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viernes, mayo 11, 2007

Ensayo.- Germán Robles

Cuarta República
Germán Robles
11 de mayo de 2007
Las falacias del cobro de IVA a alimentos y medicinas.
¿Quién paga más?



Tras el fracaso del otrora gobierno Foxista por gravar alimentos y medicinas, la fracción del PAN en la Cámara de Diputados en voz del inefable diputado federal Raúl Padilla Orozco persiste en su intención de aprobar una tasa impositiva al consumo de bienes elementales. La perversidad de dicha iniciativa nos debe poner alertas para frenar su paso; desde la opinión pública tanto con manifestaciones; a la expectativa también de la convocatoria obradorista y apoyados en el FAP que ya acordó que no impulsará la iniciativa en San Lázaro.

Las reformas reaccionarias de los grupos neoliberales enquistados en el poder hallan su mejor momento en los dos primeros años de gobierno o inicio del régimen; de ahí que la amenaza de aprobar una reforma fiscal (subterfugio para gravámenes fiscales a los sectores más desprotegidos) antes de que finalice el segundo periodo ordinario de sesiones es prioritaria para el Stablishment económico.

Más allá de la lógica política y conflicto de intereses por parte de grupos de poder que por sí mismos podrían derribar la iniciativa dada la complejidad e impopularidad de aprobar dichas aberraciones legislativas; es importante exponer los argumentos y las razones no sólo por las cuales se debe frenar el IVA en alimentos y fármacos, sino más aún hay que desenmascarar mitos y falacias por las cuales los últimos gobiernos neoliberales quieren vendernos como imperativas e ineludibles las reformas estructurales a saber que sin las cuales el país no puede “recaudar más y así distribuir mejor” (sic). Así la impronta que se pretende y es promovida por mercachifles es cobrar una tasa impositiva generalizada a la renta (ISR) y fijar un porcentaje de al menos 10 por cien al consumo de medios elementales (IVA progresivo hasta llegar al 15%) que antes que mercancías son un derecho para todos.

El gerente adjunto de México, Felipe Calderón, ya había expuesto durante su campaña los falaces beneficios del “Flat Tax” lo que en el fondo implica la subvención a los más poderosos a costa del presupuesto de los sectores pobres. Esta aberración la vuelve a retomar pues pretende ser incluida en el paquete de reformas fiscales que en el supuesto de aprobarse sería la estocada final del pacto social; jugar con el hambre de los pueblos es la forma más directa y segura de armar revoluciones; así se ha revisado en la historia.

Aquí cabe la reflexión para desentrañar el hecho de cómo el actual esquema tributario está hecho por ricos y para ricos, y que al final ellos son los principales beneficiados del uso de los impuestos. En este aspecto, son los sectores pudientes los que comen gracias al trabajo del obrero; de las clases bajas que son la base de la pirámide social. So riesgo de abandonar la reflexión política para abordar un análisis de perogrullo propia del materialismo histórico es importante valorar los papeles sociales en la creación de la riqueza y como estos determinan los destinatarios reales de las tasas tributarias.

La clase burguesa come gracias al trabajo del obrero, pues este no sólo le produce y otorga plusvalor cuando el obrero realiza su propia producción de medios de subsistencia; el burgués le paga un salario en forma de dinero; "capital adelantado" este sólo se revaloriza cuando el obrero consume lo único que puede y son los medios elementales de consumo; (alimentos y medicinas) gracias a este consumo que sólo es efectivo en el mercado de bienes de consumo las cuáles en su mayoría el produjo y no posesiono para sí, además de que un amplio núcleo no podrá consumir los llamados artículos o valores suntuarios, es cuando se ve obligado a gastar su salario en medios de consumo (el obrero subsiste en su condición de comprador) en la esfera mercantil.

Con su salario paga al productor de bienes de consumo; este transforma el dinero del obrero en su plusvalía; la que a su vez tendrá que subir en su condición de compra de insumos hacia el capitalista industrial, dado que el productor de medios de consumo urgirá de renovar su capital constante. Es cuando el capitalista por medio del plusvalor (ganancia o plusvalía) obtiene de regreso su capital adelantado (salario) y de ahí lo descompone en capital variable, el que vuelca otra vez en forma dineraria adelantada para pago de salarios, esperando que el obrero consuma para transformar dicho dinero hacia la forma de capital mercantil y así repetir el ciclo perverso de explotaciones.


Los grandes sectores burgueses quiénes desarrollan medios de producción ya con el dinero en mano (plusvalor) lo descompone como ya dijimos en sus respectivas partes de capital variable, constante, y su rédito: ¿a quién creen que comprara mercancías de consumo? si al de la cadena productiva inferior de medios de consumo quién le volcó el salario de los trabajadores; dicho en otras palabras el mercachifle “traga” de a gratis y adquiere artículos suntuarios a gratuidad (en una cadena productiva superior) todo porque el obrero realizo su papel de trabajador y consumidor; Como diría el clásico ¿”quén pompo”?;¿Esto quiere decir que el patrón paga dos veces? no, el no paga primero en salario y luego en mercancía; paga el salario como excusa por el trabajo del obrero, para que este pueda consumir; pero sólo paga una vez en el momento en que el obrero mediante su salario adquiere mercancías o medios de consumo por su trabajo; substraído en este caso completamente el valor del dinero con respecto a su trabajo, pero si indispensable como expresión monetaria una vez que han sido creadas las mercancías.

¿A donde voy con estos planteamientos?; Bueno que precisamente la clase obrera es la que más consume medios de consumo elementales en sentido social y absoluto; no importando para el análisis el consumo individual y relativo el cuál es exiguo; por la sencilla razón de que eso es efecto de que al obrero se le paga un salario miserable que sólo responde a la recuperación de su fuerza de trabajo adquiriendo medios de subsistencia.


Del mismo modo podríamos afirmar que de manera inversamente proporcional, las clases burguesas al contrario de la clase trabajadora; consume menos medios de consumo en términos globales o sociales, su consumo es menor con respecto al resto de la población; dado que siempre tienen pan caliente gracias al trabajo de los obreros se enferman menos; su estilo de vida mezquino no los involucra con un consumo de alimentos básicos sino más elaborados; su consumo se orienta más hacia la adquisición suntuaria y comen en restaurantes donde se encuentran las cadenas productivas medias; eso en términos sociales, porque los ricos son los menos entre los menos; en sentido individual o relativo consumen más que el obrero o la gente pobre, además entre otras cosas tienen acceso privilegiado al consumo suntuario, el burgués puede satisfacer sus necesidades a plenitud, dado que dispone de todos los medios para ello; cierto, consume más individualmente; pero no más que no sea producto de lo que las masas proletarias gasten o hayan gastado en su simple condición de compradores; los cuáles tienen por dieta las migajas; pepsi, sabritas, Bimbo y demás porquerías que el burgués vuelca en el mercado de consumo.

Por ello el IVA a alimentos y medicinas le pega directamente al proletariado, dado que está en su sola condición de explotado y comprador; y que el mercachifle traga gracias a que el primero gasto su salario en medios de consumo; el pobre come (consume) más en términos sociales; come (consume) menos en términos individuales o relativos; el rico come más en términos relativos o individuales; menos en términos sociales; pero invariablemente de que cuanto lo haga; el criterio para gravar alimentos y medicinas no debe ser de carácter cuantitativo, eso sería una falacia; el criterio a seguir debe ser cualitativo; es decir, el consumo social, relativo a las mayorías. Si el obrero no compra, el productor de medios de consumo no produce; el mercachifle industrial, no obtiene plusvalor, no hay rédito, por tanto no traga. Una buena forma de explicar el consumo social y relativo de las masas trabajadoras se observa en torno a las industrias fabriles y colonias populares; ahí pululan puestos de comida, por la razón de que el obrero gana por salario una bicoca ella se le va prácticamente en alimentos, este consumo es mayoritario, pero en términos relativos el obrero no come más allá de lo que su salario le ofrezca, su dieta y nutrición serán míseras e incompletas; empero siempre será más la clase trabajadora la que este cooptada a este consumo, pero a la vez su consumo individual será mínimo las más de las veces.

Así, quién termina pagando (el comprador, poseedor de salario) es quién encabeza la cadena de consumo, quién detenta su único rédito (el salario), este detona su circulación y valoración; si ese no circula el mercachifle no adquiere medios de consumo; entonces queda descubierta la falacia de que el IVA en alimentos y medicinas “beneficia a los más pobres porque los ricos consumen más” (¡súper sic!) ¡Que se vayan al diablo los capitalistas y sus voceros con esta definición!

No se discute desde luego la necesidad de recaudar los impuestos, ni que la tasa recaudatoria aumente, sino el significado que adquiere en un país como México, que con todo y tiene una de las recaudaciones más bajas con respecto al PIB en el mundo (menos de 12 %). En Suiza por ejemplo, los impuestos si trabajan, su PIB tiene un circa del 30% producto de los impuestos; como Suiza existen muchos países –incluidos economías emergentes y en subdesarrollo- que han comprobado que puede haber una alta tasa impositiva; que se puede distribuir equitativamente y ser de beneficio social; que todos pagan sus impuestos. Así la cuestión no es si pagas más o menos impuestos; sino como está estructurada la economía y la hacienda de un país de modo que sirva para una equitativa y justa distribución, en una cultura donde todos pagan sus impuestos.

Los gobiernos tecnócratas quieren recaudar más pero expulsan a emigrantes hacia los EEUU, para luego lanzar lisonjas por las remesas recibidas; estúpidamente el gobierno le pega al IMSS, debilitándolo para su posterior privatización; crea el "seguro popular" incentivando así la economía informal; quiere universalizar las afores; le da ahora la opción al " trabajador independiente" (sic) de ahorrar en los fondos para el retiro del SAR; ¿con todas estas idioteces el gobierno quiere recaudar más? ¿Incentivando la informalidad?
¿Quiere cobrar más impuestos cuando genera todas las condiciones económicas para que suceda lo contrario?
¿Va a echar mano del comerciante de banqueta para cobrar impuestos?
¿Y que va a suceder con la seguridad social; servicios públicos, apoyos comerciales, etc., si Juan y Pedro venden en la banqueta? ¿Así es como van a subir a la informalidad a la base tributaria? Que imbéciles neoliberales.

Debe quedar claro que aún cuando no se este registrado en Hacienda, todos los que moramos en este país así sea por carambola de tres bandas pagamos impuestos, de un modo u otro, casi hasta por respirar; entonces esa condición determinista de que sólo los que pagan ISR merecen retribuciones y son los que salvan la economía, resulta por demás una mentira oficiosa.

Hoy como funcionan los impuestos en nuestro país sólo benefician a los más ricos; pues reciben las prebendas del erario (egresos públicos), dado que está clase posee la riqueza y bases materiales para solicitarlos; por su vil condición de privilegio solicitan y les son entregados los impuestos para así dar remozamiento a sus fraccionamientos, sus banquetas, mantener su arbolada, o recibir créditos y demás privilegios; para pavimentar sus ghettos residenciales; en cambio el jodido no recibe más que migajas de los impuestos.

¿Así es como funcionan los impuestos?; ¿Así vamos a fundar la justa distribución de la riqueza vía impuestos? por favor. Los impuestos aún cuando para los privilegiados no son más que una bicoca comparados con sus atesoramientos y plusvalores; este es el maestro de la elusión y evasión fiscal porque cuentan con staff´s que incluye contadores, fiscalistas y abogados versados en cochupos fiscales a su servicio. Muchos de ellos son desde luego funcionarios oficiales de la SHCP. ¿Paga más el que más tiene para que luego este reciba todas las prebendas?

El gobierno acapara el 90% del crédito bancario: ¿de quién se sirven financieramente los mercachifles? ¿No es el Estado mexicano en este caso quién atiende prioritariamente las demandas burguesas? ¿Les dice algo las lisonjas, moratorios, ditirambos fiscales que Fox lanzo hacia los hoteleros y sectores empresariales a raíz de los huracanes Wilma y Stan por ejemplo? Primero que terminen con los vicios de elusión y evasión fiscal de los delincuentes de cuello blanco, que el gobierno cobre sus cuentas a los más poderosos y se redefina el esquema de distribución del ingreso para beneficio de los más necesitados. No al IVA en alimentos y medicinas. No golpeen más a la economía popular.


http://redesciudadanasjalisco.blogspot.com/
*Germán Robles
Arquitecto y analista político

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