CORRUPCIÓN Y ESTANCAMIENTO
Un país que ... ¡se nos va!
El preocupante estancamiento económico y laboral sufrido durante el régimen de Vicente Fox se refleja negativamente en todas las evaluaciones internacionales que se le hacen a México. Desde luego la más notable ha sido la caída en la lista de las grandes economías mundiales medidas pro su simple volumen monetario.
México, al no crecer prácticamente durante el duro sexenio foxista cayó del sitio 9 al 14 en esa Relación. Por ello nuestro país sigue estancado también en materia de competitividad. De acuerdo con la lista que elabora el Foro Económico Mundial, el país avanzó sólo una posición este año, para ubicarse en el lugar 58 de un grupo de 125 naciones, superado por economías como Panamá, Polonia, Grecia y Kuwait. De acuerdo con la organización que trata de medir las condiciones que ofrecen las economías a los inversionistas, México padece de una reglamentación absurda y de una alta burocracia parasitaria excesiva, así como de instituciones caducas y corrompidas, como a todas luces ocurre con el sistema judicial así como un sistema policíaco federal inlfiltrado, que necesitan mayor eficacia, apertura y desde luego transparencia.
México también padece un serio problema de criminalidad, que aumenta los costos de las empresas y menoscaba la competitividad. Un nuevo gobierno tendría que atender estos problemas y encontrar maneras de invertir más para mejorar la educación secundaria y superior para subir la capacidad a futuro del país; para innovar y operar más fácilmente en una economía mundial compleja. El problema es que estos rubros nunca han sido prioritarios para el panismo, ni lo serán en el próximo sexenio, ya que el objetivo fundamental del larvado régimen de Felipe Calderón será, además del de enriquecer a sus familiares cercanos, hacer la entrega formal de los energéticos mexicanos no sólo al extranjero, sino específicamente a un grupo de empresas delincuentes privadas, ligadas todas con la dupla Bush-Cheney.
Será así muy elevado el costo para todos los mexicanos de la imposición de Calderón y del despojo sufrido por Andrés Manuel López Obrador, quien sí estaba en disposición y posibilidad de hacer crecer a México y de lograr que recuperemos una situación de vanguardia en todos estos aspectos.
Por otro lado, los estallidos sociales que nos afectan y los que se presentarán con mayor frecuencia en los próximos meses, son resultado directo de los casos de incuria del gobierno federal en las necesidades de los grupos marginados. Asombra así que el Estado gasta en promedio en educar a un niño de primaria en México 8 mil 100 pesos por año. Aunque en zonas indígenas, la erogación llega a ser de sólo 700 pesos, o sea, 12 veces menos que el promedio nacional. En cuanto a entidades, Jalisco destina 16 mil pesos. Puebla, en el otro extremo, apenas gasta 5 mil 300 pesos por niño. Ello se traduce en un deficiente pago de maestros, pésimo mantenimiento, escasez de libros y materiales incluidos ese gasto.
Todo ello de acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Educación. La situación no sólo es resultado de la falta de normatividad para distribuir el presupuesto, sino también es efecto de las “negociaciones” y enjuagues entre el titular de la SEP con los gobiernos estatales, en especial los del PAN y los del PRI, así como de la voluntad de Elba Esther Gordillo, en su calidad de cacica intocable del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. En ello influye el incesante cabildeo en fomento de las “simpatías” de los legisladores con los gobernadores, de funcionarios federales con los municipales y hasta las “sugerencias” absurdas de la Presidencia, Lo anterior lo han revelado tanto Olac Fuentes Molinar como Gilberto Guevara Niebla, ambos ex funcionarios de la SEP.
Fuente
México, al no crecer prácticamente durante el duro sexenio foxista cayó del sitio 9 al 14 en esa Relación. Por ello nuestro país sigue estancado también en materia de competitividad. De acuerdo con la lista que elabora el Foro Económico Mundial, el país avanzó sólo una posición este año, para ubicarse en el lugar 58 de un grupo de 125 naciones, superado por economías como Panamá, Polonia, Grecia y Kuwait. De acuerdo con la organización que trata de medir las condiciones que ofrecen las economías a los inversionistas, México padece de una reglamentación absurda y de una alta burocracia parasitaria excesiva, así como de instituciones caducas y corrompidas, como a todas luces ocurre con el sistema judicial así como un sistema policíaco federal inlfiltrado, que necesitan mayor eficacia, apertura y desde luego transparencia.
México también padece un serio problema de criminalidad, que aumenta los costos de las empresas y menoscaba la competitividad. Un nuevo gobierno tendría que atender estos problemas y encontrar maneras de invertir más para mejorar la educación secundaria y superior para subir la capacidad a futuro del país; para innovar y operar más fácilmente en una economía mundial compleja. El problema es que estos rubros nunca han sido prioritarios para el panismo, ni lo serán en el próximo sexenio, ya que el objetivo fundamental del larvado régimen de Felipe Calderón será, además del de enriquecer a sus familiares cercanos, hacer la entrega formal de los energéticos mexicanos no sólo al extranjero, sino específicamente a un grupo de empresas delincuentes privadas, ligadas todas con la dupla Bush-Cheney.
Será así muy elevado el costo para todos los mexicanos de la imposición de Calderón y del despojo sufrido por Andrés Manuel López Obrador, quien sí estaba en disposición y posibilidad de hacer crecer a México y de lograr que recuperemos una situación de vanguardia en todos estos aspectos.
Por otro lado, los estallidos sociales que nos afectan y los que se presentarán con mayor frecuencia en los próximos meses, son resultado directo de los casos de incuria del gobierno federal en las necesidades de los grupos marginados. Asombra así que el Estado gasta en promedio en educar a un niño de primaria en México 8 mil 100 pesos por año. Aunque en zonas indígenas, la erogación llega a ser de sólo 700 pesos, o sea, 12 veces menos que el promedio nacional. En cuanto a entidades, Jalisco destina 16 mil pesos. Puebla, en el otro extremo, apenas gasta 5 mil 300 pesos por niño. Ello se traduce en un deficiente pago de maestros, pésimo mantenimiento, escasez de libros y materiales incluidos ese gasto.
Todo ello de acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Educación. La situación no sólo es resultado de la falta de normatividad para distribuir el presupuesto, sino también es efecto de las “negociaciones” y enjuagues entre el titular de la SEP con los gobiernos estatales, en especial los del PAN y los del PRI, así como de la voluntad de Elba Esther Gordillo, en su calidad de cacica intocable del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. En ello influye el incesante cabildeo en fomento de las “simpatías” de los legisladores con los gobernadores, de funcionarios federales con los municipales y hasta las “sugerencias” absurdas de la Presidencia, Lo anterior lo han revelado tanto Olac Fuentes Molinar como Gilberto Guevara Niebla, ambos ex funcionarios de la SEP.
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