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martes, mayo 15, 2007

NO FUE CONQUISTA, FUE UNA VIL INVASIÒN DEPREDADORA

Desde políticos hasta académicos censuran palabras del pontífice Condena unánime al Papa por versión sobre Conquista
MAYO1 5 - 2007
Para Benedicto XVI, los indígenas precolombinos en silencio anhelaban la llegada de Cristo, de modo que nunca se les impuso una cultura extraña. La declaración del papa Benedicto XVI de que el cristianismo entró en América sin ser impuesto por la espada fue rebatida este lunes por distintos voceros latinoamericanos, que le censuraron con dureza.
Al inaugurar la V asamblea de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam), el Papa sostuvo que “el anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña”. Para el Papa, “Cristo era el Salvador que anhelaban (los indígenas de América) silenciosamente”. Desde México, Roberto Olivares, presidente de la ONG Ojo de Agua, que promueve valores indígenas en Oaxaca, dijo que “son ridículas las declaraciones. No cabe la menor duda de que el cristianismo no sólo fue impuesto, sino impuesto por la fuerza... Fue trágico para los pueblos indígenas de todo el continente, fue un genocidio impresionante escudado con una bandera de evangelización”. “Muchos pueblos adoptaron el cristianismo, pero a fuerza de imposición”, coincidió Marcio Meira, presidente de la brasileña Fundación Nacional del Indígena (Funai), un organismo gubernamental. “El Papa fue muy arrogante, y sus palabras no corresponden a la realidad”, dijo a su vez el director de la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña, Gesinaldo Sateré Mawé. “La historia muestra que la evangelización fue una estrategia de la colonización, que diezmó a varios pueblos indigenas”. En el mismo sentido habló el director de la Organización Nacional Indígena de Colombia, Luis Evelis Andrade: “Como pueblos indígenas, si bien somos creyentes, no podemos aceptar que la Iglesia pretenda negar su responsabilidad en la aniquilación de nuestra identidad y de nuestra cultura”, afirmó. “Querer negar que la imposición de la religión católica se utilizó como un mecanismo de dominación hacia los pueblos indígenas es querer ocultar la historia”. Agregó que “la conquista fue trágica. La institución católica prohibió, hasta hace poco, expresiones culturales aborígenes como nuestra lengua o nuestra medicina... Nos dijeron que nuestra lengua y costumbres eran diabólicas. A nuestros médicos tradicionales (jaibanás) se les impidió hacer su medicina. Si eso no es imposición, ¿cómo se le puede llamar?”. El también colombiano Félix Patzi, ex ministro de Educación de Evo Morales, consideró que hay “un retroceso en la ideología de la Iglesia católica”, y recordó que el papa Juan Pablo II pidió perdón a los pueblos indígenas de América Latina porque la colonización usurpó las concepciones del mundo indígena. En Bolivia, Mauricio Arias, Supremo Líder (Apu Mallku, en aymara) del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qollasuyo (Conamaq), afirmó: “La religión católica ha sido impuesta, se ha hecho por la fuerza, por encima de nuestras creencias y nuestra religión”. El historiador Waldir Rampinelli, de la Universidad Federal de Santa Catarina, en el sur de Brasil, declaró a un portal que el papa “debería leer a Bartolomé de las Casas”, el dominico español que en el siglo XVI denunció las atrocidades cometidas por los conquistadores de América, en nombre de la fe. ¿Visión racista? Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinolla, de la sierra de Guerrero, consideró que la del Papa es “una visión etnocéntrica, racista y poco respetuosa de las culturas de los pueblos indígenas”. La Iglesia católica, consideró, debe “superar esa visión neocolonialista que prevalece de pensar que necesariamente tiene que venir la evangelización de fuera a los pueblos indígenas”. Latinoamérica vive un despertar de la conciencia de los pueblos a partir de sus modelos de civilización propios.

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