La lucha por la INDEPENDENCIA causó el problema. La madrugada del 16 de septiembre de 1810, dió el famoso grito de independencia en la parroquia del pueblo de Dolores, Guanajuato.
El 28 de septiembre entró en Guanajuato exigiendo la rendición de los realistas que se habían parapetado con víveres y armamento en la Alhóndiga de Granaditas. Los rebeldes lograron tomarla y y decidió ir hacia Guadalajara, en poder del sacerdote insurgente José Antonio "El Amo " Torres. En Celaya fusiló a varios delatores y continuó hacia Nueva Galicia (Jalisco). Al abandonar Guanajuato, los realistas pasaron por las armas a los que habían apoyado la rebelión. En represalia Hidalgo ejecutó a todos los prisioneros de guerra españoles. En diciembre de 1810 La Inquisición le declaró hereje, apóstata y cismático. Ante la posible ofensiva de los realistas dejó Guadalajara y opuso resistencia en Puente de Calderón. Es su segunda gran derrota. Se dirigió a Aguascalientes con el fin de establecer ahí su gobierno, en enero de 1811.
Captura y muerte.
Captura.
Muchos escritores como a lo largo de la historia, han catalogado a la captura de Hidalgo como un error táctico en la lucha por la independencia. Se le relevó del mando militar en favor de Allende, pero conservó el liderazgo político. Marchó a Zacatecas y Saltillo para facilitar la adquisición de armas de Estados Unidos. Ignacio Elizondo antiguo insurgente, que se había cambiado en secreto al bando realista, lo traicionó, siendo aprehendido Hidalgo junto con Allende, Aldama, Jiménez, Abasolo, Lanzagorta y otros.
Hidalgo es procesado.
Ya en Chihuahua, Ángel Abella, comisionado como Juez por el comandante general de las provincias internas interrogó al Cura Hidalgo quien prometió decir verdad en lo que supiere y fuera preguntado, si bien no se le dijo la causa de su prisión supone que es por haberse levantado para independizar de España la entonces llamada Nueva España.
Hidalgo confesó que aprehendió europeos a las cinco de la mañana del 16 de septiembre de 1810 sin más novedad que la de unos cintarazos que se le dieron a don José Antonio Larrincia (Larrinúa); que había levantado al ejército; fabricado moneda en Zacatecas; construido cañones y armas; fabricado municiones; depuesto autoridades si eran europeos o criollos que no seguían su partido; había perseguido a muchos de éstos y sólo había muerto el Intendente Se le acumularonn delitos de alta traición, promotor de crímenes y asesinatos, sedicioso y conspirador y le obligaron a firmar una retractación por "sus errores cometidos contra la persona del Rey y contra Dios".
El proceso se alargó, con 43 declaraciones de mixto fuero. Se le colocó entre los amantes de las ideas de la ilustración y se le condenó a la degradación.
En un altar arreglado con un crucifijo sobre él en medio de dos `cirios encendidos. En una plataforma se colocaron cuatro sillones, viendo al público y dándo la espalda al altar, en los cuales se sentaron el Ministro de la degradación y tres prelados asistentes. La orden dada por Francisco Javier Olivares, Obispo de Durango la ejecutó el doctoral del mismo obispo, Francisco Fernández Valentín. Con sádica paciencia se realizó la infame ceremonia.
Con un cuchillo rasparon las manos y las yemas de los dedos a Don Miguel Hidalgo al tiempo que se exclama:
Te arrancamos la potestad de sacrificar, consagrar y bendecir, que recibiste con la unción de las manos y los dedos...
el hábito clerical y te desnudamos del adorno de la Religión y te despojamos; te desnudamos de toda orden, beneficio y privilegio clerical; y por ser indigno de la profesión eclesiástica, te devolvemos con ignominia al estado de hábito seglar...
Luego con unas tijeras se le cortó algo de cabello y un peluquero terminó la operación, haciendo desaparecer la tonsura al tiempo de que se le decía:
Te arrojo de la suerte del Señor, como hijo ingrato, y borramos de tu cabeza la corona, signo real del sacerdocio, a causa de la maldad de tu conducta.
Al final del ceremonial de la degradación le entregaron a los jueces de la curia. El juez Abella le conminó para que expusiera las razones que tuvo para sublevarse contra el Rey y contra la Patria. Elembargo la condena fue:
Excomunión y pena de muerte para Miguel Hidalgo. Por profesar y divulgar ideas exóticas: partidario de la Revolución Democrática Francesa. Por disolución social: al pretender independizar a México, del imperio Español. En consecuencia, por traidor a la Patria.
30 de julio de 1811.
Muerte.
Miguel Hidalgo murio el 30 de julio de 1811 fusilado por las fuerzas realistas
Post mortem
Las cabezas de Hidalgo junto con Allende, Aldama y Jiménez, fueron expuestas en sendas jaulas de hierro en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas hasta 1821, con el fin de dar escarmiento a sus seguidores.
Hasta el final, Hidalgo defendió la independencia y "el derecho que todo ciudadano tiene cuando cree que la patria está en riesgo de perderse".
El día de su fusilamiento pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan por la espalda (como era la usanza al fusilar a los traidores). Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso en el corazón. Hubieron de ser necesarias dos descargas de fusilería y el tiro de gracia para acabar con su vida, tras lo cual un comandante tarahumara, de apellido Salcedo, le cortó la cabeza de un solo tajo con un machete, para recibir una bonificación de veinte pesos.
Sus restos fueron llevados a la capital con grandes honores tras la instalación Michoacan, cuando la Hacienda de Corralejo pertenecía a esta Arquidiócesis, de ahi que Michoacán proclamará a Miguel Hidalgo como michoacano y no como guanajuatense. Hasta hace pocos años se terminó esta controversía declarando a Miguel Hidalgo como originario de Guanajuato.Es uno de los héroes más reconocidos en México.
En su honor.
En su honor el Estado mexicano de Hidalgo, varias ciudades y muchas calles o avenidas de las poblaciones de México llevan su nombre, también aparece en el billete de 1000 1753]]. Tuvo tres hermanos. En su juventud organizó una banda de música, representó algunas obras de teatro y era conocido entre sus amistades como el zorro por su perspicacia.
Tomado de :
Bibliografía Sierra Partida, Alfonso. Perfiles de grandeza en la historia de México, Departamento del Distrito Federal, México, 1978.
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