Hoy es dos de octubre. Hoy se cumplen cuarenta años de la matanza de estudiantes en Tlaltelolco. Hoy vale la pena reflexionar, pensar, preguntarnos: ¿qué nos queda del 2 de octubre?, ¿cuánto hemos avanzado?, ¿cuánto retrocedido? ¿Acaso vivimos en un país democrático?, ¿acaso la libertad de prensa se ejerce con ahínco y de manera general?, ¿dónde estamos parados?
El 2 de octubre no se olvida: jamás se olvidará. Pero no solamente debemos celebrar la lucha que retomaron-iniciaron los estudiantes en 1968, sino que necesitamos reivindicarla. Porque eso lo menos que podemos hacer, porque es lo que nos corresponde, porque es una forma de seguir luchando, de continuar, de dar la batalla a un régimen que no ha dejado de ser autoritario aunque haya cambiado algunas prácticas de acción. El 2 de octubre no se olvida y se precisa, hoy, desesperadamente, reivindicar.
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