Páginas

::::

sábado, enero 13, 2007

Opinión - Leonardo David de Anda

La Máquina

Jornada Jalisco - 13/01/07

Poderoso caballero
El hombre de maíz

Todos lo esperaban. Había expectación de saber cuál traje usaría el día de hoy, cuál frase célebre remataría su discurso sobre las inversiones prometidas y el éxito de sus empresas. Entre rumores y comentarios de ocasión, los comensales citaban las cualidades del invitado, que siempre acaparaba los reflectores, en una mezcla de envidia y admiración. En torno a su brillante carrera en los negocios, resaltaba el reciente ingreso al mercado total, como si el futuro tuviera el ineludible territorio del jugo gástrico y la pose de moda.

De pronto, un bullicio a sonrisa expresa y con la mano tendida anuncia la llegada del personaje, que sube a su pedestal con la seguridad del hombre seguro de sí mismo. En palabras de sus consultores, el mercado se encuentra listo para recibir el invento de la temporada, artículo que detiene la vista ante un aparador. Ahí, en su paquete de celofán, la mercancía oculta su ciclo de valor, que ahora es cuando. Oportunidad pero fortaleza, dirá el señor del bolsillo repleto, que las noticias y los comerciales son una ganga, aproveche.

Donde el tufo perfumado de la concurrencia y los destellos de la prensa agitan los decibeles, se esconde el olor amargo de un billete colectivo, que rebota ante los baches y conoce debilidades, cosas terribles. En el fondo de su cartera, ante la oscuridad y el contacto frío de las tarjetas de crédito, incluso alterado por las minúsculas partículas de cocaína, el billete se acuerda en cómo ha ganado adeptos, cómo se compran voluntades y se ajustan los criterios a tal grado de crear la verdad, su verdad, sus razones. Recuerda.

Visión de negocios, dicen, es notar el vergel en territorio páramo, la venta al por mayor de un deseo cumplido. Aunque el verdadero móvil responde a un instinto animal depredador, la compraventa es la conquista de los sueños modernos, sofisticados, pero vulgares: sexo, gula, ocio, gozo. El ciclo vital del consumo es sublimado a los intentos desesperados de llenar artificialmente la misma vida consumida, los precios aumentados que se apuestan en la bolsa, pero sin dejar el vicio de caja registradora y su tic nervioso en golpes, en dígitos.

Vendo, compro, consumo, luego existo. Recorro la columna vertebral de la serpiente y encuentro que todo tiene su sitio, como si las mandíbulas fueran una prolongación de las costillas, como si la boca se comiera la cola, y en tal faena, se relamiera el vicio perpetuo. La mejor consideración de que la sicología de las adicciones está por encima de la ética, y que su conocimiento sirve a los intereses de don Dinero, queda demostrada en una sociedad de la opulencia insular ante el continente atroz de la explotación y la pobreza.

Ahora es cuando, se dice con todos los pelos y señales: verdad resulta que la usura no tiene miramientos, no responde a escrúpulos sobre la explotación de la naturaleza, incluso en sus sonados proyectos “ecológicos”, que únicamente buscan ganancias y sin tener en claro un proyecto a largo plazo, que paradójicamente sería una garantía de su permanencia y seguridad. Este inmediatismo en buscar el lucro sin pensar en los efectos secundarios, en el daño a la flora, a la fauna, a la calidad de vida, anuncia la crisis del paradigma social.

Atención: violencia, ecocidio, intimidación y corrupción, son los tentáculos de las empresas para dominar la barranca de Arcediano y tender un puente a ma-nera de presa hacia los terrenos vírgenes del otro lado de Guadalajara, en donde se pretende construir un complejo urbano de primera clase, de tal forma que la aristocracia tapatía abandone de plano los barrios que la chusma ha invadido poco a poco, en una refundación de la ciudad de los poderosos. No importa la presa tóxica, la mentira infame al servicio del agua.

¿El transporte? Para la clase obrera. El suelo sirve de cama y la boca es poca, para el hambre que se cargan, sin que los corruptores del dinero se anuncien para pagar canonjías en una cuenta electrónica: no portafolios, no videos, no grabaciones ni filtraciones. Mordida a tiempos del orden constitucional, que tiene la casaca del alférez, su pródiga manifestación de torturador, el que acuña el estilo azul de gobernar, dándole vuelta a la sopa, que se cae de la boca, que no se calla, que no atrapa, que el puñal arropa. Para el bienestar de todos, donde rebasen a la derecha y donde no hay árbitro justo que valga.

Y que la masa se lo reclame, pues en campaña fueron unos y ahora dan visos de su contubernio con los poderes ocultos, desde el cargo de espía otorgado al testaferro de las encuestas del Felipillo, hasta la impunidad en que ex funcionarios como Gil Díaz violan la ley y evidencian realmente a quienes sirven. Es decir, por decoro, como una prueba impalpable de que el grupo en el poder realmente busca la justicia y servir a la sociedad, deberían de actuar en estos casos y no estar militarizando la política y la cultura.

Durante la cadena del taco, derivado de la masa y del plato a la boca, la tortilla rifa. A los asesores extranjeros del gobierno federal se les escapó dicho fenómeno, de cómo puede repercutir para un gobierno sin legitimidad, que ha apostado a la espectacularidad con que la derecha belicista se presenta en su versión Bush. Porque la tortilla y la masa es un complejo productivo que señala la fortaleza de una cultura latinoamericana que asienta ante la historia un consumo peculiar, una alianza de especias y de gustos, una teogonía.

El nacimiento del hombre es gracias al maíz, que en forma de dios terrestre, hidráulico, asciende la savia para nutrir la mazorca. Planta anual, que hace su suerte a manera de alimento, en donde Quetzalcoatl reina, pero también reivindica una revolución humanista, una generación de teólogos, guerreros, sacerdotes y chamanes, que bajo las reglas del juego de pelota apostaban su cabeza –la mazorca– y tomaban la revisión de los ritos y la formación de los hombres. La cultura mesoamericana emerge bajo la tutela del grano.

La devoción naturista de los antiguos mexicanos se torna en una revolución religiosa de tipo solar y como en todos los monoteísmos, en la cual el fenómeno del maíz sirve para la conformación de un complejo religioso, administrativo, militar, de un calendario constituyente con semanas de cinco días, con su quinto sagrado de tianguis, de fiesta y socialización. El Quinto Sol es una cosmovisión y una transformación de la sociedad bajo un proyecto radical, que impregna la vida cotidiana con su desplante urbano de pirámide.

Las culturas madre, dentro de un desenvolvimiento focal y continental, asumieron su propia masa, fruto generoso. El trigo, el arroz, la soya, la papa, el maíz, principalmente, pero alrededor de ellas todo un universo de plantas y sazones, representan las culturas que nos dan pan (tortilla), y que nos dan gusto. Para México y el mundo, está por supuesto el maíz, y sazonándolo, el chocolate, el jitomate, el chile, el frijol. Con su gastronomía ofrece platillos exquisitos en una combinación venturosa y nutritiva, en aras de ser rica.

Porque la carestía de la tortilla le pega al pobre sobre todas las cosas: no robarás. Porque los tentáculos del neoliberalismo ajustan al mercado y aprietan el hambre. Por eso y por aquello, estamos ante la hipocresía de los políticos, que prometen una cosa y cumplen otra. Estamos unidos de basura, de tentáculos para amarrar gustos de ladrones que roban el agua, el grano, la especia, el petróleo. Estamos ante la llegada del TLC agrícola, que agitará el mercado interno, desafiando las bases culturales y nutricionales del país.

Y desde el fondo, con el hambre a cuestas, se levanta el campesino para gritarle a los explotadores, reclamando su espacio vital. La ciudad espera, pacientemente, la llegada de abastos alimentarios, su puesto a la vista del paladar, que en el proceso urbano implica el concurso de los mercados y de lo consumidores y la ley del más fuerte. Va una oda a la lucha social, a los que se oponen a la presa de Arcediano, a los que defienden a la naturaleza. Va una canción a la esperanza, que fuera de altisonantes, se cante al pie de la letra.

No hay comentarios.:

radioamloTV