Código Político
1 de septiembre de 2008
¿Más FIL, festivales y banquetes culturales?...¡que paguen ellos!
El golpe anunciado
¿porqué las marchas...?
Sabemos de que se trata asistir o ir de “gorra” a una fiesta; Bien. Esa expresión popular que refiere a todo aquel o aquello que ingresa a un evento sin pagar, sin ser convidado, invitado, quién no recibe boleto o carta invitación y que aún así termina “colándose”. Pero para efectos de opinión e interés público aclaramos que no estamos hablando de bodas, ni bautizos o eventos familiares.
Pues bien, como muchos ya sabrán a raíz de la crisis política que vive la Universidad de Guadalajara,- y como hemos dado cuenta en este código político entre los días 8 y 29 de agosto-, se han disparado las voces y reclamos en torno al futuro de la insultante industria ferial de la universidad controlada por el capo mayor, su nombre ya lo conoce.
Varios artistas, personalidades de la cultura, del cine, la farándula literaria y los mismos “líderes de opinión” e “intelectuales” de siempre han puesto el grito en el cielo mediante artículos, desplegados, convocatorias para defender la continuidad de dichas ferias, se aferran a algo que parece consideran suyo, su fiesta, esa mojiganga a costillas de los contribuyentes del erario público y universitario.
Y adivinó, con todo y que sean invitados de honor estos personajes terminan exhibiéndose como esa especie de “gorrones” esos “conchudos” sociales a través de la cultura. Todos ellos entran por la puerta grande bastan y alcanzan para llenar los espacios. Y no les estamos reclamando el pago del boleto de taquilla, sino el costo total del evento.
Con ellos se da una cuestión muy curiosa: no pagan el convite y muchos otros, quienes sí lo hacen- o pagan más que los primeros- ni siquiera se asoman a las afueras de donde está la fiesta, pues existe un económico, clasista y sutil derecho de admisión social. ¿Qué les parece?... ¿Qué fiesta tan peculiar no? Nosotros pagamos sus premios, lujosos comilones, sus honores y los casi rituales victorianos organizados por esa dizque cara cultural de complejos nobiliarios que tienen il capo di tutti cappi y la “familia” gobernante en la Universidad de Guadalajara. ¡Vive la FIL!
¿Estos personajes de la cultura, en algún momento se han detenido a visitar algún centro universitario o preparatoria de la UdeG para observar en qué condiciones se encuentran?, y si lo hicieron… ¿Como sinodales de la cultura que son… han hecho alguna vez un pronunciamiento igual de rotundo sobre las injusticias y carencias que saltan a la vista?
¿Se habrán tomado alguna vez la molestia de preguntarse quién paga, cuales son los costos, las partidas que se sacrifican, el número de legítimos aspirantes rechazados el último año a la universidad, el cómo se obtienen los ingresos, como se sostienen año con año esos banquetes, ferias y festivales que tanto vanaglorian para ustedes, para el capo Raúl Padilla, Guadalajara y el país?
Parece que no y tal vez ni les importe; sólo quieren apersonarse y hacer gala. Gente como Pedro Armendáriz, Felipe Cazals, Jorge Fons, Everardo González, Vicente Leñero, Paul Leduc y Bertha Navarro reclaman y dejan entrever que quieren literalmente llegar a “aplastarse”, servirse de la mesa y los manteles largos para que la claque les aplauda. Quién y cómo los pongan les importa un pito; luego dicen que la cultura no es elitista… ahora, nos ha resultado cínica, caprichosa y socialmente irresponsable.
Se equivocan señores; ustedes y quienes apoyan las ferias se llenan la boca y se inflan el pecho con falsos argumentos, que si “la FIL registró 500 mil visitantes el último año”, “que es la segunda feria de las letras a nivel mundial”… “que si la imagen percepción de Guadalajara, de Jalisco, de la ciudad se han transformado en destino cultural”. Y aún sin dejar de reconocer estos beneficios –y que el dinero público es indisoluble de los mismos- para efectos de imagen externa, contribución y difusión de la cultura…aun así no deja de asaltarnos una pregunta… ¿Y…?
Mitos, verdades engañosas, que componen ese bien lustrado y espeso atole cultural con el que nos pretenden “jugar el dedo en la boca” a los ciudadanos de a pie y contribuyentes. E Insistimos, no se trata de que desaparezcan, decrezcan este tipo de eventos, y tampoco esto es un extremo; se trata de la necesidad de cuestionarnos si: ¿la universidad tiene en realidad capacidad técnica y financiera para realizar ferias y festivales?, ¿esa es su labor prioritaria o papel?, ¿podrían sostenerse estos eventos si se programaran y cotizaran como cualquier empresa privada con un cálculo real de costos, nómina y capital variable?, ¿cuál sería el tamaño real de la FIL por ejemplo si se ejerciera prioritariamente el gasto en educación, oferta y aulas públicas?. Aquí es donde “la puerca torció el rabo”.
Inversiones que los privados difícilmente se interesarían hacer amén de colaboraciones tripartitas con el presupuesto gubernamental, pero bien, ese es asunto de ellos; porque lo que nos importa es si la universidad pública -un OPD- sea la que en realidad este obligada técnica, jurídica, económica y moralmente a sostener este esquema de las ferias.
Opacidad, cuentas poco claras, falta de transparencia y de voluntad política por parte de auditores fiscales oficiales y de la misma casa de estudios nos dan cuenta de que existe un cochinero bajo vitrinas y bambalinas; tropelías que sólo así hacen creíble y posible la celebración de estos banquetes feriales. ¿Será acaso por eso la terca oposición de Raúl Padilla para que se auditen los recursos?
Eventos como la FIL sencillamente no llegaría a ser posibles en tamaño y funcionamiento sin el poder, influencia, trapacerías y solapamientos que sectores de la clase política y la élite cultural comparten con el capo mayor. Saben que sin el capo, sin el astuto de “las relaciones públicas” sin su asqueroso manejo discrecional y unipersonal de los recursos no hay FIL, ni festivales de cine, ni farándula en teatros ni en el mal llamado auditorio Telmex, así de simple. Por eso su defensa y apoyo.
Sabemos que de utilizarse los verdaderos criterios operativos, financieros y de fiscalización, y muy importante, en conjunto con una reorientación presupuestal dando prioridad a la oferta educativa, definitivamente la FIL sería otra, de otro tamaño y proyección real. Quizá ni existiría tal como hoy la conocemos, pero cierto… sí sería una mucho más justa.
Y si acaso no es eso, porque seguro muchos alegarán que dejaría de ser negocio, porque se perderían tanto proyección turística, difusión, aporte cultural y lo “positivo” de la mafia en la UdeG; pues bien, si no se desea que desaparezcan las ferias y festivales hechos con dinero público entonces que los hagan los empresarios, los “intelectuales” y “líderes de opinión”. Hagan las ferias que quieran con su dinero; sí, ustedes gente como los Frangie, los Romero Velasco, los Gómez Flores, los Vergara; así como quién se ponga el saco; que de su billetera y por fuera pague el “capo” e invitados como tanto parásito cultural o ciudadano que por mera afición, delirio intelectual, capricho y gusto personal los quiera. Paguen y háganlos ustedes de su bolsillo.
Y si a las de por sí ya costosas y “populares” entradas a diversos eventos de “cultura UdeG” les sumamos la pregunta de ¿qué pasaría si el costo real del evento se lo cargan al consumidor, público o turista?… ¿cuál sería el costo real del boleto? Tendríamos tan alto costo, que muy pocos ciudadanos lo pagarían, no habría gobierno que lo subsidiara por sí mismo o empresario que se atreva a invertir en este. Muy cierto. Pero justo por eso es que dicen “Que lo haga la universidad” y el…“déjenos a nosotros el resto de la raja”. Muy vivos que son.
Pero para los acarreados, los de gorra, ciegos e ingenuos tanto para los “porros culturales” de la universidad el desgarre de las vestiduras llega cuando están en riesgo sus pasarelas, alguna componenda o el banquete; haciendo responsable a la UdeG de que continúen los manteles largos; y seguro que su puntada les hará “mucha gracia” a los miles de aspirantes que continúan siendo rechazados por la universidad y a quienes literalmente se “sientan en el piso” para recibir alguna clase; sí vayan y díganles “misa” a estos jóvenes en su cara.
Sobran argumentos, los hay de todo tipo… técnico, de pesos y centavos, culturales, de ética pública, legales y hasta literarios si se quiere; consideramos que los festivales y la FIL no son sostenibles. Consideramos también que en esta trinchera no nos toca convocar a defender en las calles el presupuesto público universitario, ni a manifestación o marcha alguna para que se tire la FIL, eso ya será tarea de otros.
Sin embargo, desde la opinión pública nos pronunciamos a favor de la conciencia ciudadana para no asistir a estos eventos por las razones ya expuestas, en tanto no se aclare el cochinero; así mismo asistimos a la responsabilidad de órdenes de gobierno para no colaborar más con estas empresas por las mismas razones y las de interés público que resulten, y que los órganos de gobierno de las cámaras local y federal dedicados a realizar auditorías y la ASF se pongan a trabajar ya.
Emplazamos a Carlos Briseño - si es que quiere hacer extensiva y creíble su convocatoria social - a que si tiene información de “la cloaca” presente la misma ante el ministerio público. Así por último denunciamos la pequeñez, sinvergüenza, la farsa e irresponsabilidad pública del “capo”, sus vasallos, “porros culturales”, de artistas, empresarios e intelectuales como ciudadanos que se pronuncian a favor de que sea la universidad la que siga realizando estos eventos; y quién los defienda en tanto no se priorice y haya transparencia de los recursos. Y si ya dados y justificados estos elementos se establece que las ferias continúen que así se haga y si no que se acaben.
Lamentamos que la universidad tenga dos lastres: su casta política y el abundante conformismo de su comunidad, y la verdad no sabemos cuál sea el más lamentable, ni cuál acabará primero. ¡Pero claro! si dijeron que son universitarios, no tontos.
El golpe anunciado.
Como ya sabrán se asestó el golpe de estado en contra del todavía rector -con amparo judicial- Carlos Briseño; reaparecieron el porrismo y el acarreo. Y ese mismo día viernes la otra, esa “nueva rectoría fast track” -designada por el CGU- que “tan convencida de su legalidad” escupiendo para arriba se atrincheró en las oficinas centrales de las Avs. Juárez y Enrique Díaz de León. Golpes al puro estilo de la mafia; el pleito de cantina como forma cíclica; como eficaz y solapado sustituto de la democracia para llegar al poder y gobernar así desde hace décadas y generaciones en esta universidad.
A ver ahora con qué cara dura nos salen a decir que los festivales y la FIL no son injustos ni un cochino negocio privado… sino que son una moderna, necesaria y positiva expresión de la “cultura y el progresismo” de esa dizque izquierda que dice representar la UdeG, el “capo” con todo su grupo y lumpen, el PRD y conexos, que de suyo unos por su complicidad y otros con su silencio dieron el aval para este golpe.
Y a ver también si después de esto habrá quién se trague su farsa democrática y tenga la poca vergüenza de asistir a alguno de sus próximos festines culturales.
En el tintero.
¿Porqué las marchas, la quema de veladoras, antorchas e inciensos? Aglutinar ríos blancos de gente con el cemento de la rabia y el miedo por la inseguridad que priva en México parece comprensible y efectista; pero eso no detendrá la inseguridad, ni el asqueroso oportunismo del “señor legal”, medios de comunicación y otros delincuentes de cuello blanco que cínicamente entonan el himno nacional y aparecen a cuadro a modo de “show” cívico-religioso. La sociedad organizada, sin duda, lleva la batuta y tiene un enorme futuro frente a la podrida clase política, pero estos no son “extraterrestres” nosotros los pusimos en el cargo.
Esperemos que la misma sociedad civil sea capaz de sacudirse la sombra de la impericia ciudadana, los palos de ciego contra la delincuencia y de las actitudes de estupidez e infantilismo a la hora de organizarse y expresar el ¡ya basta! Otra marcha en la cuenta donde se conciben y consideran las consecuencias y no las causas de la delincuencia. Esa sombra también estuvo presente durante la marcha del pasado sábado… ¿la habrán notado?... ¿le habrán dado luz? Más les vale.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando a Andrés Manuel López Obrador en 2008::
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