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lunes, marzo 31, 2008

Las dádivas de Emilio, el estado clerical de Jalisco y la crisis opositora.

Código Político
Germán Robles
31 de marzo de 2008





Las dádivas de Emilio, el estado clerical de Jalisco y la crisis opositora.

Nos adentramos a una cadena de tráfico de influencias y negocios ocultos donde hay mucha pus por rascar.

Existe una estrategia económica que busca satisfacer una amplia red de intereses que van, incluso, más allá del panismo, de la horda de Emilio González y si se apuran de su caprichosa aspiración presidencial hacia el 2012.




Algo debe tener la iglesia católica y los grandes medios de comunicación en Jalisco para que el gobernador inquisitorial Emilio González “done” o despilfarre a cuenta de los mismos recursos públicos que superan los 200 millones de pesos en tan sólo un año de go-bierno; y también, seguro, debe de haber cualquier cantidad de intereses en juego para que esto se dé si ninguna oposición real, ya sea social o política.

Y es que en Jalisco se da un kafkiano y curioso caldo de cultivo que si se tratase de alguna otra latitud muy seguramente se llegaría, ineludiblemente, a ese callejón sin salida llamado estallido social, aunque en efecto, en Jalisco existen y van en aumento las condiciones para ello, la contraparte social, es decir el pueblo , está muy lejos de formar parte contestaría, demandante o si se quiere revolucionaria para contraponerse a una serie de injusticias y desigualdades que lo azoran todos los días.

¿Qué existe detrás, por qué de toda esta dinámica social cometida por una clase política sumamente corrupta, encabezada por un partido conservador, y una oposición –políticos, partidos y asociaciones civiles—blandengue, simuladora en mayoría y alcahueta, respaldada de facto por una población mayoritariamente apática y despolitizada hundida en la ignorancia?

Sería muy aventurado responder a esa pregunta en un espacio tan apretado, pero una de las respuestas inmediatas sería que al jalisciense o mexicano promedio no le importan sus derechos, ni su el origen de su condición social, ni las consecuencias de vivir en una sociedad corrompida, claro siempre y cuando se dé el clásico, “¡Oigan si se bañan arriba, aquí abajo al menos salpiquen poquito!”.


¿Alguna consecuencia?, Sí, la putrefacción social, el quiebre –implícita y casi masoquistamente aceptado-- del pacto social, que nos lleva a la ley de la selva, a la tierra del asqueroso “sálvese quién pueda”. Si, en ese “maravilloso Jalisco” tierra de cristeros, de buenas costumbres, del mariachi, el tequila…y demás idilismos pagano-religiosos, que disfrazan de “identidad social” una realidad ídem de atraso, marcada por la desigualdad y la falta de ese estado de bienestar prometido y cacareado por los políticos todos.

Así pues, es claro que detrás de las millonarias dádivas hechas a los medios electrónicos –Televisa, y TV Azteca que va en camino—y a la jerarquía católica por el gobierno panista de Emilio González, no sólo va de por medio las convicciones y el fanatismo de culto del susodicho; ni tampoco se trata del protagonismo mediático como mudus operandi de este nuevo vival de la política.

No, detrás existe una estrategia económica que busca satisfacer una amplia red de intereses que van, incluso, más allá del panismo, de la horda de Emilio González y si se apuran de su caprichosa aspiración presidencial hacia el 2012. Nos adentramos a una cadena de tráfico de influencias y negocios ocultos donde hay mucha pus por rascar.

En efecto, una estrategia para demoler lo poco que queda de estado jalisquillo, de reimplantar y enraizar el poder perdido de la iglesia católica y convertir a una sarta de empresarios en los barones, en los empoderados plenipotenciarios de la vida económica en la entidad. Y mucho de eso construido a costillas del pueblo, de sus impuestos y los míos.

Se trata de satisfacer a cuanto entenado, empresario, narcotraficante, pudiente clerical haya en el estado y ¡claro! que estén en la línea del gobierno panista y aquí se incluyen a poderosas familias de empresarios pro hombres del panismo y a varios priístas principalmente—aunque cabe señalar, que, en otro momento perredistas como los del grupo NI Universidad y la claque de Raúl Padilla se beneficiaron con la cesión de terrenos y facilidades tributarias del gobierno en turno-.

En el caso de los priístas se presume que los terrenos adyacentes –en los predios cercanos al cerro del tesoro—en lo que será el complejo del santuario de los mártires cristeros son propiedad –ya sea directa o triangulada por prestanombres- de una de las poderosas familias en Jalisco: Los Cosío. Y evidentemente hay un juego de especulación inmobiliaria que tiene que ver con los plusvalores a futuro de las viviendas que ahí se construyen. Y parte de ese plus valor será por rebote, en parte a consecuencia de los pagos que usted hace al fisco, los mismos que Emilio cedió a la iglesia.

No faltara el incauto que piense “¿no es eso es una casualidad, que culpa tienen los Cosío de que construyan un poderosos complejo edilicio junto a sus terrenos?” Así no funciona el mundo, cuando hay millonarios intereses de por medio todos los actores cabildean y gestionan, más aún tratándose de una familia con poder e influencia política a pesar del desprestigio que tienen abajo.

Ese es sólo uno de los múltiples puntos de la red de intereses, a muchos poderosos les conviene la entrega ilegal y absurda de 90 millones de pesos por parte del gobierno para apresurar la construcción del santuario “turístico” de los mártires; empero cuando decimos que estos actores deben estar en la línea legitimadora del gobierno de Emilio González, hablamos de hacer “coincidir intereses de clase y de grupo” porque así les conviene; no nos referimos a subordinación, ¡claro! En todo caso es el propio Emilio quién actúa como empleado, como pelele de empresarios afines, televisoras y la jerarquía católica.

Lo que agudiza también esta crisis de autoridad moral y del aparato estatal es la recién aprobación de la nueva ley con el eufemismo abreviado PPS, –ley de Proyectos de inversión y Prestación de servicios del estado de Jalisco- ¿y el disfemismo? La paulatina claudicación del sinónimo, la razón de ser del estado y la sutil cesión de responsabilidad de sus tareas a la iniciativa privada, es decir al mercado, al más fuerte, a quién se imponga por subasta y desplace a los competidores locales; donde la infraestructura pública es pensada y regulada bajo la lógica del mercado desplazando así además la consulta ciudadana y atribuciones hasta de los mismos municipios.

¿Qué tal? Iglesia, medios, élite política y empresariado, empoderados por el gobierno azul; y la sociedad, sobre todo la de abajo a pesar de sus enormes carencias terminan por importarles un pito. Organismos todos asumiendo facultades e injerencia meta constitucionales, amenazando establecerse a perpetuidad.

Y no es casual que Emilio González compre literalmente a medios e iglesia juntos, pues ellos encabezan el aparato ideológico de la represión o dominio capitalista, ¿para qué? Pues para eso, para desinformar, acallar y embrutecer la conciencia de esa mayoría demográfica que gravita en la penuria del “círculo verde”. Entre más apáticos y alejados del reclamo, la denuncia y la información, mucho mejor.

Todo gobernante que quiera durar en el cargo e impulsar sus políticas, requiere de la indispensable condición de que sus gobernados concuerden, den un margen de legitimidad a sus actos de gobierno; y sí, parece que Emilio lo ha logrado hasta ahora, aún con todo y sus disparates; iglesia y televisión le han ayudado a crear falsas percepciones positivas de Emilio entre muchos ciudadanos.

Se pretende que sean pocos los que sepan o muchos los que ignoren de las tropelías de la clase política, del panismo y su gobierno, de su insultante enriquecimiento. Iglesia y medios, sí como tapadera, pero también como comparsas, agentes legitimadores y de promoción de toda esa porquería del mal gobierno. Primero para sostenerlo, legitimarlo ante la sociedad, y en segundo plano para promover la supervivencia de ese grupo político hacia futuro.

¿Y qué decir de la crisis opositora en Jalisco?, de la falta de oposición político- social real, este tema da para una amplia discusión, y parte del problema es que hoy no hay eso, ni oposición, ni una discusión posible, pues gran parte de esa sociedad civil, --que se asume como oposición-- se cree inmaculada y la palabra debate parece no existir en su vocabulario.

Y el tema no es poca cosa, porque siguiendo la misma línea argumentativa surge la pregunta, ¿Qué hace el grueso de la sociedad frente a estas medidas del gobierno? La clase política, toda, en el fondo solapa este estado de púlpito, la aplanadora panista en el Congreso local decidió no solicitar la comparecencia al secretario de gobierno, --está muy ocupado besando los pies del Cardenal Sandoval en su onomástico-- ni a ningún otro secretario involucrado en esta triangulación millonaria de recursos a la iglesia. Tanto PRI y PRD hacen reclamos sólo por pose.

¿Y el resto, los ciudadanos de a pie, que hacemos para evitar la imposición de medidas poco éticas e injustas, ante el regalo de dinero?... ¡Ah, claro! muchos pegan calcas en la Minerva y le entran a la “marchitis”… y todavía hay quienes creen que “la rebelión de los clase medieros” es igual a movilidad social y que por eso Emilio reculó con la medida del “placazo”… Sí desde luego.

Si bien sus acciones son válidas y encomiables hasta cierto punto, muy poco o nada ayudan a que Emilio González sienta una verdadera presión social que lo haga pensar dos veces sus disparates. No hay pues trabajo opositor ni medios con suficiente fuerza ni voluntad que tengan una repercusión real y que puedan revertir estas acciones de gobierno. De ahí la preocupación.

-Y en efecto, existe una minoría que si hace por protestar, por poner el dedo en la llaga, una minoría que es descrita por algunos como “una minoría digna” malquerida por Emilio.

¿Minoría Digna? Quizás, pero una minoría así en Jalisco, suena más bien a una minoría chillona, victimizada. Quedarse en la mera denuncia del hecho y pretender ser dignos es un buen principio pero no sirve de nada. Se sorprendería al saber la cantidad de mezquinos y simuladores que existen detrás de esa “minoría digna” que se dice oposición y hasta de "izquierda" y que en el fondo sólo buscan sacar raja política.

Pregúntese usted-- si acaso le importa el bien común-- ¿Quiénes respaldan los intereses sociales de los jaliscienses?, ¿Dónde está la oposición?

…Pobre Jalisco, pobre. Ahora sí: “Dios lo agarre confesado”.


En el tintero.

Si acaso, la “dignidad” existe en el futbol, entonces la suerte está echada para Hugo Sánchez, pero si los principios del deporte proyecto son moneda de cambio para que se impongan los eufemismos que logran el deporte -negocio y en particular para Televisa; entonces el técnico será ratificado. ¿Cuánto vale la cabeza del técnico nacional?



roblesgerman@prodigy.net.mx




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