En la nota de hoy (de La Jornada Jalisco) que Juan Carlos G. Partida hizo de la conferencia que Alejandro Encinas dio en el CUCSH, se lee lo siguiente:
JCGP –¿Hacia qué lado del grupo Universidad está la corriente que usted encabeza y que pretende que se instale en Jalisco?
AE –Está hacia la izquierda, indudablemente, no hacia la extrema izquierda, pero sí hacia la izquierda, y se van a llevar una sorpresa en este estado. Yo creo que hay que ir a una contienda abierta, democrática, con reglas del juego claras y que sea limpia. Si nosotros apostamos a que todos los miembros del partido puedan ejercer su voto y que se ejerza libremente, vamos a tener una buena elección aquí.
Hay que precisar varias cosas. En principio, pienso que Alejandro Encinas verdaderamente representa a una izquierda, con defectos, sí, como los hay en todas las agrupaciones políticas, pero también con virtudes y que significaría, si gana, un verdadero cambio a las perspectivas del Partido de la Revolución Democrática, que actualmente, está sumido en un caos y que en estados como Jalisco es verdaderamente denigrante su accionar. Porque, ¿quién cree por ejemplo en Samuel Romero Valle, un individuo que discrimina y que no tiene la menor duda o remordimiento ideológico en pactar en los oscurito con el PAN y con el gobernador González Márquez, siempre en contra de los intereses del partido (del PRD) y de la sociedad?
La cuestión no es formar otro partido, según mi parecer, sino rescatar a éste. Y no hacerlo desde una perspectiva del líder, sino tratar de acercar a la ciudadanía al partido, de que ésta se vea realmente representada por los integrantes del PRD y que también, quien quiera participar, tenga las misma posibilidades. No se puede hablar de igualdad, de libertad, de oportunidades para todos a nivel nacional, en el mundo, si se pertenece a un partido que simple y llanamente, como en la época colonial, vende los puestos (claro, con matices).
El PRD es el único partido de izquierda en México (Alternativa no sé sabe todavía de qué tendencia ideológica sea).Es cierto: ha perdido el contacto con la gente, se alejado de sus planteamientos sociales, igualitarios, de justicia, pero sigue siendo el partido por antonomasia de izquierda en el país: la labor es rescatarlo de camarillas que lo han utilizado no como un medio para mejorar la situación social y económica de México, sino como una moneda de cambio.
Pero también hay algo importante que se debe mencionar: si Alejandro Encinas no gana la presidencia del PRD y la gana Ortega, no es el fin del movimiento que encabeza López Obrador, porque dicho movimiento no se reduce a un partido, sino que es un movimiento ciudadano, social, de largo alcance. Pero claro, es importante no perder espacios y tratar de hacer la lucha (para todos aquellos que son perredistas y que están en contra de la corriente Nueva Izquierda) y lograr que el PRD sea verdaderamente un partido que responda a los intereses sociales de las mayorías. Esa es una labor que se necesita hacer.
La cuestión no es formar otro partido, según mi parecer, sino rescatar a éste. Y no hacerlo desde una perspectiva del líder, sino tratar de acercar a la ciudadanía al partido, de que ésta se vea realmente representada por los integrantes del PRD y que también, quien quiera participar, tenga las misma posibilidades. No se puede hablar de igualdad, de libertad, de oportunidades para todos a nivel nacional, en el mundo, si se pertenece a un partido que simple y llanamente, como en la época colonial, vende los puestos (claro, con matices).
El PRD es el único partido de izquierda en México (Alternativa no sé sabe todavía de qué tendencia ideológica sea).Es cierto: ha perdido el contacto con la gente, se alejado de sus planteamientos sociales, igualitarios, de justicia, pero sigue siendo el partido por antonomasia de izquierda en el país: la labor es rescatarlo de camarillas que lo han utilizado no como un medio para mejorar la situación social y económica de México, sino como una moneda de cambio.
Pero también hay algo importante que se debe mencionar: si Alejandro Encinas no gana la presidencia del PRD y la gana Ortega, no es el fin del movimiento que encabeza López Obrador, porque dicho movimiento no se reduce a un partido, sino que es un movimiento ciudadano, social, de largo alcance. Pero claro, es importante no perder espacios y tratar de hacer la lucha (para todos aquellos que son perredistas y que están en contra de la corriente Nueva Izquierda) y lograr que el PRD sea verdaderamente un partido que responda a los intereses sociales de las mayorías. Esa es una labor que se necesita hacer.
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