Sócrates Campos Lemus
De: socrates_camposl@ yahoo.com. mx
Pueden resultar incómodas las declaraciones del Secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, quién declaraba en Tabasco que: la prensa no debería hablar más del problema nacional del narcotráfico porque es “hacerle el caldo gordo a los narcotraficantes” .
Algunos mal intencionados en la política señalan que, seguramente, Ramírez Acuña no quiere hablar más del tema porque una de las primeras detenciones que se realizaron en los operativos ordenados por el Presidente, Felipe Calderón, es de importantes cápos de la droga pertenecientes al grupo de Ignacio Coronel, uno de los hombres fuertes, muy fuertes, que se dice tiene residencia y operación en Jalisco y que, por muchas razones, sobre todo por las indiscreciones vertidas por el narcoabogado de los Díaz Parada, también tiene base de operaciones en Oaxaca, donde muchas autoridades, políticos y funcionarios, no quieren que se hable del tema del narcotráfico porque dicen: “espanta las inversiones y molesta al turismo”, cuando en realidad lo que buscan es ocultar el grave problema para que no se sigan las indagatorias del caso.
Por supuesto que el hablar de los trágicos sucesos provocados por la alta violencia de los grupos del narcotráfico, hablar de sus ligas con los grupos políticos donde hacen la narcopolítica y la narcoviolencia, hablar de su participación en conflictos políticos y sociales, hablar del control político que tienen en muchos sitios, del control que tienen en las policías y en los juzgados, el control que tienen en el tráfico de armas y de gentes, el control que mantienen en los grupos de empresarios y en sus rutas del lavado de dinero, no es “hacerle el caldo gordo a los narcotraficantes” , es tomar conciencia de un grave problema de seguridad pública y de seguridad nacional, es tomar conciencia del grave riesgo que tiene la población en cuestiones de salud y sobre todo, el grave riesgo que corremos los mexicanos cuando los grupos del narcotráfico, ligados con funcionarios, políticos y empresarios, tienen el control de importantes espacios de la política y de la seguridad, así como el control en los espacios de las inversiones y la economía nacional y estatal.
No, nadie en su sano juicio piensa que el hacer públicas las malandrinadas de los narcotraficantes y de sus narcoabogados sea hacerle el “caldo gordo a los narcos”, al contrario, es poner en evidencia a sus socios y cómplices que son los que les han permitido crecer y tomar ese nivel de poder, donde no solamente juegan con la seguridad sino con la estabilidad política y el control político, en muchos sitios y estructuras administrativas.
Es como si hablamos del problema de la prostitución, donde ningún funcionario o político quiere tocar el tema, sobre todo porque es ahí donde se controla en gran nivel de la contaminación en el narcotráfico y en el narcomenudeo, tal como lo controlan, ahora, los grupos de mafiosos en muchos municipios y estados. Nadie quiere hablar del tema porque dicen que es “un mal necesario” y que, de no existir esa tolerancia en los grupos que controlan la prostitución, seguramente, aumentarían “las violaciones y los ataques sexuales” en las comunidades. Bueno, ni los sacerdotes quieren tocar este tipo de temas porque aseguran no afecta la moral de la feligresía cuando sabemos que, muchos son los “padrotes” y pocos los que controlan a este negocio, porque el mismo tiene el control ligado a los grupos del narcotráfico que van conformando lo que es el nivel del crimen organizado en muchas entidades.
Claro, también, por este mecanismo, muchos funcionarios y políticos tienen ingresos importantes que no quieren perder sobre todo porque es en esos sitios donde pueden lograr las complicidades y las corruptelas con otros grupos o políticos a los que interesa controlar. Muchos tienen asegurados sus ingresos y el buen trato que les brindan sus féminas que utilizan en sus “reuniones sociales”. Es así que ahora en todos los table dance o centros “recreativos,” vemos la participación de muchas extranjeras que son controladas por esos mafiosos, por políticos y policías con el cuento de que es ahí donde obtienen una gran información de la delincuencia y de la política. En fin, no hablar de los problemas sociales y políticos que nos afectan es pretender imponer un sistema “macartista” en la información para que, en ese silencio cómplice de los medios de comunicación, los políticos puedan continuar manipulando a los grupos de delincuentes con los que obtienen enormes ganancias y amplios recursos para hacer política y continuar en el poder. Por esto entendemos que los políticos no quieren hablar abiertamente del tema porque muchos tienen la cola embarrada ya que, como dice el Tío Lolo: para tener la lengua larga, debes tener la cola corta y limpia. Por ello, los políticos, los funcionarios y los narcoabogados, deben cuidar su lengua y su cola.
De: socrates_camposl@ yahoo.com. mx
Pueden resultar incómodas las declaraciones del Secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, quién declaraba en Tabasco que: la prensa no debería hablar más del problema nacional del narcotráfico porque es “hacerle el caldo gordo a los narcotraficantes” .
Algunos mal intencionados en la política señalan que, seguramente, Ramírez Acuña no quiere hablar más del tema porque una de las primeras detenciones que se realizaron en los operativos ordenados por el Presidente, Felipe Calderón, es de importantes cápos de la droga pertenecientes al grupo de Ignacio Coronel, uno de los hombres fuertes, muy fuertes, que se dice tiene residencia y operación en Jalisco y que, por muchas razones, sobre todo por las indiscreciones vertidas por el narcoabogado de los Díaz Parada, también tiene base de operaciones en Oaxaca, donde muchas autoridades, políticos y funcionarios, no quieren que se hable del tema del narcotráfico porque dicen: “espanta las inversiones y molesta al turismo”, cuando en realidad lo que buscan es ocultar el grave problema para que no se sigan las indagatorias del caso.
Por supuesto que el hablar de los trágicos sucesos provocados por la alta violencia de los grupos del narcotráfico, hablar de sus ligas con los grupos políticos donde hacen la narcopolítica y la narcoviolencia, hablar de su participación en conflictos políticos y sociales, hablar del control político que tienen en muchos sitios, del control que tienen en las policías y en los juzgados, el control que tienen en el tráfico de armas y de gentes, el control que mantienen en los grupos de empresarios y en sus rutas del lavado de dinero, no es “hacerle el caldo gordo a los narcotraficantes” , es tomar conciencia de un grave problema de seguridad pública y de seguridad nacional, es tomar conciencia del grave riesgo que tiene la población en cuestiones de salud y sobre todo, el grave riesgo que corremos los mexicanos cuando los grupos del narcotráfico, ligados con funcionarios, políticos y empresarios, tienen el control de importantes espacios de la política y de la seguridad, así como el control en los espacios de las inversiones y la economía nacional y estatal.
No, nadie en su sano juicio piensa que el hacer públicas las malandrinadas de los narcotraficantes y de sus narcoabogados sea hacerle el “caldo gordo a los narcos”, al contrario, es poner en evidencia a sus socios y cómplices que son los que les han permitido crecer y tomar ese nivel de poder, donde no solamente juegan con la seguridad sino con la estabilidad política y el control político, en muchos sitios y estructuras administrativas.
Es como si hablamos del problema de la prostitución, donde ningún funcionario o político quiere tocar el tema, sobre todo porque es ahí donde se controla en gran nivel de la contaminación en el narcotráfico y en el narcomenudeo, tal como lo controlan, ahora, los grupos de mafiosos en muchos municipios y estados. Nadie quiere hablar del tema porque dicen que es “un mal necesario” y que, de no existir esa tolerancia en los grupos que controlan la prostitución, seguramente, aumentarían “las violaciones y los ataques sexuales” en las comunidades. Bueno, ni los sacerdotes quieren tocar este tipo de temas porque aseguran no afecta la moral de la feligresía cuando sabemos que, muchos son los “padrotes” y pocos los que controlan a este negocio, porque el mismo tiene el control ligado a los grupos del narcotráfico que van conformando lo que es el nivel del crimen organizado en muchas entidades.
Claro, también, por este mecanismo, muchos funcionarios y políticos tienen ingresos importantes que no quieren perder sobre todo porque es en esos sitios donde pueden lograr las complicidades y las corruptelas con otros grupos o políticos a los que interesa controlar. Muchos tienen asegurados sus ingresos y el buen trato que les brindan sus féminas que utilizan en sus “reuniones sociales”. Es así que ahora en todos los table dance o centros “recreativos,” vemos la participación de muchas extranjeras que son controladas por esos mafiosos, por políticos y policías con el cuento de que es ahí donde obtienen una gran información de la delincuencia y de la política. En fin, no hablar de los problemas sociales y políticos que nos afectan es pretender imponer un sistema “macartista” en la información para que, en ese silencio cómplice de los medios de comunicación, los políticos puedan continuar manipulando a los grupos de delincuentes con los que obtienen enormes ganancias y amplios recursos para hacer política y continuar en el poder. Por esto entendemos que los políticos no quieren hablar abiertamente del tema porque muchos tienen la cola embarrada ya que, como dice el Tío Lolo: para tener la lengua larga, debes tener la cola corta y limpia. Por ello, los políticos, los funcionarios y los narcoabogados, deben cuidar su lengua y su cola.
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