe religión, la religión católica, desde luego; pues argumentan los obispos que “en México no hay libertad religiosa”, en tanto se oponen sistemáticamente a la presencia en el país de otras confesiones religiosas, sobre todo protestantes que, por fortuna y de forma más congruente, crecen sin pedir un solo peso al gobierno.

¿Estado cristero?

Pero además, para no estar enfrentando cada rato tanto escándalo, el clero católico ha impulsado a través de senadores panistas una reforma fiscal para que las limosnas sean deducibles de impuestos y poder participar políticamente en cargos públicos sin renunciar al sacerdocio. Esperan que el Estado mexicano les entregue de esa manera algo así como el 0.01 por ciento de los impuestos de los mexicanos, es decir, más de mil millones de pesos anuales.

En tanto, González Márquez ya se ensaya con libros de texto de corte religioso, cursos religiosos y regalos de artesanía religiosa (también con cargo al erario) para el Vaticano. Por ello resultan irrisorias y ridículas las respuestas para justificar el ilegal donativo de 90 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires: “son para contribuir al turismo religioso”, “es sólo el 4% del costo de la obra”; “es sólo una minoría la que se opone”; “no es para mí, me ofenden: (Juan Sandoval)”; “el gobernador puede hacer lo que quiera con el presupuesto” (Jorge Salinas); “si cuando Echeverría construyó la Basílica nadie dijo nada”, “no se viola la laicidad del Estado”, “hay sustento legal”, etcétera.

Independientemente de violaciones pecuniarias propias de un delito como peculado y desviación de recursos públicos, existen gravísimos atentados al estado de derecho y al Estado laico. Son numerosas las violaciones a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público (LAR) y su Reglamento (RLAR), este último aprobado hace apenas cuatro años. Veámos.(Leer mas)

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2008::

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