La Cuarta
República
Fox: Sumario de la podredumbre
9-11-06
Germán Robles Castañeda.
A 21 días de que Vicente Fox deje el cargo traicionado que el pueblo le invistió en el año 2000, el país vive un estado de zozobra prolongado, en un sexto año de “gestión” que se haya en su etapa más débil, el reflejo de la ingobernabilidad se manifiesta recientemente en el estado de Oaxaca que está convertido en zona de batalla, frente a frente una digna comuna de acrónimo APPO, versus una policía militarizada, sin profesionalismo, poco eficaz y represora que hace las penosas labores de componer con violencia las ineptitudes y mezquindades de la clase política.
La crítica hacia Fox, máxime, en este momento ya no tiene mayor relevancia, es ocioso, tautológico seguir haciendo crítica de lo que todos, hasta un niño de pecho sabe, que el régimen foxista fue caracterizado por su desfachatez, por el escaso cacumen político, por la ineptitud de alguien a quién le quedo grande la banda presidencial. Este mal logrado sexenio y su presidente pasaran entre otras cosas a la historia por ser el más vituperado, mofado y tristemente también por el desgajamiento y la falta de respeto hacia su investidura, por quién no la supo portar, y por quienes como consecuencia perdimos la noción de respeto de dicho símbolo del presidencialismo.
Empero a 21 días de que Fox, “entregue y se vaya”, este ejercicio de sumario de la descomposición nos sirve para reflexionar porque aún cuando el partido de la derecha dió la cara por Fox; cuando ha quedado probado la impericia, la insensibilidad social de dicho régimen, fueron otra vez millones los que votaron (sin que eso significase la victoria -el fraude no se olivida-) por dicho partido y el hoy espurio Calderón. Es una esquizofrenia lo que arguyen la mayoría de los panistas al hablar que con fe-cal el país irá mejor, que será el “presidente del empleo”(¡sic!), esto, aquello y lo otro. Bueno, ¿y que diablos Fecal no es del mismo partido de quién tuvo la oportunidad para hacer dichos cambios quién no cumplió y fracasó?; otra falacia que argumentan es que Fox sacó al PRI de los Pinos y que Fecal, meterá al PAN a dicho nido presidencial. La excusa es insostenible, ridícula. No son el PAN, ni Fox, Fecal o el PRI los que entran al poder del ejecutivo, sino la derecha, heraldo y portavoz gerenciales del verdadero poder del estado empoderado por la élite empresarial y secundada por el alto clero.
Vicente Fox, no supo leer el mensaje de las urnas de los mexicanos que votaron por él, causo la perfidia a sus propias grandes expectativas y promesas de campaña, hizo lo propio por los ciudadanos que ingenuamente creyeron en la esperanza del "cambio"; esa es su principal irresponsabilidad. Desperdiciar el enorme bono democrático de inicio de sexenio es una estupidez, no saber tomar lectura de cómo administrar las reformas y cumplimiento de sus promesas, es desperdiciar un capital que como nunca había existido en décadas del viejo régimen y que difícilmente se repetirá en un futuro inmediato.
Para millones, Fox no gobernó nunca, aún desde el primero de diciembre del 2000, sólo los hechos calificaron y corroboraron que dos años después de iniciado su mandato Fox dimitió de manera virtual, prefirió hibernar en su responsabilidad; el cambio de régimen, el paso por la alternancia disfrazada de transición generó un fuerte vacío de poder que fue permeado por las mismas víboras prietas y tepocatas que él prometió desterrar, los estados de ipso gobernaron de facto este país, y lo mismo sucederá con Calderón, sólo que este pelele tendrá más oficio de títere, más profesionalismo para dejarse manejar y ser vocero de los intereses ingerensistas de trasnacionales y el stablishment nacional.
Fox desdeño la reforma del Estado, un paso urgente que el país reclamaba para transformar y democratizar las reglas en la relación de sociedad y gobierno, paso vital para abrir paso a las reformas progresistas más estructurales que el país requiere más allá del ámbito político, sobre su seguridad, salud, educación, empleo, en fin, el bienestar social en general. En cambio Fox se empecinó procazmente en cobrar IVA en alimentos y fármacos, en reformas “estructurales” (BM-FMI) de tipo reaccionarias; sostuvo a un pésimo interlocutor político como Santiago Creel y pronto dilapido el enorme capital político que le respaldaba. El tercer año se caracterizó por hacer evidente su abdicación virtual del poder y ceder favores a grandes grupos empresariales, quienes tomaron el control de las decisiones políticas y comerciales del país.
Vinieron el Chiquihuitazo “¿Y yo porqué?” (dixit), las reaccionarias reformas y decretos a la Ley de Radio y Televisión, Fox, Azcarraga, Marta Sahagún, et.al; fraguaron el albazo a dicha ley; por medio de una fasta track legislativo se derogó el pago de 12.5% de impuesto en especie, lo que privó de espacio efectivo para promover las labores públicas y educativas como sociales en medios. Recordemos el “Estado de fatiga” en el que se cayó desde el segundo año de des-gobierno, el desenfado y la falta de responsabilidad oficial, las reacciones tardías y la gestión política de los Fox a favor de los consorcios mediáticos. Así también se dio el “Estado de vacaciones” donde Fox en las semanas Santa y de Pascua desaparecía, justo cuando había temas urgentes para establecer una postura enérgica, y que fueron el Chiquihuitazo, la postura de México ante la ONU por la guerra de Irak, la crisis de Atenco I, etc. Este junto con la promoción y anuencia de “La Ley Televisa” son quizá junto con el desafuero y el fraude electoral, los atropellos y felonías que seguramente marcarán por siempre el sexenio foxista y los brutales retrocesos que ya estamos pagando por irresponsables decisiones. Cuando nuestros hijos nos pregunten de porque no hay democracia, porque los medios programan sólo estupideces, porque no hay empleo, libertad real de prensa y medios democráticos; porque no progresamos como nación, tendremos que remitirnos al vertedero de la historia y explicar con el foxismo dichos fenómenos.
Hacer un sumario del fracaso foxista es un ejercicio que podría convertirse en lugar de un ensayo, una tragicomedia, podríamos confundir el esfuerzo de memoria con el libro del “güiri güiri” donde ni con ediciones semestrales se podría dar abasto a la retahíla de estupideces y frases “celebres” infortunadas dichas por el presidente saliente; para la chunga del lector sólo mencionaré algunas pues no me alcanza el espacio, ni vale la pena causarle un entripado mayor: “Comes y te vas”, “¿Y, yo porque?; “Los mexicanos hacen… que los negros no quieren hacer”, “Los viles chinos”, “No lean periódicos para ser felices”, y un larguísimo etc.
Un sumario de frivolidades, de innumerables atracos y escándalos, las toallas de 5,000 pesos, el tráfico de influencias y protección de los Bribiesca, el alud de los inefables y costosos viajes al exterior, el pemexgate y amigos de Fox ( por el cuál hoy el abogado regiomontano Arturo Quintero ha demandado civilmente a Fox y Lino Korrodi por 3 millones de dólares por deuda de servicios legales). El galimatías de torpezas es extenso, pero los saldos más graves se dieron también en materia de relaciones exteriores; el quiebre diplomático con Cuba y Venezuela, por muy poco con Bolivia y el desaguisado con Uruguay y Argentina durante la pasada cumbre del MERCOSUR, donde Fox fungió como portavoz de Washington para promover el ALCA, donde surgieron otras finas frases como “ambos cuatro”; y “le seguiremos haciendo el amor al ALCA”; todas dignas para un almanaque de dislates.
El periodo más desastroso y sangriento se dio durante este año 2006; que decir en materia de seguridad pública, con los miles de muertos causados por el narcotráfico que son la nota multitudinaria de los fines de semana y que desde 2003 están incontrolables; “que se maten entre ellos y así quedarán menos” así se exime el presidente de su responsabilidad, declarando un cuasi estado de abdicación; es una torpeza y amenaza a la vida y orden público que la autoridad relegue su responsabilidad a la ley de los narcotraficantes y la delincuencia organizada. También el saldo rojo aplica a los casos Pasta de Conchos, Sicartsa, Bernalejo, Atenco I, II y la pésima conducción política del caso Oaxaca con la APPO.
El traspatio.
En fin tratar de explicarse lo que fue el foxismo y sus efectos negativos es un ejercicio que rebasa el espacio de este ensayo, ocupa libros completos para explicar cada fenómeno derivado de tan mala gestión, requiere además de psicoanalista y psiquiatras para hacer una exégesis más o menos entendible de porque los mexicanos elegimos a un enorme estúpido e inculto como presidente, y como es que este fue capaz de terminar así su sexenio; ni la economía “estable” lo salva, pues sólo hizo calca de las políticas Zedillistas tal y como habían sido heredadas en todas sus variables, dio continuidad al Stablishment financiero al mando de Guillermo Ortiz frente al Banco central mexicano. Y al final del día la macroeconomía sólo le es útil a la banca colonizadora, a las clases medias altas amantes de vulgaridades y del crédito al consumo, el mini salario sólo creció 11 pesos en seis años, mientras que el poder adquisitivo de los mexicanos reflejado en la canasta de productos básicos cayó 22 por ciento. Agregue el fuerte desempleo y las diásporas de hermanos que cruzan por cantidades industriales hacia los EE.UU. Fox ya se va, y la reflexión que ahora queda hacer es que aún con dicho fracaso el PRIAN y la derecha más recalcitrante se impuso por medio de un fraude electoral, un pelele profesional amenaza con su asunción y Fox hoy más que nunca deja un país dividido, hecho un desastre, en la zozobra e incertidumbre, dolido en la democracia, valga la analogía entre Fox con el mariscal alemán Von Hindenburg justo cuando le cedía el poder a un fascista como Hitler. La derecha amenaza con instaurarse prolongadamente, vienen tiempos muy difíciles para la lucha progresista. Cierro con otra frase reciente de Fox: “Digo cualquier tontería, total ya me voy” (¡SIC!). Digno epitafio de un sexenio para el basurero de la historia.
República
Fox: Sumario de la podredumbre
9-11-06
Germán Robles Castañeda.
A 21 días de que Vicente Fox deje el cargo traicionado que el pueblo le invistió en el año 2000, el país vive un estado de zozobra prolongado, en un sexto año de “gestión” que se haya en su etapa más débil, el reflejo de la ingobernabilidad se manifiesta recientemente en el estado de Oaxaca que está convertido en zona de batalla, frente a frente una digna comuna de acrónimo APPO, versus una policía militarizada, sin profesionalismo, poco eficaz y represora que hace las penosas labores de componer con violencia las ineptitudes y mezquindades de la clase política.
La crítica hacia Fox, máxime, en este momento ya no tiene mayor relevancia, es ocioso, tautológico seguir haciendo crítica de lo que todos, hasta un niño de pecho sabe, que el régimen foxista fue caracterizado por su desfachatez, por el escaso cacumen político, por la ineptitud de alguien a quién le quedo grande la banda presidencial. Este mal logrado sexenio y su presidente pasaran entre otras cosas a la historia por ser el más vituperado, mofado y tristemente también por el desgajamiento y la falta de respeto hacia su investidura, por quién no la supo portar, y por quienes como consecuencia perdimos la noción de respeto de dicho símbolo del presidencialismo.
Empero a 21 días de que Fox, “entregue y se vaya”, este ejercicio de sumario de la descomposición nos sirve para reflexionar porque aún cuando el partido de la derecha dió la cara por Fox; cuando ha quedado probado la impericia, la insensibilidad social de dicho régimen, fueron otra vez millones los que votaron (sin que eso significase la victoria -el fraude no se olivida-) por dicho partido y el hoy espurio Calderón. Es una esquizofrenia lo que arguyen la mayoría de los panistas al hablar que con fe-cal el país irá mejor, que será el “presidente del empleo”(¡sic!), esto, aquello y lo otro. Bueno, ¿y que diablos Fecal no es del mismo partido de quién tuvo la oportunidad para hacer dichos cambios quién no cumplió y fracasó?; otra falacia que argumentan es que Fox sacó al PRI de los Pinos y que Fecal, meterá al PAN a dicho nido presidencial. La excusa es insostenible, ridícula. No son el PAN, ni Fox, Fecal o el PRI los que entran al poder del ejecutivo, sino la derecha, heraldo y portavoz gerenciales del verdadero poder del estado empoderado por la élite empresarial y secundada por el alto clero.
Vicente Fox, no supo leer el mensaje de las urnas de los mexicanos que votaron por él, causo la perfidia a sus propias grandes expectativas y promesas de campaña, hizo lo propio por los ciudadanos que ingenuamente creyeron en la esperanza del "cambio"; esa es su principal irresponsabilidad. Desperdiciar el enorme bono democrático de inicio de sexenio es una estupidez, no saber tomar lectura de cómo administrar las reformas y cumplimiento de sus promesas, es desperdiciar un capital que como nunca había existido en décadas del viejo régimen y que difícilmente se repetirá en un futuro inmediato.
Para millones, Fox no gobernó nunca, aún desde el primero de diciembre del 2000, sólo los hechos calificaron y corroboraron que dos años después de iniciado su mandato Fox dimitió de manera virtual, prefirió hibernar en su responsabilidad; el cambio de régimen, el paso por la alternancia disfrazada de transición generó un fuerte vacío de poder que fue permeado por las mismas víboras prietas y tepocatas que él prometió desterrar, los estados de ipso gobernaron de facto este país, y lo mismo sucederá con Calderón, sólo que este pelele tendrá más oficio de títere, más profesionalismo para dejarse manejar y ser vocero de los intereses ingerensistas de trasnacionales y el stablishment nacional.
Fox desdeño la reforma del Estado, un paso urgente que el país reclamaba para transformar y democratizar las reglas en la relación de sociedad y gobierno, paso vital para abrir paso a las reformas progresistas más estructurales que el país requiere más allá del ámbito político, sobre su seguridad, salud, educación, empleo, en fin, el bienestar social en general. En cambio Fox se empecinó procazmente en cobrar IVA en alimentos y fármacos, en reformas “estructurales” (BM-FMI) de tipo reaccionarias; sostuvo a un pésimo interlocutor político como Santiago Creel y pronto dilapido el enorme capital político que le respaldaba. El tercer año se caracterizó por hacer evidente su abdicación virtual del poder y ceder favores a grandes grupos empresariales, quienes tomaron el control de las decisiones políticas y comerciales del país.
Vinieron el Chiquihuitazo “¿Y yo porqué?” (dixit), las reaccionarias reformas y decretos a la Ley de Radio y Televisión, Fox, Azcarraga, Marta Sahagún, et.al; fraguaron el albazo a dicha ley; por medio de una fasta track legislativo se derogó el pago de 12.5% de impuesto en especie, lo que privó de espacio efectivo para promover las labores públicas y educativas como sociales en medios. Recordemos el “Estado de fatiga” en el que se cayó desde el segundo año de des-gobierno, el desenfado y la falta de responsabilidad oficial, las reacciones tardías y la gestión política de los Fox a favor de los consorcios mediáticos. Así también se dio el “Estado de vacaciones” donde Fox en las semanas Santa y de Pascua desaparecía, justo cuando había temas urgentes para establecer una postura enérgica, y que fueron el Chiquihuitazo, la postura de México ante la ONU por la guerra de Irak, la crisis de Atenco I, etc. Este junto con la promoción y anuencia de “La Ley Televisa” son quizá junto con el desafuero y el fraude electoral, los atropellos y felonías que seguramente marcarán por siempre el sexenio foxista y los brutales retrocesos que ya estamos pagando por irresponsables decisiones. Cuando nuestros hijos nos pregunten de porque no hay democracia, porque los medios programan sólo estupideces, porque no hay empleo, libertad real de prensa y medios democráticos; porque no progresamos como nación, tendremos que remitirnos al vertedero de la historia y explicar con el foxismo dichos fenómenos.
Hacer un sumario del fracaso foxista es un ejercicio que podría convertirse en lugar de un ensayo, una tragicomedia, podríamos confundir el esfuerzo de memoria con el libro del “güiri güiri” donde ni con ediciones semestrales se podría dar abasto a la retahíla de estupideces y frases “celebres” infortunadas dichas por el presidente saliente; para la chunga del lector sólo mencionaré algunas pues no me alcanza el espacio, ni vale la pena causarle un entripado mayor: “Comes y te vas”, “¿Y, yo porque?; “Los mexicanos hacen… que los negros no quieren hacer”, “Los viles chinos”, “No lean periódicos para ser felices”, y un larguísimo etc.
Un sumario de frivolidades, de innumerables atracos y escándalos, las toallas de 5,000 pesos, el tráfico de influencias y protección de los Bribiesca, el alud de los inefables y costosos viajes al exterior, el pemexgate y amigos de Fox ( por el cuál hoy el abogado regiomontano Arturo Quintero ha demandado civilmente a Fox y Lino Korrodi por 3 millones de dólares por deuda de servicios legales). El galimatías de torpezas es extenso, pero los saldos más graves se dieron también en materia de relaciones exteriores; el quiebre diplomático con Cuba y Venezuela, por muy poco con Bolivia y el desaguisado con Uruguay y Argentina durante la pasada cumbre del MERCOSUR, donde Fox fungió como portavoz de Washington para promover el ALCA, donde surgieron otras finas frases como “ambos cuatro”; y “le seguiremos haciendo el amor al ALCA”; todas dignas para un almanaque de dislates.
El periodo más desastroso y sangriento se dio durante este año 2006; que decir en materia de seguridad pública, con los miles de muertos causados por el narcotráfico que son la nota multitudinaria de los fines de semana y que desde 2003 están incontrolables; “que se maten entre ellos y así quedarán menos” así se exime el presidente de su responsabilidad, declarando un cuasi estado de abdicación; es una torpeza y amenaza a la vida y orden público que la autoridad relegue su responsabilidad a la ley de los narcotraficantes y la delincuencia organizada. También el saldo rojo aplica a los casos Pasta de Conchos, Sicartsa, Bernalejo, Atenco I, II y la pésima conducción política del caso Oaxaca con la APPO.
El traspatio.
En fin tratar de explicarse lo que fue el foxismo y sus efectos negativos es un ejercicio que rebasa el espacio de este ensayo, ocupa libros completos para explicar cada fenómeno derivado de tan mala gestión, requiere además de psicoanalista y psiquiatras para hacer una exégesis más o menos entendible de porque los mexicanos elegimos a un enorme estúpido e inculto como presidente, y como es que este fue capaz de terminar así su sexenio; ni la economía “estable” lo salva, pues sólo hizo calca de las políticas Zedillistas tal y como habían sido heredadas en todas sus variables, dio continuidad al Stablishment financiero al mando de Guillermo Ortiz frente al Banco central mexicano. Y al final del día la macroeconomía sólo le es útil a la banca colonizadora, a las clases medias altas amantes de vulgaridades y del crédito al consumo, el mini salario sólo creció 11 pesos en seis años, mientras que el poder adquisitivo de los mexicanos reflejado en la canasta de productos básicos cayó 22 por ciento. Agregue el fuerte desempleo y las diásporas de hermanos que cruzan por cantidades industriales hacia los EE.UU. Fox ya se va, y la reflexión que ahora queda hacer es que aún con dicho fracaso el PRIAN y la derecha más recalcitrante se impuso por medio de un fraude electoral, un pelele profesional amenaza con su asunción y Fox hoy más que nunca deja un país dividido, hecho un desastre, en la zozobra e incertidumbre, dolido en la democracia, valga la analogía entre Fox con el mariscal alemán Von Hindenburg justo cuando le cedía el poder a un fascista como Hitler. La derecha amenaza con instaurarse prolongadamente, vienen tiempos muy difíciles para la lucha progresista. Cierro con otra frase reciente de Fox: “Digo cualquier tontería, total ya me voy” (¡SIC!). Digno epitafio de un sexenio para el basurero de la historia.
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