Reseña Estratégica, 4 de mayo de 2007 (www.msia.org.br).-El Establishment está muy aprensivo frente al resultado que tendrá la elección francesa del 6 de mayo, pues ni al conservador Nicolás Sarkozy -quien aparece como favorito- ni a su adversaria socialista Ségoléne Royal, les queda el saco favorito "globalista" de los supremacistas. Aunque con sus respectivas diferencias, ambos representan la vieja tradición nacionalista francesa, siempre renuente a ceder el control soberano de sus políticas y entidades públicas a instituciones supranacionales. Por si las dudas, la mala voluntad de los medios de comunicación controlados por el Establishment, en especial los medios británicos, se manifiesta contra ambos.
Prueba palpable de esta inclinación lo es el artículo del vocero real Ambrose Evans-Pritchard aparecido en el diario británico Daily Telegraph del 22 de abril pasado, en vísperas de la primera ronda electoral, con el sugestivo título "Candidatos franceses asustan a los mercados". Dice:"Los mercados de títulos internacionales ya depositaron sus votos en las elecciones presidenciales francesas de mañana: "cero" para la socialista gastadora Ségoléne Royal y apenas un poquito más para el entrometido mercantilista Nicolás Sarkozy."
Después, el notorio portavoz del Establishment del Reino Unido destila todo el veneno de su grupo contra la disonante postura gaullista:"Es difícil apuntar el momento en que Francia se convirtió en el enfermo de Europa. Tal vez haya sido el "no" de los trabajadores a la Constitución Europea en mayo de 2005, un grito primordial contra el percibido orden anglosajón…"
Casi sola en el mundo, Francia se ha agarrado al modelo de un Estado colbertista dominante y mandón… la parte del PIB en manos estatales es del 54% exactamente adonde estaba en 1995. El resto de Europa lo ha enflaquecido. Alemania lo recortó hasta un 45%. "Las menciones al mercantilismo y al secretario de Hacienda Jean Baptiste Colbert no son gratuitas y denotan toda la rabia despertada en tales círculos por el dirigismo económico que ambos representan". En paralelo, las quejas de Evans-Pritchard nos informan que las dos principales potencias del euro zona "globalizada" mantienen entre el 45 y el 54% de las economías bajo el control de sus respectivos Estados nacionales.
Para el periodista, "lo que el país obviamente necesita es una ducha fría de thatcherismo galo. Lo que se espera de Ségoléne Royal -si ella vence en la disputa del 6 de mayo- es más nacionalismo". Pero su opinión sobre Sarkozy tampoco varía mucho: "El Sr. Sarkozy apenas se está empapando en el libre mercado. Cuando se trata de decidir, sus reflejos económicos son autoritarios…No se quedará parado en tanto el euro continúe batiendo nuevos récords (de valorización) contra el yen y, en breve, el dólar y el yuan chino. El estudió el Tratado de Maastricht y observó que el Artículo 104 que da control de la tasa de cambio a los ministros de Hacienda de la Unión Europea, en votación de mayoría calificada. Dos años de escalada retórica sugieren que pretende usar aquel poder para subyugar al banco Central Europeo, si pudiera reunir aliados suficientes…El Sr. Sarkozy puede no haber dominado las sutilezas de la Unión Monetaria, pero sus instintos le están diciendo que el proyecto del euro se debe curvar a la voluntad francesa… o quebrará a Francia. Si el Sr. Sarkozy vence en la elección, el infierno comenzará el día siguiente para el Banco Central Europeo."
En la misma línea, el historiador radicado en la Universidad de New York, Tony Judt, dice que Europa extrañará el pragmatismo de Jacques Chirac, en tanto rebasa a los dos candidatos y su sucesión. Según nota aparecida en la prensa brasileña, afirmó: "La admiración que Sarkozy tiene por los EU y el crecimiento que tiene parecen limitarse al crecimiento económico norteamericano. El se opone al ingreso de Turquía a la Unión Europea. Y su gaullismo está marcado por un frasco de sabores de derecha. Chirac jamás se rebajó de esa manera. (….)"La candidata socialista, Ségoléne Royal, tiene el complejo de Juana de Arco (cuando anunció su candidatura, en octubre pasado, habló sobre aceptar los 'llamados' y aceptar 'esta misión de conquista para Francia') y practica la demagogia soft (suave)."
Semejantes vituperios son apenas una pequeña muestra de la cascada de artículos semejantes publicados en las últimas semanas en otros órganos tradicionales del establishment británico, como la revista The Economist, los periódicos Times y Financial Times, y hasta periódicos catalogados de izquierda, como The Guardian y The Independent. En el fondo se trata de una alerta roja sobre los descaminos de la "globalización" financiera y la perspectiva de que un Estado nacional de peso, como Francia, se disponga a reafirmar su plena soberanía sobre las políticas financieras, de modo de reorientarlas hacia una más que necesaria reconstrucción económica.
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