Un texto de Rubén Martín sobre Pepe Zamarripa
José Zamarripa
Murió un hombre inteligente, valiente, honesto y congruente. En apenas tres años de hacer trabajo político en la entidad, Pepe Zamarripa se ganó un lugar entre la izquierda gracias a que conjuntaba algo que pocos pueden: congruencia entre el decir y el hacer. Sus enseñanzas están fuera del alcance de la clase política profesional que piensa con otros códigos, pero estaría bien que muchos de los activistas que le rinden tributo a Pepe Zamarripa aprendieran su lección de sencillez y falta de protagonismo, su compromiso callado con los que menos tienen. Menos búsqueda de prestigio mediático y más disposición a aprender de quienes están en las resistencias y las luchas sociales.
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